Un susurro quejumbroso que evoca a una mujer desnuda junto a una pareja en una cama. Un susurro que va in crescendo hacia un orgasmo. El susurro más sensual en la historia de la música se lo debemos a Jane Birkin en la canción “Je t’aime… moi non plus”, que cantó en 1969 junto a su entonces pareja Serge Gainsbourg, músico y cantante. Quien, curiosamente, la hizo llorar cuando la conoció en el casting para la película “Slogan”, del director Pierre Grimblat.

En un principio, la sugerente canción había sido grabada por Brigitte Bardot, amante de Gainsbourg en ese entonces, pero ella se negó a que él publicara el disco después de que una radio transmitiera el single y el marido de ella acusara con demandar a la emisora. El contenido sexual del tema era demasiado explícito. Hasta ahí llegó el affaire de la protagonista de “Y Dios creó a la mujer” (1956).

“Aún hay gente que se siente a disgusto con la canción, pero eso es bastante divertido 50 años después”, dijo Birkin en el Festival Primavera Sound de Barcelona de 2018.

Jane Birkin nació en Londres el 14 de diciembre de 1946 y comenzó su carrera en el cine con el musical “Passion Flower Hotel”, de John Barry, en 1965. Con Gainsburg se casaron poco después y Jane tuvo a su primer hija, Kate, en 1967. Cuando tenía 20 años apareció con un pequeño papel en la película de culto “Blow-Up”, de Michelangelo Antonioni.

Más tarde fue cuando Serge Gainsbourg la hizo llorar. Poco después de las lágrimas empezó su mediática historia de amor. Su personalidad, ojos azules y pelo castaño lo habían cautivado.

El erotismo de “Je t’aime… moi non plus” encendió las alarmas de las mentes más conservadoras y fue censurada en España, Italia e Inglaterra. Pero de todas formas el single fue un éxito y, en un par de meses, vendió un millón de copias y encabezó la lista Billboard. Su fama de pareja desinhibida recorrió el mundo.

En 1971 nació la única hija de la atrevida pareja: Charlotte Gainsbourg. Pero a Serge Gainsbourg, conocido como un enfant terrible, le gustaba el escándalo y en 1975 dirigió la película “Je t’aime… moi non plus”. Ahí no solo había quejidos. También abordaba la ambigüedad sexual de la protagonista.

A principios de los años 80 Jane dejó a Serge y se fue a vivir con el director de cine Jacques Doillon. Fruto de esta relación nació Lou. En 1990, Gainsbourg, quien ya no era su pareja pero sí su productor musical, dedicó otro disco de amor a Jane: “Amours des feintes”. Fue el último trabajo musical para ella. Nunca la olvidó. “Serge me fue fiel artísticamente hasta su muerte”, declaró Jane Birkin una vez. Gainsbourg murió el 2 de marzo de 1991 y sólo tres días más tarde falleció también su padre, David Birkin. La tristeza golpeó fuerte a la cantante y actriz inglesa, quien se alejó de las luces durante varios años y se dedicó a causas humanitarias.

A sus 75 años hoy sigue vigente, haciendo recitales y colaboraciones con artistas como Manu Chao, Brian Molko o Caetano Veloso. Y la vida le ha puesto pruebas difíciles. Se ha infectado 4 veces de Covid-19, padece leucemia y, en 2020, tuvo un derrame cerebral. Además, lo más duro, su hija mayor, la fotógrafa Kate Barry, murió en 2013 al caer por la ventana del cuarto piso donde residía en París.

MÁS QUE MÚSICA

Pero Jane Birkin no solo es un referente musical. Es un ícono fashion indiscutible. Quien podría negar que en los años 70 marcó tendencia con sus shorts, minifaldas y chasquilla. Además, el mito dice que durante un vuelo de París a Londres coincidió con Jean-Louis Dumas, director ejecutivo de Hermès. Ella dejó en su asiento una cesta de mimbre, lo que despertó la curiosidad de Dumas. Tan estilosa y con un bolso de mimbre. “Raro”, pensó Dumas. Jane le explicó que lo usaba porque no encontraba una cartera de cuero que realmente le gustara y dibujó en un papel cómo sería su bolso ideal. Unos años después, en 1984, nació la Birkin: una cartera de piel negra dedicada a ella que se erigió como uno de los accesorios de lujo más codiciados (y carísimos) del mundo.

Ahora bien, volviendo al tema que la hizo famosa: es curioso el fenómeno de “Je t’aime… moi non plus”, porque mientras ella susurra “Je t‘aime” (te amo), él no contesta “yo también”, sino que responde “moi non plus” (yo tampoco). ¿Qué quiso decir? ¿No la quiere y cree en el amor libre? ¿Es una despedida y ella está rogándolo en el último acto sexual?

Hay otra teoría: Gainsbourg habría tomado esta frase de Dalí. En una entrevista le comentaron al pintor español “dicen que Picasso es comunista” y él contestó “yo tampoco”. A Gainsbourg le habría gustado mucho la frase y la copió. Como sea, el susurro sexy de Jane Birkin marcó la historia de la música y su espectacular pero sobria cartera, la de la moda.