Revista Velvet | La historia de la institutriz de la Reina Isabel que traicionó a la corona, ahora es una novela
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La historia de la institutriz de la Reina Isabel que traicionó a la corona, ahora es una novela

La historia de la institutriz de la Reina Isabel que traicionó a la corona, ahora es una novela
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La historia de la institutriz de la Reina Isabel que traicionó a la corona, ahora es una novela

POR Carlos Loyola Lobo | 30 noviembre 2021

Las institutrices, junto a las niñeras, las amas de llaves y los mayordomos, representan de las instituciones más prestigiosas del Reino Unido. Pero así como según la ficción existe el cliché del mayordomo que resulta ser el asesino en las novelas policiacas, tampoco las institutrices inglesas han estado libres de pecado. En la familia real británica, sin ir más lejos, conocen un caso que les produce mal recuerdo: el de Marion Crawford, quien estuvo a cargo de la princesa Margarita y de la entonces futura reina Isabel II.

Apodada cariñosamente Crawfie por las dos niñas, Marion Crawford fue contratada por la entonces duquesa de York  -la Reina Madre- en 1933. Siguió siendo la institutriz de las princesas después de que Eduardo VIII e Isabel pasara a ser la heredera del trono tres años después, y no se retiró hasta el matrimonio de Isabel con Felipe de Edimburgo en 1947. Tal era su dedicación a la familia real, que ella misma esperó para casarse. Poco después de su retiro, fueron los mismos Windsor los que decidieron cortar relaciones con ella. Cuando murió en 1988 a los 78 años, ni la princesa Margarita ni la reina Isabel II le enviaron flores a su querida Crawfie.

El deterioro de la relación de Marion Crawford con los Windsor comenzó en 1948 a raíz de un acuerdo que le permitía filtrar historias sobre la familia real a la prensa estadounidense. Concretamente, al diario Ladies’ Home Journal. Había dejado de trabajar en palacio un año antes, pero la entonces Reina Isabel, madre de la actual monarca, le dijo por carta que no debería “escribir y firmar artículos sobre las niñas, ya que la gente en posición de confianza con nosotros debe guardar silencio”. Crawford no le hizo caso y, parece que insatisfecha con la pensión que recibía, pronto empezó a sacar partido económico a partir de su relación con los Windsor firmando varios artículos sobre la familia.

Por si fuera poco, en 1950 escribió un libro sobre su experiencia como institutriz de las dos princesas Margarita e Isabel, The Little Princesses, en los que contaba cosas como que la futura reina era de lo más pulcra y ordenada, llegando al punto de despertarse por la noche para asegurarse de que su ropa y sus zapatos estaban en su sitio para usarlos al día siguiente. Producto de estas filtraciones, la familia real y buena parte de la sociedad de la época la marginaron.

Sin embargo, la figura de Marion Crawford vuelve a nuestras manos y hacer excusa de interés, porque la novelista inglesa Wendy Holden ha escrito La institutriz real, una novela que cuenta los años de infancia de la reina Isabel II y revive a la polémica institutriz que se convirtió en todo el personaje que hoy descubrimos.

El libro que ya se encuentra en todas las librerías chilenas, comienza en 1933 cuando la joven Marion Crawford acepta el empleo de su vida como institutriz de las princesas Lilibet y Margarita. La única condición que pone a los padres de las niñas, los duques de York, es poder aportar ciertas dosis de normalidad a sus protegidas y privilegiadas vidas.

Entre el palacio de Buckingham, el castillo de Windsor y Balmoral, Marion desafía el estricto protocolo para llevar a las princesas en metro, a nadar en piscinas públicas y en divertidas salidas para hacer compras navideñas en Woolworths. La novela cuenta cómo, desde ese lugar privilegiado de la monarquía británica, Marion es testigo de los acontecimientos más trascendentales de la historia del siglo XX: el impacto de la abdicación, el glamour de la coronación, el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ella acompañará a las princesas en esos momentos cruciales y se convertirá en una figura tan cercana como una madre. Aun en los días más oscuros de Gran Bretaña, con los aviones de Hitler sobrevolando Windsor, Marion protege a las niñas en las inmediaciones del castillo. Incluso está presente cuando Isabel se fija por primera vez en el joven Felipe.

Sin duda, una parte de la historia bastante más edulcorada de la que en realidad le tocó vivir a Marion Crawford. Aunque dicen que la novela tampoco elude algunas situaciones incómodas. Una historia apasionante para seguidores y amantes de la monarquía y sus historias no del todo oficiales.

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