Revista Velvet | Benjamín Vicuña: “Hoy nos toca atravesar esta situación dolorosa, pero voy a seguir apostando a lo que confío”
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Benjamín Vicuña: “Hoy nos toca atravesar esta situación dolorosa, pero voy a seguir apostando a lo que confío”

Benjamín Vicuña: “Hoy nos toca atravesar esta situación dolorosa, pero voy a seguir apostando a lo que confío”
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Benjamín Vicuña: “Hoy nos toca atravesar esta situación dolorosa, pero voy a seguir apostando a lo que confío”

POR equipo velvet | 05 septiembre 2025

A sus 46 años, Benjamín Vicuña dice pasar por una etapa de plena madurez personal y profesional. Se muestra más seguro que nunca de quién es, del legado que deja a sus hijos y de los proyectos que decide emprender. Aquí habla sobre ellos y, además, se toma un tiempo para contar, en exclusiva, sobre los titulares que lo han acompañado en los últimos meses, compartiendo una mirada personal y honesta sobre su presente.

Fotos Paz Vásquez para Estudio Fe

5 de agosto, 9:25 de la mañana. El silencio es espeso, de concentración absoluta. En 35 minutos llega Benjamín Vicuña y tenemos una hora para hacer lo que usualmente se logra en una jornada extensa. Tic, tac. La stylist acomoda la ropa, la maquilladora alinea sus pinceles y la fotógrafa revisa una vez más la cámara. Luces listas. Todos en posición. La cuenta regresiva ha comenzado.

El actor, que viajó desde Buenos Aires, está en Chile por apenas 12 horas. Su itinerario es casi quirúrgico: aeropuerto, sesión de fotos para Velvet, otra para su perfume homónimo… y de vuelta al aeropuerto. Aun así, llega puntual, a la inglesa: cinco minutos antes de lo acordado.

Con la sonrisa que lo caracteriza, entra al estudio ubicado en Ñuñoa y cualquier preocupación desaparece. Seguimos teniendo una hora, pero está animado y dispuesto a correr con nosotros. Suspiramos de alivio.

Lo maquillan en tiempo récord, se prueba el primer look y ya está listo para posar. La primera foto se captura en minutos; Benjamín Vicuña no tiene un segundo que desperdiciar, y menos ahora, que se está preparando para grabar una serie que se llama El Resto Bien, dirigida por Daniel Burman, y que se filma en tres países: Argentina, Uruguay y Paraguay.

Pero entre agenda y flashes, se toma de todas formas un tiempo para hablar en exclusiva con Velvet sobre los titulares que han acompañado su nombre en los últimos meses y compartir una mirada personal y honesta de su presente. Pese a los desacuerdos y capítulos difíciles, elige resguardar a su familia y deja algunas preguntas sin respuesta. Con todo, lo que sí decide compartir revela más que nunca.

En julio de 2025, la relación entre Benjamín Vicuña y su expareja China Suárez volvió a ocupar los titulares cuando la actriz publicó en Instagram un extenso mensaje, tras la decisión del actor de revocar el permiso para que sus hijos viajaran con ella a Turquía. Bajo el título “El papá del año”, Suárez escribió sobre la supuesta ausencia de Vicuña en momentos difíciles y arrojó críticas a su rol de padre. Ante el impacto mediático, Vicuña respondió sin entrar en agravios y reconoció que atravesaban una situación difícil.

–Hace tres semanas ocurrió algo que, para muchos, marcó un antes y un después en tu vínculo con Eugenia “China” Suárez. Más allá de lo mediático, ¿cómo impactó esto en tu vida cotidiana y emocional?

–Sí, a ver, realmente el que nosotros seamos los padres, en este caso, actores conocidos, no significa que que lo privado, lo íntimo del vínculo con mis hijos deba a ser expuesto. Es realmente lamentable lo que está pasando.

–¿Has pensado en tomar alguna acción legal a raíz de todo lo dicho?

–Con ella, estando separados, tuvimos durante muchos años un arreglo armónico, flexible, de entendimiento, de cariño y respeto. Hoy nos toca atravesar esta situación dolorosa, pero voy a seguir apostando a lo que confío y creo de corazón, que es el entendimiento entre los adultos, por el bien de los niños.

–Tu hijo Bautista te defendió públicamente en redes sociales y fue muy celebrado. ¿Qué te generó eso como padre?

–Bueno, él tiene 17 años y es un joven que ya maneja sus redes, su opinión. Por un lado prefiero que no los involucren en estos temas, pero también fue emocionante. Él ya es libre de decir y opinar lo que quiera.

–Carolina Ardohain, tu expareja, también ha hablado con cariño y respeto de tu paternidad. ¿Cómo han logrado construir ese vínculo armonioso?

–El vínculo se trabaja. Son años y siempre entendimos que la proridad son nuestros hijos.

–¿Cómo manejas la exposición de los niños frente a los medios?

–La exposición de mis hijos es alta. De esto nos tenemos que hacer responsables; fue algo natural que, al ser hijos de actores, pudiesen ser conocidos, ya sea por nuestras redes sociales o algunos eventos públicos. Sin embargo, hoy por momentos los he visto inmersos en un relato o en una línea de cosas que exceden lo controlable o lo que me parece correcto, viéndolos vinculados a otras noticias que tienen que ver con adultos, con separaciones, con situaciones en las que los niños no deberían estar ni mencionados ni ser parte.

–Tu novia Anita (Espasandin), ha estado a tu lado. ¿Qué significó para ti esa presencia en medio del torbellino?

–Anita es una mujer inteligente. Estoy orgulloso de acompañarla y ser su pareja.

–¿Qué sientes que vino a enseñarte toda esta situación?

–Sin duda, la vida es un camino de aprendizaje. Cuando son situaciones dolorosas, es muy difícil entender el por qué, pero bueno, seguramente tendrá un sentido. Por ahora, saber quién soy, cuál es el papá que quiero ser y del lado que quiero estar.

–¿Cómo es ese papá?

–Un papá que pueda capitalizar sus 20 años como padre. La paternidad también es un oficio y he aprendido mucho, he crecido. Quiero ser el papá que mis hijos necesitan. Un papá con días buenos y malos, con errores, real, cercano, un papá que sepa escuchar, que ríe, que juega. El papá que deja el trabajo y la neura en el auto y llega a la casa feliz.

–La frase de China “el papá del año”, dicha en tono irónico, tuvo mucha repercusión. ¿Cómo la viviste tú?

–Yo sé quién soy y mis hijos saben quién soy. Eso fue solo alimento para las redes sociales. De ahí vino, y ahí muere.

–¿Crees que es viable que tu hijos más pequeños vivan entre Turquía y Buenos Aires?

–Eso corresponde a una dinámica familiar que se tendrá que ajustar a este desafío en privado. En ese sentido se buscará un equilibrio. Es lo que hemos hecho siempre y está vez no será diferente.

–Uno de los temas que mencionaste es la importancia de la rutina y la escolaridad para los niños. ¿Es esa hoy tu mayor preocupación como padre?

–Es algo importante, pero mi mayor preocupación es que ellos sean felices.

–Frente a todo lo que se ha dicho, ¿qué ha sido lo que más te dolió?

–Que insinuara cosas que no son ciertas, pero sobre todo que se cuestionara mi rol de padre. En el pasado, Benjamín Vicuña ha menciado que su primera terapia fue motivada por una pena de amor. Para él, ha sido una herramienta fundamental para conocerse y también para implementar y complementar con su trabajo. “Sin conocerme tanto, no podría interpretar ni construir personajes también desde lo psicológico, que es algo que me gusta, me apasiona”.

–¿Qué has aprendido sobre ti en este tiempo?

–Bueno, que administrar mis emociones es fundamental para convivir con el mundo, con el entorno. Aprendí, y aprendo día a día, que el ser humano es un ser complejo, diverso, donde alguna de sus tareas principales es aprender a quererse, a reconciliarse con sus fantasmas, con sus dolores, con su historia e intentar ser feliz.

–¿Quiénes están en tu red de apoyo?

–Mi familia. La gran fuerza en mi vida son mis hijos, pienso en ellos y tengo toda la fuerza que necesito. Mi red de apoyo es mi vieja, mis hermanos y mi pareja, que comparte el día a día; mi equipo de trabajo, con el que estoy hace ya 20 años, y mis amigos de toda la vida y de la profesión, que también terminan siendo una familia.

–¿Cómo estás tú? ¿Cómo te sostienes emocionalmente?

–Me siento en un momento de madurez profesional, con una familia que aprendí a construir. Tengo a mis hijos, que me enorgullecen. Administrando situaciones, que es parte de la vida; cosas buenas, cosas malas. Tratando de buscarle el sentido a lo que pasa, pero manteniendo la perspectiva como siempre y encarando la vida con fuerza, con resiliencia, con humor, con amor, con ternura, sin preguntarme tanto el porqué, si no el para qué.

LA ACTUACIÓN COMO REFUGIO

Parece increíble, pero Benjamín Vicuña ya lleva más de veinte años construyendo su carrera. Y lo hace con el mismo entusiasmo de sus primeros años, incluso con más energía por todo lo que se viene. Cree que alguno de sus hijos podría seguir sus pasos, pero no hay presión. Él quiere una familia feliz. Es parte de la madurez que dice estar viviendo.

–Has tenido una carrera intensa y diversa, que ha trascendido fronteras y géneros. ¿Sientes que hoy estás en una etapa más madura de tu vida artística?

–He tenido una carrera muy bonita, que sin duda me sorprende y va mucho más allá de lo que imaginé cuando era un estudiante de teatro de la escuela de la Universidad de Chile. Y no solo como actor, sino como productor de diferentes proyectos. Claramente a mis 46 años me siento maduro, siento que trabajo donde quiero, que estoy donde quiero estar, y profundizando y desarrollando mi oficio cada vez más, que es algo que amo muchísimo.

–¿Qué te mueve hoy como actor? ¿Hay algo que te gustaría contar desde otro lugar?

–Me mueve disfrutar lo que hago. Me mueven temas donde siento que tengo un punto de vista y también experiencia para poder contarlos con propiedad. Y también me mueve poder moverme por diversos géneros, pasarme del teatro al cine, a la televisión y poder transitar la comedia y el drama. Crecer como actor.

–A pesar de los vaivenes personales, nunca te has bajado de tus compromisos profesionales. ¿El escenario y los rodajes han sido un refugio emocional para ti?

–Sí. Creo que, en los momentos más difíciles, la actuación me salvó la vida. Es un refugio, un lugar de contención. Además el trabajo, la rutina y la disciplina te dan un marco, al estar vinculado a materiales para poder trabajar, crecer, para autoconocerse, sin duda. Pero no solo son los refugios emocionales, también son los lugares donde están mis grupos de amigos, mis compañeros de ruta. Se arma una verdadera familia a lo largo de los años.

Uno de sus proyectos para este semestre es Rey del Ring, que, según dice, busca acercar a las nuevas generaciones la figura de Arturo Godoy, una leyenda del deporte chileno a quien califica como “un verdadero héroe”.

“El productor Max Gandarillas se acercó con este proyecto, me invitó a ser actor y productor también. Poder acompañar, explotar y producir esta película me encantó. Es un personaje maravilloso, y estoy muy muy ansioso de ver qué es lo que sucede con él”, admite.

–Está ambientada en los años 40. ¿Qué fue lo más desafiante o atractivo de ambientarse en esa época?

–Quizás el desafío más grande pasa por el arte y el diseño de arte, el vestuario y poder acercarnos también al Nueva York de esa época. Es un trabajo muy exigente desde ese punto de vista y para nosotros, bueno para Marko Zaror, significó todo un trabajo de coreografías, de entrenamiento muy grande. Creo que va a ser una película icónica para el cine chileno.

–En Papá x Dos interpretas a un padre otra vez. ¿Por qué crees que llegan a ti estos papeles? ¿Te buscan o los buscas tú?

–¡Jajajá! Creo que en estos personajes sí hay una ley de atracción. Justamente tienen que ver con los materiales que quiero contar; que me atrevo a contar, con propiedad, con ganas y con la edad, y con el humor necesario para hacerlo. Y poder reírnos de nuestra forma de vivir la paternidad.

–Trabajaste con Lucas Akoskin, también padre. ¿Sintieron que la paternidad los unió en el set?

–Con Lucas somos muy amigos, nos conocemos, trabajamos en Miénteme, una película que hicimos para Amazon. Nos llevamos muy bien, le encanta la comedia y por supuesto que nos une la paternidad, la amistad y el amor por el cine.

–La película habla de decisiones importantes. En lo personal, ¿eres alguien que se deja guiar por la cabeza o el corazón?

–Creo que las decisiones importantes se toman con un equilibrio entre el corazón y la cabeza. Quizás, a medida que los años van pasando, cada vez más con la cabeza que con el corazón. Pero soy una persona que piensa mucho las cosas, que le pregunta a un círculo familiar, también a un círculo que tengo de contención, tanto en decisiones profesionales como muchas veces de familia. Tengo las referencias en el caso de mi madre o de mi hermano o algún amigo.

–¿Hubo algo del personaje o guión que te removió personalmente?

–Sí, muchas cosas, sobre todos los últimos trabajos, como Corazón Delator, de Netflix, que habla sobre cómo el amor se transforma y transmuta de la muerte, y El silencio de Marcos Tremmer, sobre cómo alguien pudo decidir sobre su futuro, sobre su enfermedad, posteriormente, de su final. O El primero de nosotros, una serie por la que gané el premio Martín Fierro. Son proyectos que me conmueven y tienen que ver con cosas personales.

–Corazón Delator fue un éxito. ¿Por qué crees que conectó tanto con el público?

–Justamente por el lado humano, por cómo puede empanizar con el público, del costado de que todos creemos que hay una memoria de nuestro cuerpo, de nuestro corazón y porque creemos también que el amor no puede terminar, no puede morir en este plano. Todos creemos que va más allá de la vida.

–¿Qué tan delator es tu corazón en la vida real?

–Muy.

–¿Eres fan de Soda Stereo? La banda argentina tiene una canción con ese nombre.

–Absolutamente fan, tuve la suerte de conocer a Gustavo Cerati de grande, disfrutar de su genialidad y compartir muchos momentos con él.

Entre sus próximos pasos, el actor cuenta que comenzará a grabar la serie El Resto Bien, dirigida por Daniel Burman, donde actúa junto a Rita Cortese, Violeta Urtizberea y Daniel Hendler, entre otros. Se filma en tres países (Argentina, Uruguay y Paraguay) y, dice, es un proyecto muy importante para su carrera. También está cerrando algunos proyectos de 2026.

–¿Has pensado en dirigir una película y tomar ese rol?

–Sí, la dirección es algo que me gustaría explorar en algún momento. Creo que primero sería en teatro, donde me siento más seguro. Me fascina la dirección de actores, también el cómo resolvemos el escenario, la emoción, la necesidad del texto, también la puesta en escena. Es algo que en algún momento me voy a dar el lujo de hacer.

–¿Ves que algunos de tus hijos pueda ser actor?

–Sí, me encantaría, creo que alguno puede ser. A Bautista lo veo con mucho potencial, a Benicio también, que quiere ser director de cine. Pero la verdad es que no quiero condicionarlos y menos con una respuesta (en una entrevista). Que sean lo que ellos quieran.

–¿Cómo esperas cerrar el 2025?

–¿Cómo cerrar? ¡Uff, ya se fue este año! ¡Jajajá! Trabajando, como siempre, focalizando en lo importante y rodeado de la gente que amo.

–¿Qué te ha hecho sonreír los últimos días?

–Sonrío todos los días. Soy un agradecido de la vida, de la salud de mis hijos, del amor y del hombre que soy.

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