“Cualquier intento de hacer parecer que el presidente Boric ha adoptado una postura pro palestina es falso”, señala el líder de la comunidad en nuestro país. condena los actos terroristas de Hamás contra la población israelí, sin embargo, critica: “Vemos una radicalización compleja y peligrosa de la comunidad judía en Chile”.
Fotos Bárbara San Martín
El presidente de la Comunidad Palestina de Chile tenía sólo 3 años cuando su familia llegó a nuestro país desde Beit Jala, un pequeño pueblo cercano a Jerusalén. “El hermano mayor de mi padre vivía en Santiago desde 1925 y, ante las consecuencias de la Nakba, el éxodo palestino por la guerra árabe-israelí de 1948, lo invitó a venir. Mi padre construía casas en lugares como Jerusalén, Beit Jala, Belén, y le iba muy bien, pero tras la creación de Israel nos fueron desplazando, nos estaban quitando nuestro país, empezó la opresión y nos vimos obligados a irnos”.
Acá vivieron primero donde su tío, hasta que la familia se trasladó al barrio San Diego. “Mi mamá recibía cartas constantemente de mi abuelo Yusef Massú, que se quedó en Palestina. Crecí escuchando historias de mi familia, de sacrificios, de mucho ahorro. Mis abuelos solían contarme sobre la unión familiar y las parcelas agrícolas que teníamos, ¡que aún tenemos!, pero ahora nos las están quitando para instalar a colonos israelíes. Eran lugares donde íbamos a descansar y pasar el verano”.
Cuenta que el Club Palestino, del cual es presidente desde 2014, fue su segundo hogar. “Tomábamos dos micros para ir al estadio; en las vacaciones llegábamos a las 11 de la mañana y nos íbamos a las 11 de la noche, cuando sólo teníamos una piscina y una especie de kiosco”.
Claro que el mayor logro de Maurice Khamis, según declara, fue la formación de la Comunidad Palestina de Chile, que hoy encabeza en su momento más complejo, luego de la guerra iniciada el 7 de octubre de 2023, cuando el partido político y su brazo armado, Hamás, atacó el sur de Israel, detonando una aplastante respuesta por parte del gobierno de Benjamín Netanyahu, que según la ONU ya suma 42 mil muertos.
“Muchos tenemos familiares, tierras y amigos en Palestina, por lo que allí ocurra lo sentimos como propio”, admite este economista y empresario, creador hace 25 años de la tienda de revestimientos y decoración Atika (hoy M.K.).
–¿En qué momento las relaciones se volvieron tan tensas entre la comunidad palestina y la judía en Chile?
–Entre los chilenos de origen palestino y los de religión judía nunca ha existido un conflicto; hay matrimonios, amistades y negocios entre miembros de ambas comunidades, lo que refuerza esta convivencia. El problema está en el plano institucional, donde la Comunidad Judía de Chile (CJCh) ha terminado por representar y validar las políticas del gobierno de Netanyahu. Esa postura, obviamente, genera tensiones. Vemos una radicalización compleja y peligrosa. Nosotros condenamos los hechos ocurridos el 7 de octubre de 2023, porque están fuera de la legalidad internacional y tampoco creemos en la violencia como un método de acción política. Pero no hemos escuchado una condena similar por parte de la CJCh o las instituciones que la integran sobre las atrocidades y barbaridades cometidas por el gobierno de Israel, que más bien parece una venganza dirigida contra toda la población palestina y sus terribles consecuencias. Al contrario, han tendido a la justificación de esas acciones, minando la convivencia y generando situaciones muy complejas. Por ejemplo, invitaron a soldados del ejército israelí, el cual está siendo acusado ante la Corte Internacional de Justicia por su participación en un genocidio, para presentarlos como héroes… Además, la CJCh está conformada por algunas organizaciones que participan activamente en la colonización ilegal de tierras palestinas, como lo demuestra el Fondo Nacional Judío (KKL), que en Chile ha promovido públicamente la construcción de colonias en el Golán, territorio sirio ocupado. Esta organización promueve la colonización en Makhrour, Beit Jala, un enclave que tiene un profundo valor histórico y emocional para los chilenos de origen palestino, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y parte de la identidad de nuestra comunidad. El hecho de que ciudadanos chilenos sean propietarios legítimos de tierras en Makhrour agrava aún más esta violación de derechos.
–Ya se cumplió un año desde el inicio de la guerra. ¿Cómo describiría hoy la situación palestina en Gaza?
–Es un genocidio. Por algo la Corte Internacional de Justicia de La Haya abrió una investigación. Es una vergüenza que la comunidad internacional lo tolere. Hoy en Palestina y, particularmente en Gaza, se juega no sólo el futuro de nuestro pueblo, sino del mundo en el que viviremos: uno basado en reglas, como se nos prometió después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, o uno basado sólo en la fuerza, que es lo que nos propone Netanyahu y sus cómplices con el gobierno, el más extremo en la historia de Israel –y me atrevería a decir, uno de los más extremos en la historia mundial–, quien ha dejado claro en todos los tonos que no tienen ninguna intención de formar un Estado palestino ni de alcanzar una paz justa y duradera. Netanyahu no tiene intenciones de respetar la legalidad internacional. Por lo tanto, mi opinión sobre él no puede ser peor. No sólo es un enemigo de la paz y de los palestinos, sino que también es un enemigo del propio Israel, porque mientras personas como él lideren el país, nunca habrá paz entre nosotros.
–¿El ataque de Hamás a Israel no fue una provocación de la que no se midió la envergadura de las represalias? Porque Israel siempre fue superior a Palestina militarmente.
–No soy, ni pretendo ser, vocero de Hamás, no tengo la menor idea de las razones de los hechos del 7 de octubre.
–¿Cuál es la posición de la Comunidad Palestina sobre la actuación y los crímenes perpetrados por Hamás?
–Mi posición personal y la de la CPCh es bastante clara; creemos, defendemos y nos relacionamos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), tal como la ONU, el Estado de Chile y la comunidad internacional. La OLP es la única y legítima representante del pueblo palestino. Por lo mismo, creemos que la única manera de alcanzar una paz justa y duradera es por medios pacíficos, implementando la legalidad internacional, la cual Israel viola desde hace 76 años. Hamás, si bien es un partido que incluso ha ganado elecciones, no es parte de la OLP y tiene un brazo armado; en cambio, nosotros condenamos la violencia como un método de acción política.
–El gobierno de Sebastián Piñera declaró oficialmente el derecho del pueblo palestino a constituirse como un Estado independiente, coexistiendo en paz con el Estado de Israel, respaldando así el derecho de este último a existir dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas. ¿Cómo fue la relación con su gobierno?
–Chile tiene una política de Estado que trasciende a los gobiernos. En cuanto al presidente Piñera, nuestra comunidad le tiene un especial aprecio, ya que fue él quien reconoció al Estado Palestino y, además, es el único presidente que hizo visitas de Estado a Palestina en sus dos mandatos.
–La Comunidad Judía de Chile ha sido muy crítica de la postura y el actuar de la actual administración de Gabriel Boric por su férreo apoyo a la causa palestina. Durante la última cita con la ONU, el Presidente se reunió con Mahmoud Abás, Presidente del estado de Palestina, lo que fue muy mal recibido por la institución.
–Quiero ser claro: cada uno puede tener sus opiniones, pero los hechos son hechos. Creo que lo que ha ocurrido aquí es un intento de manipular o sacar algún tipo de ventaja política, asignando una tendencia personal al Presidente Boric. Sin embargo, su gobierno no ha hecho absolutamente nada diferente a lo que ha sido la política de Estado de Chile en materia de relaciones exteriores, basada en el cumplimiento del derecho internacional y la promoción y el respeto de los DD.HH. y el derecho internacional humanitario. Cualquier intento de hacer parecer que el Presidente Boric ha modificado esta política o de que haya adoptado una postura más pro-Palestina es falso. Si revisamos los gobiernos anteriores, el presidente Aylwin permitió la apertura de la embajada de Palestina en Chile. El presidente Frei fue el primero en abrir una embajada de un país latinoamericano en Palestina. El presidente Lagos, tras la brutalidad de la segunda intifada, llamó a consulta al embajador de Chile en Tel Aviv. La presidenta Bachelet, durante los episodios en Gaza en 2014 –que, comparados con lo que hemos visto hoy, fueron menores– también llamó a consulta al embajador. Y el presidente Piñera no sólo reconoció al Estado Palestino como libre y soberano, sino que realizó visitas oficiales a Palestina en sus dos mandatos. Lo que el Presidente Boric ha hecho no es más que dar continuidad a esa política de Estado.
–En una columna, usted acusó a la CJCh de “manipulación constante y evidente de la difusión de noticias falsas, desacreditando de paso la institucionalidad nacional y la política exterior, sembrando un clima de odio, violencia y discriminación con consecuencias que pueden llegar a ser muy lamentables”. ¿Cuáles son sus argumentos?
–Estamos profundamente preocupados por la continua propagación de noticias falsas que fomentan discursos de odio y violencia, manifestaciones de palestinofobia y discriminación. Es legítimo tener diferencias de opinión, pero jamás será aceptable manipular la información o incitar al odio. Lo sucedido tras la reunión entre el Presidente Gabriel Boric y Mahmoud Abás en Nueva York es un claro ejemplo de manipulación y desinformación. Acusar al gobierno de Abás de “apoyar y premiar el terrorismo” implica que la reunión sería una contradicción con la condena de la violencia por parte de Chile. Este argumento ignora por completo el hecho de que el Presidente Boric ha condenado reiteradamente la violencia, incluyendo la demanda de liberación de los rehenes en manos de Hamás tras su reunión con Abás. La CJCh omitió convenientemente estos hechos, mostrando una clara intención de manipular la realidad.
–¿Conversan con la presidenta de la Comunidad Judía? ¿Se han encontrado en alguna oportunidad?
–Nunca he tenido ocasión de hablar con ella, pero sí con otros presidentes. De hecho, con el expresidente de la Comunidad Judía de Chile, Gerardo Gorodisher, compartimos un viaje juntos, al ser invitados por el presidente Piñera en las visitas de Estado que hizo a Israel y Palestina en 2019. Hoy es mucho más difícil generar un encuentro con la Comunidad Judía de Chile cuando sus dirigentes han asociado la legítima defensa de los derechos palestinos con el terrorismo, y cualquier crítica al Estado de Israel es etiquetada de antisemitismo. Este tipo de retórica no contribuye a una convivencia pacífica, sino que profundiza las divisiones.