Revista Velvet | Aromas con amor de madres: China Bazán y Rosario Onetto
Entrevistas

Aromas con amor de madres: China Bazán y Rosario Onetto

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Aromas con amor de madres: China Bazán y Rosario Onetto

POR Vero Marinao | 08 mayo 2022

Fotos: Bárbara San Martín

La chef China Bazán y la sommelier Rosario Onetto tienen dos hijos: Iñaki y Mía. Antes que naciera el primero, hablaron abiertamente sobre cómo formarían su familia siendo dos mamás, sin figura paterna. Querían que fuera algo natural para su hijo y afortunadamente así ha sido. Acá recuerdan olores emotivos y regalan dos recetas para celebrar este Día de la Madre.

El menú del primer almuerzo del presidente Gabriel Boric con otros mandatarios, el viernes 11 de marzo en Cerro Castillo, estuvo a cargo de la chef Carolina ‘China’ Bazán (“El discípulo del Chef”, CHV). Su prestigio, junto al de su pareja, la sommelier Rosario Onetto, las llenan constantemente de proyectos, y a sus dos restaurantes –Ambrosia de Vitacura y de Providencia– suman una sanguchería inaugurada hace un par de semanas en el Monticello. Además, uno de los próximos capítulos de la nueva temporada de la serie realizada por Phil Rosenthal“Somebody feed Phil” (Netflix)– estará dedicado a ellas, una de las duplas más destacadas de la escena gastronómica nacional y que además son mamás de dos pequeños hij@s: Iñaki (7) y Mía (a punto de cumplir tres años).

De sus dos embarazos, ‘China’ recuerda que tuvo antojos de chocolate. “Y yo le daba mucho apoyo con eso, jaja. Engordé junto con la China. Después, ella tenía la guagua y yo seguía con los kilos demás, pero apañaba harto”, bromea Rosario.

Para esta entrevista, ambas hablan desde la cocina de su casa, donde Mía e Iñaki circulan a diario y donde, sobre todo Mía, ayuda a hacer preparaciones. Es un espacio natural para ellos, tal como lo era la cocina de la casa de ‘China’ en su infancia: “Mi mamá es cocinera y mi amor por la cocina viene de ahí. Siempre estuve metida ayudando a hacer los mazapanes. Si ella tomaba un curso de decoración de tortas, nos pasaba una manga y manguéabamos. Me encantaba. Mi mamá no habla de eso (de su legado), pero es evidente que es algo que todos seguimos”.

–¿Qué comida asocias inmediatamente con ella?

–La lasaña de crêpes. Mi mamá es conocida por esa lasaña, que es de panqueques y que hacía con camarones y ostiones y bechamel, y que luego (en nuestro restaurante) cambiamos solo por camarones y salsa de tomates. Ya no la hago mucho, porque ha sido bien polémico, ya que es un plato súper emblemático de ella. Estaba en el restaurante cuando empezamos en el centro y era un plato súper rico, un boom. Se hizo en muchos matrimonios y eventos. Pero yo al final sentí que era lo único que querían hacer y ponerlo en todas partes. Cuando resituábamos el restaurante y estábamos haciendo una propuesta nueva, dale con la lasaña de crêpes, pero no es lo que yo hago, entonces no la puse en la carta y fue “tema”. Todo el mundo opinaba que tenía que estar y no la puse. Esto fue justo después de que yo venía llegando de Francia; quería mostrar una evolución y eso no era lo último que se estaba mostrando en Francia. Es un plato súper rico para las cenas familiares y lo seguimos haciendo eso sí.

–¿Y hay algún aroma de cocina que te evoque a tu mamá?

–Nosotras vivimos en Perú muchos años, y yo asocio el sofrito con ajo que se siente en todas las casas peruanas, ese olor rico.

–¿Cuál es el plato emblemático de tu mamá, Rosario?

–La torta de panqueques. No sé si mi mamá era de meter las manos en la cocina tan constantemente, pero para las navidades y todas las fiestas familiares, hacía esas tortas de panqueques en las que pones palta, porotos verdes, choclos, tomates. Me encantaba ayudar a hacerlas. Me acordé porque las últimas dos navidades no las pasamos juntos y nos mandamos fotos. Un día hice yo, otro día hizo mi hermana, fue muy bonito. No es algo cotidiano; si la hago, me va a recordar a fiesta y, obviamente, a ella. (…) Cuando niña yo vivía en la casa de mi abuela, sus padres eran españoles, y el olor de esa mezcla de ajo-perejil me recuerda la infancia en la casa de ella, también el arroz a la valenciana con azafrán, su plato estrella.

“NADIE AÑORA ALGO QUE NO HA TENIDO”

Seguramente en 20 años más, Mía asociará el olor de los ñoquis con sus dos mamás. “Porque la China saca las papas, y la Mía, que cumple tres en mayo, dice ‘ñoqui’ y hace sus lulos y queda todo lleno de harina. Tiene hasta su cuchillito de niños”, cuenta Rosario.

Mía es así, inquieta. También es más “intensa y chispita”, a diferencia de Iñaki que –aseguran– es un “viejo chico”. A veces Iñaki reclama por tanta intensidad de su hermana y Rosario le dice: “reconoce que la vida sin la Mía era más tranquila pero más fome”. Y él asiente.

Porque la ama. La quiere desde el momento en que ellas cometieron el “error” de no esperar a que ‘China’ tuviese guatita para decirle que venía una hermanita en camino. “Y preguntaba a cada rato: ‘¿y nació, y nació, y nació?’”, recuerda China.

Rosario complementa: “Cuando la fue a conocer a la clínica le hacía cariño en la cabeza. Y sin que nadie le dijera nada, le agarró las manos y le daba besos (…) Nosotros somos súper pegoteados y tratamos de hacer todas las cosas posibles juntos; también se da esto de que sean hermanables y que compartan”.

–¿Ustedes sienten que, hace años, cuando contaron en Revista Paula que serían madres, abrirían camino a un tema del que prácticamente no se hablaba en los medios?

–China: Sí, pusimos en la mesa un tema y lo hicimos totalmente con esa intención. Fue un reportaje bien largo y profundo.

–Rosario: Queríamos ir pavimentando también el camino para Iñaki. En ese momento era tema, ojalá que a futuro no lo fuera. O sea era importante para nosotras, para la sociedad, pero también estábamos pensando en él. Ya estaba embarazada la China cuando hicimos eso.

–¿Iñaki siente como un privilegio tener dos mamás?

–Rosario: Ayer le dije “tú sabes que tienes mucha suerte de tener dos mamás’” y fue como “ah”, jaja. “¿Y tus amigos te preguntan?”. “No”, dijo. “Y, ¿te gustaría tener un papá?”. “No”, respondió. Es que no es tema. Desde chico teníamos todas las preguntas pensadas. Es como que yo quisiera tener un tío australiano: si no lo tienes, no te hace falta. Una cosa es tener un papá y dejar de tener un papá, pero nadie añora algo que no ha tenido, nunca le va a hacer falta. De mono puede ser que cuando sea más grande quiera tener un papá, evidentemente, pero yo también quiero tener un Porsche.

–Para la Mía va a ser mucho más natural.

–Rosario: Hemos tenido la suerte de que si Iñaki ha sentido discriminación ha sido positiva, más que negativa. Todo el mundo le tiene barra.

–China: Aunque creo que lo sentimos más nosotras que él.

Pecho de cerdo confitado con puré de zanahorias (para 4 personas)

Ingredientes

• 1 kilo de grasa de cerdo fundida
• 600 g de pecho de cerdo
• 1 litro de salmuera
• 1 kilo de zanahorias

Para la salmuera

• 100 g de sal
• 1 litro de agua
• 20 g de azúcar
• 30 cc de vinagre blanco
• Especias a gusto

Preparación

1.-Mezclar todos los ingredientes para la salmuera en una fuente grande.

2.-Sumergir la carne en la salmuera de un día para otro (o por lo menos 10 horas). Al día siguiente, retirar de la salmuera y llevar a una olla profunda junto con la grasa. Cocinar a fuego suave por dos horas.

3.-Apagar el fuego, dejar enfriar y, una vez fría, retirar y poner en una bandeja. Encima poner otra bandeja para aplastar la carne; que quede lo más pareja posible. Una vez fría, cortar las porciones y sellar por todos los lados hasta que se doren.

4.-Preparar el puré. Con un sacajugo, pasar la mitad de las zanahorias (previamente lavadas) por la máquina para obtener solamente el líquido de zanahoria. Pelar el resto de las zanahorias y laminarlas en rondelle fino. Llevar todo junto a una olla con una pizca de sal y cocinar a fuego suave hasta que estén completamente cocidas (30 minutos aproximadamente). Retirar del fuego y enfriar.

5. Una vez frío, llevar a una licuadora y licuar a la máxima potencia hasta que esté el puré esté completamente molido y lo más liso posible. Reservar para calentar antes de servir.

Pescado con puré de coliflor (para 6 personas)

Ingredientes

PARA EL PESCADO

• Pescado del día fresco sin piel, sin espinas, porcionado (180 a 200 g por porción, aproximadamente 3 kilos entero).
• Aceite de oliva
• Sal
• Almendras y alcaparras a la mantequilla para decorar

PARA EL PURÉ DE COLIFLOR

• 1⁄2 coliflor picada (tallo incluido)
• 700 cc de leche entera
• 2 hojas de laurel o kaffir
• Jugo de 1 limón
• 1⁄4 taza de mantequilla negra
• Sal

Preparación

1.- En un sartén bien caliente, poner el aceite de oliva y los trozos de pescado y salar. Bajar el fuego y no mover los pescados hasta que se despeguen fácilmente; en ese momento darlos vuelta y apagar el fuego. Ahí se puede detener el proceso de cocción y disfrutar con los invitados o terminar de tener todo listo para el montaje final. Una vez listos para servir, darle un golpe de calor en el horno a 200 °C por 2 a 3 minutos.

2.-Para el puré, cocinar en una olla a fuego bajo la coliflor con la leche (que la cubra) y las hojas de laurel o kaffir y sal, hasta que la coliflor esté suave. Llevar toda la coliflor a la licuadora (sin las hojas) y comenzar a licuar con un poco de leche. Si es necesario, agregar más leche de a poco, hasta que el puré esté consistente y parejo. Añadir la mantequilla negra y seguir licuando hasta que esté completamente liso. Agregar jugo de limón y ajustar la sal.

3.- Saltear almendras laminadas y alcaparras en mantequilla y servir sobre el pescado.

 

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