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Convulsionadas han estado las casas reales durante el último tiempo. Entre la abdicación sorpresiva de Margarita de Dinamarca y asunción de su hijo Federico como Rey, ahora es nuevamente Buckingham quien hace noticia.
En primer lugar, y a través de un comunicado difundido por el palacio, se informó que Carlos III deberá pasar por el quirófano en algún momento de la próxima semana. El motivo es la detección de un tumor benigno en la próstata que debe ser extirpado para evitar males mayores. Se trata de la hiperplasia prostática benigna, un crecimiento celular no cancerígeno, muy común entre los mayores de 50 años.
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Con un lenguaje inusualmente directo, en el comunicado se explica que: “Al igual que miles de hombres cada año, el rey sufre agrandamiento de la próstata. La dolencia es benigna y Su Majestad acudirá al hospital la próxima semana para un procedimiento correctivo. Los compromisos públicos del rey se pospondrán durante un breve período de recuperación. Su Majestad ha querido dar detalles de su diagnóstico para concientizar a otros hombres que puedan estar experimentando síntomas a hacerse controles, de acuerdo con los consejos de la salud pública”.
El Rey tenía planeadas una serie de reuniones y eventos que ahora se tendrán que postergar por consejo del doctor, dicen además en el comunicado. Pero no sería la única noticia desde Londres. Una hora después, y también mediante un reporte oficial, nos enteraríamos de la operación a la que tuvo que exponerse la princesa de Gales, Kate Middleton.
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“Su Alteza Real la Princesa de Gales ingresó ayer en el hospital para una cirugía abdominal planificada. La cirugía fue exitosa y se espera que permanezca en el hospital entre diez y catorce días, antes de regresar a casa para continuar con su recuperación. Según los consejos médicos, es poco probable que regrese a sus funciones públicas hasta después de Semana Santa. La princesa de Gales agradece el interés que generará esta declaración”, se lee en el comunicado que también se difundió por las reyes sociales del principado.
“Su alteza real espera que el público comprenda su deseo de mantener la mayor normalidad posible para sus hijos; y su deseo de que su información médica personal permanezca privada. Por lo tanto, el Palacio de Kensington solo proporcionará actualizaciones sobre el progreso de su salud cuando haya nueva información significativa para compartir”, se explica en el texto, cuya noticia fue incluso más comentada y de mayor impacto que la del propio rey Carlos III.
