Revista Velvet | Columna: “El placer debiera ser obligatorio”
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Columna: “El placer debiera ser obligatorio”

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Columna: “El placer debiera ser obligatorio”

POR admin | 09 abril 2023

El auge del autocuidado se refleja en cómo barberías y spas se han consolidado como espacios donde la decoración, la luz, el sonido, la temperatura, las texturas, los materiales y los olores crean experiencias sensoriales.

Por Pilar Martínez – @pilimartinezn*

No hay excusas para ser ni tan feo ni tan descuidado. Hoy en día cada vez podemos envejecer más tarde y de mejor manera. Antes la única solución –y que además era impagable e irreversible– era la cirugía estética, estirarse la cara con la alta probabilidad de quedar irreconocible, inexpresivo y poco natural.

Menos mal existen múltiples alternativas para prevenir y atenuar el envejecimiento, desde tomar colágeno, antioxidantes, inyectarse vitaminas, bótox o bioestimuladores. Y las modas en este sentido no se quedan atrás, las máquinas de radiofrecuencia o las de corriente galvánica como la Nuskin, vendrían siendo como la versión “dermo” de la Thermomix; cada año sale una más moderna y eficiente, dejando casi obsoleta la versión anterior. Para las con menos presupuesto aparecieron los roller de cuarzo, la piedra Gua Sha o las sábanas de seda que ayudan a tener una piel y pelo más lindo.

Tampoco hay excusas para andar peluda, las nuevas versiones de Epilady están al alcance de cualquier bolsillo y, claramente, hoy la depilación láser dejó de ser un lujo. ¡Adiós frizz, chao tubos, bienvenida la keratina y el bótox capilar! Por fin la crespa puede ser lisa y viceversa también. Qué decir de las manos: la manicure ya ha pasado a ser un ítem casi obligado en el presupuesto mensual de las mujeres.

Y cuando pensábamos haberlo visto todo, aparece el yoga y la gimnasia facial. Habrá que probar qué tan efectivos son (acepto feliz una invitación). Pero este mundo de la belleza no es sólo para las mujeres, los hombres hoy también se cuidan más: se hacen la manicure, se preocupan por su piel, tanto como por la barba y el pelo. De ahí el reciente boom de los “barber shop”, un oasis exclusivamente masculino.

Así como hay una infinidad de tratamientos y productos para la belleza tanto para hombres como para mujeres, la necesidad y ganas de relajarse y cuidar la salud ha hecho florecer al sector de los spas. Un lugar de escape al estrés, un espacio que permite desconectar y descansar.

La atmósfera que se respira nada más entrar a un lugar de estos, es de relax total. A mí me fascina el Spa One&Only (ojo que no es canje, es sólo mi opinión personal). En estos lugares nos vemos transportados a un estado zen. Son sitios en los que se puede perder la noción del tiempo y del lugar. Encontramos un extenso menú de servicios tales como masajes con piedras calientes, de relajación, craneal, drenaje linfático, descontracturante, reflexología, cristaloterapia, reiki, limpieza facial, por nombrar algunos. Este placer más que un gasto es una inversión en nosotros mismos.

La cultura de los spas ha evolucionado hasta tal punto, que la arquitectura y el diseño de estos espacios se ha convertido en un aspecto esencial. Durante años, al igual que a los gimnasios, a estos lugares se los ponían en los pisos menos favorecidos y casi sin vistas. Hoy eso es impensable.

Deben ser espacios en los que la decoración, la luz, el sonido, la temperatura, las texturas, los materiales y los olores creen experiencias sensoriales. Pasamos muchísimo tiempo en estos lugares dedicados a la belleza y bienestar, por lo tanto, el diseño de estos ha pasado a ser un factor clave, provocando una poderosa revolución en cómo se plantean estos espacios.

El desafío de la arquitectura debe establecer un equilibrio entre la belleza, funcionalidad, creando un lugar que, por un lado, sea atractivo y agradable para los clientes, y por otro, resulte funcional. Qué agradable que hayan cada vez más spa donde vivir una experiencia como esta, bajar tus revoluciones, parar y desconectar o subirlas, si lo que necesitas es aumentar tu energía. El placer debiera ser un deber.

 

*Pilar Martínez es ingeniera comercial y socia de Basyco, oficina de arquitectura, asesoría y gestión inmobiliaria. Desde siempre le ha gustado escribir y hoy es parte de Velvet con su columna “De todo un poco”. Título que la representa al 100%, dada su versatilidad. Esperamos que su opinión y mirada sobre distintos temas nos sigan acompañando por mucho tiempo más.

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