Fotos Grosby Group
No se puede negar que el Primer Ministro de Canadá es tremendamente espontáneo. Y como esa cualidad a veces le significa aplausos –como cuando participó en un programa de televisión de Drag Queen– también le ha traído problemas, sobre todo cuando cantó muy contento “Bohemian Rhapsody” en un bar londinense, mientras el país estaba de duelo por la muerte de la reina Isabel II. Eso le significó críticas por doquier. Pero así es él. Más natural –metepatas dirán muchos– que diplomático.
En un primer momento se dudó de la autenticidad de las imágenes, pero el propio equipo de Justin Trudeau (50 años) confirmó que el video era verdadero: dos días antes del funeral de Isabel II, el mandatario canadiense, junto a la delegación de su país que viajó a Londres a despedir a la reina, rendía un “homenaje” muy personal a la monarca fallecida. Con un look informal y apoyado sobre un piano, el primer ministro fue grabado al ritmo de Queen y, cual Freddy Mercury, cantó los versos “Easy come, easy go, little high, little low”, de “Bohemian Rhapsody” en el bar de un hotel. El video se viralizó en un santiamén y fue un escándalo “real”.
Las críticas fueron negativas tanto en Reino Unido como en su país. La prensa británica se molestó con tanta alegría en un momento de duelo nacional. “El primer ministro canadiense fue irrespetuoso y no mostró decoro cuando surgieron imágenes de su diversión del sábado por la noche”, decía un artículo en The Telegraph. De vuelta en Canadá, también recibió duros cuestionamientos por parte de algunos comentaristas políticos, por “ir contra el decoro del evento”.
Lo que sí se ha tomado con mucha simpatía en su país, aunque tampoco forma parte de las labores de su cargo, fue su participación en el programa de TV “Canada’s Drag Race: Canada Vs. The World”, liderado por el polifacético artista Ru Paul.
Con esta inesperada aparición, el 18 de noviembre pasado, Trudeau hizo historia ya que, a pesar de no ser el primer político en participar en el espacios de talentos trans –ya lo hizo Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos–, es el primer mandatario de un país en formar parte de esta competición de drags que ha tenido réplicas a nivel internacional en países como Australia, Tailandia, Italia y Reino Unido, entre otros. Su participación es consecuente con sus principios. Trudeau ha sido un defensor del colectivo LGTBIQA+ y fue pionero en participar, ya en su cargo, en el desfile anual del Orgullo del Toronto.
PROBLEMAS CON CHINA
Su más reciente salida de libreto es seria, eso sí, y terminó hasta con el enojo del presidente de China, Xi Jinping, durante la cumbre del G-20 en Bali.
El líder chino lo encaró ¡públicamente! luego de las filtraciones que hubo a la prensa de la reunión bilateral que ambos sostuvieron. “Todo lo que discutimos se filtró a los periódicos, eso no es apropiado“, le dijo Jinping. Y Trudeau en vez de ofrecer disculpas y apagar el fuego con diplomacia, le echó bencina al impasse y le respondió: “en Canadá creemos en el diálogo libre, abierto y franco y eso es lo que seguiremos teniendo. Seguiremos buscando trabajar juntos de forma constructiva, pero habrá cosas en las que no estemos de acuerdo”.
Xi Jinping, ofuscado, le respondió: “eso es genial, pero primero crea las condiciones“.
Espontáneo o no, Trudeau sabe de estrategias, porque a sus cortos 50 años tiene trayectoria. Además de estar en el poder desde 2015, lidera el Partido Liberal de Canadá desde el 14 de abril de 2013; y desde 2008 fue parlamentario por el distrito electoral de Papineau. Y lleva la política en la sangre, porque es el primogénito de Pierre Trudeau, exprimer ministro de Canadá, considerado el refundador del “Canadá moderno”…