Respiramos, en promedio, unas 200.000 veces al día. Inhalamos y exhalamos de forma voluntaria, y es que ser consciente constantemente de la respiración, sería como contar los latidos del corazón. Sin embargo, detenernos en el aire que entra y sale de nuestro cuerpo tiene su lado terapéutico. No por nada el primer instinto al nacer es precisamente respirar.

La respiración consciente tiene múltiples beneficios para nuestro organismo, desde mejorar la concentración y el rendimiento deportivo, a mejorar un dolor de espalda y nuestras relaciones sexuales. Pero la dificultad está precisamente en convertir este hábito involuntario en acto consciente. En otras palabras, lograr respirar bien.

Un momento tenso en el trabajo, un ataque de pánico, el insomnio o incluso una fecha de entrega, todos estos escenarios pueden ser aliviados por inhalar y exhalar de forma consciente y a través de ejercicios de respiración que se entrenan. Básicamente el respirar bien mejora nuestro estado de ánimo.

El estrés, la fatiga, cansancio y los problemas terminan todos en el mismo lugar: la cama. Lo que puede afectar la vida sexual de las personas. Los expertos coinciden en la importancia de la respiración consciente y cómo esta puede cambiarla por completo.

En el caso de los hombres esto se puede ver representado en la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, mientras que en las mujeres puede ser la falta de lubricación, la imposibilidad de alcanzar un orgasmo o falta de libido.

Desde la Escuela Tántrica de Madrid aseguran que en el caso de una persona con problemas para tener orgasmos, empezar con una respiración pausada y profunda puede ayudarla a sentir más al comienzo, y afirman que sería recomendable ir aumentando poco a poco el ritmo respiratorio. En el caso de un hombre con eyaculación precoz, por ejemplo, la recomendación es que aunque esté excitado, mantenga la respiración profunda y lenta. Esto disminuye un poco el nivel de excitación, lo que a su vez ayuda a prolongar la relación sexual.

Cuando estamos estresados la respiración es más rápida, sin profundidad y es más bien torácica, sin llegar al abdomen. En cambio, cuando estamos relajados, la respiración es profunda, ocupa el abdomen y ayuda a alcanzar la calma. Algo que está muy conectado con la práctica del yoga.

En el yoga la respiración es parte fundamental y se conoce como pranayama a la práctica formal de controlar la respiración, que es fuerza de vida. Al cambiar el patrón de respiración, se puede cambiar el estado de ánimo. Según Do You Yoga, “el disminuir el ritmo de la respiración, tiene un impacto en el estado emocional. La corteza cerebral se activa a través de la disminución consciente de la liberación del aliento. Entonces, la corteza cerebral envía impulsos inhibidores al centro respiratorio en el mesencéfalo. Estos impulsos inhibitorios de la corteza se desbordan en el área del hipotálamo, que está relacionada con las emociones, y relajan el área”. De ahí, que al respira de forma más pausada y profunda, se produzca un efecto relajante.

Técnicas que pueden ir del mat de yoga a la cama, que harán durar más tiempo el acto sexual y alcanzar una experiencia más placentera. El secreto, explican, es respirar tan profunda y relajadamente como sea posible. Durante el sexo, el ritmo cardíaco se eleva, pero si se producen cambios en la respiración, una más profunda y calmada, podemos influir en la señal que el cerebro le manda al resto del cuerpo, desacelerando la llegada de la eyaculación.

Inhalaciones largas y profundas,, exhalaciones pausadas y sostenidas, y concentrarse en cómo entra y sale el aire de tu cuerpo es la recomendación de los expertos.