La pintora e ilustradora chilena Marcela Trujillo “Maliki” presenta su nueva exposición Vanity Fauna. A partir de hoy, y hasta el próximo 20 de octubre, estará en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Una propuesta que instala un universo ficticio en el que se cruzan los imaginarios de las revistas femeninas de fines del siglo XIX con retratos de la Colección MNBA. Esto, con el objetivo de cuestionar la construcción social de la belleza y sus moldes.
Vanity Fauna es un viaje a un territorio habitado por animalas, que son hembras no humanas. Personajes con cabezas de diferentes especies salvajes y cuerpos antropomorfos. Son aristócratas vestidas con trajes largos de la época victoriana. Época en la que abundaban sombreros con plumas, peinados con moños, joyas y guantes. Aludiendo a un período en el que las mujeres debían camuflar la carencia de su voz y derechos, a través de la elegancia y accesorios inspirados en la naturaleza.
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Esta propuesta juega con la idealización de la mujer, la naturaleza y las bellas artes que la Europa del siglo XIX determinó como el canon de belleza femenina. Conceptos como la delgadez, la cabellera larga y sedosa, la tez blanca, el aura angelical. Así como también, roles para las mujeres de la alta sociedad patriarcal, como la maternidad, el cuidado del hogar, la personalidad sumisa y la dependencia del hombre.
“Vanity Fauna es mi homenaje a la visualidad de las revistas impresas. Una inmersión en el origen del mandato social de embellecernos, moldearnos y domesticarnos. Una reflexión personal sobre el manual de comportamiento social para las mujeres. Y un laborioso proceso de construcción de imágenes, texturas, textos y mundos imaginados en el que hemos trabajado muchas personas. Una ficción donde las protagonistas ya no son mujeres, sino una fauna vanidosa formada por un conjunto variopinto de especies de acicaladas. Animalas que no saben nada de patriarcas, que deciden qué formas deben tener, qué deben vestir o en qué deben ocupar su tiempo”, comenta la artista.
El proyecto surgió de un catálogo de placas de moda del siglo XIX. Así como también de una serie de libros de moda victoriana, ilustración botánica, publicidad vintage y de revistas de decoración y antigüedades. Todas ellas donde se estipulaban los ideales del cuerpo femenino. “Esto me tentó a inventar un mundo poblado de seres animalescos antiguos que editan una revista de animalas. Y comparten sus aficiones y actividades culturales entre sus pares para entretener, comunicar, enseñar y difundir saberes”, cuenta Maliki.
Los contenidos fueron creados a medida que las pinturas de Maliki se gestaban. De este modo, cada texto fue posterior a las imágenes. La publicación contiene editorial, reportajes, entrevistas, columnas, humor, psicología, literatura, crítica literaria, arte, crítica de arte, mundo místico, especial de moda, gastronomía, ciencia, salud y arte.
Cada sección está escrita por una periodista animala, cuyos retratos están impresos en el papel mural. Y los textos e imágenes tienen relación con un lugar ficticio llamado Verde Bosque, donde conviven criaturas de diferentes especies y profesiones.