Los primeros volantines en Chile tienen su registro a mediados del siglo XVII, desde entonces, las cosas han cambiado bastante. Sin embargo, cada 18 de septiembre se vuelven a encumbrar los volantines. Una tradición que más allá del paso del tiempo, merece mantenerse en él. Y hoy son precisamente las nuevas tecnologías las que permite recuperar, restaurar y mantener aquellas costumbres.
Las tradiciones se transmiten y mantienen de generación en generación. Pero estas cambian, así como también las formas de creación, ofreciendo más oportunidades, como las que han reunido a los artistas Camilo Huinca y Boris Prado en una experiencia única en la que han explorado áreas desconocidas en un escenario en el que interactúan el mundo físico y digital.
Lo artesanal y la tecnología pueden convivir en armonía, y uno, no quita del otro. Así ha quedado demostrado en esta intensa experiencia, en la que Boris, un reconocido y creativo maestro volantinero, se entregó a los avances de la tecnología, para compartir su arte con Camilo, diseñador gráfico e ilustrador, quien lo envolvió con su expertise en el mundo digital. ¿El resultado? Un volantín listo para ser encumbrado.
Para Camilo, también conocido como Only Joke, parte de su trabajo como diseñador es “entender distintos desarrollos artesanales o industriales para poder interpretarlos desde mi estética y darle una reinterpretación”. A partir de ahí y en modo Fiestas Patrias, comenzó esta curiosidad por el proceso de la fabricación de los volantines, pero con un giro: unir los nuevos dispositivos con el patrimonio y los aspectos más artesanales.
Fue así como llegaró a Boris Prado, reconocido por la confección de volantines y sus innovadores y creativos diseños. A los 7 años fabricó su primer volantín a los 7 años, algo que no resulta nada extraño si tomamos en cuenta que es nieto y heredero en el oficio de Guillermo Prado, el más destacado volantinero en la historia de Chile.
Ambos artistas compartieron mesón y Camilo introdujo a este maestro volantinero en su mundo digital, invitándolo a diseñar sus volantines en un iPad Pro M2 12.9″ y no en el clásico papel. De esta forma, unieron el diseño original de Camilo y su paleta de colores, con el trazo y manufactura de Boris para crear volantines. Una co-creación que refleja el puente real entre el arte tradicional y las nuevas tecnologías.
Camilo destaca que el iPad Pro M2 12.9″ le “da la posibilidad de tener una experiencia muy parecida al papel. Y poder experimentar con procesos de color, formatos de presentación nuevos y limpios, lo que hace que sea más inmediato crear algo”.
Una forma diferente y divertida de trabajar que Boris conoció gracias a esta experiencia en conjunto. “Fue un intercambio de conocimiento. Desde mi lado, desde la academia de la tecnología y la modernidad. Y por el lado de Boris, desde el procedimiento más tradicional y análogo”, resume Camilo.
En el caso de Boris, su trabajo siempre ha sido análogo, desde el diseño hasta la fabricación. “Sin importar la hora, si se me ocurría algo tenía que buscar un papel donde plasmarlo. Hoy, con una herramienta tan magnífica como el iPad Pro M2 12.9” , puedo adelantar trabajo y desarrollar más allá de la simple idea. Me ofrece muchas alternativas, enriquece mi trabajo y lo facilita“, comenta el maestro volantinero.
La tecnología es una herramienta que facilita y potencia procesos, y en eso coinciden Boris y Camilo, quienes destacan el poder del iPad Pro M2 12.9” de generar ecosistemas en el trabajo. “Es un ritmo de trabajo más rápido y cómodo. Para mí, es tiempo y calidad de vida. Además de la versatilidad de poder llevar una herramienta de trabajo tan potente a todas partes”, destaca Big Joke.
El patrimonio artístico y cultural es algo que habla de los lugares y cuenta historias. Por lo mismo, debe mantenerse vivo. Y es ahí donde la tecnología puede cumplir un rol esencial si se entiende como tal. “Uno podría creer que la tecnología pasa a llevar la tradición, pero no es así. El diseño es creado de forma digital, pero el resultado final sigue siendo físico. La técnica del calado que yo hago, por ejemplo, que consiste en pegar un papel sobre el otro, sigue siendo la misma”, comenta Boris.
El iPad Pro M2 12.9″ ha puesto la creación artística al alcance de todos, y al mismo tiempos aquellas voces estéticas que ya existían, son capaces de llegar mucho más allá. “Mi misión es difundir el volantín tradicional como es, ya sea en su esencia o en su técnica de confección. Y eso es lo que estamos haciendo, además de educar a las nuevas generaciones”, concluye Boris.
Este dispositivo es un poderoso medio artístico que sirve para contar historias, resignificar y revalorizar tradiciones. Además, de crear una experiencia que permite a todo el mundo imaginar nuevos mundos juntos y en tiempo real, tal como lo hicieron Boris y Camilo.
“Lo importante es hacer este puente interdisciplinario. Invitar a artistas a abrazar las disciplinas y buscar diferentes procesos relacionados con la identidad nacional para reivindicarlas, removerlas, mantenerlas y restaurarlas. Esa es la manera de mantener la cultura viva”, cierra Camilo.
Los volantines fueron diseñados con un iPad Pro M2 12.9″. Por su parte, Franchesca Ciudad, destacada fotógrafa chilena, fue le encargada de capturar la sinergia de estos artistas a través de la poderosa cámara del iPhone. Y el responsable del montaje de este producto digital será Ignacio Cruz, director audiovisual de videos musicales, enfocado últimamente en la música urbana. Este se publicará en unos días más.