Han pasado más de 50 años desde que Jane Fonda ganó su primer Oscar. Y ahora, la actriz reveló que si bien esa noche fue memorable, no lo es necesariamente por las razones que podríamos esperar.
En 1972, la actriz que en ese entonces tenía 30 años, subió al escenario para aceptar el premio a Mejor Actriz por su papel en Klute. Sin embargo, las cosas no fueron tan perfectas para Fonda.
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“Hay mucho que decir y no lo voy a decir esta noche”, señaló en un breve discurso. Detrás del escenario, mucho ocurría esa noche. “Tenía gripe, estaba realmente enferma”, reveló a Dave Krager en su nuevo libro 50 Oscar Nights.
“Tenía una temperatura de 38.89. Recuerdo agradecer a las personas que votaron por mí y decir exactamente lo que mi padre me dijo que dijera“, contó. “Y luego salí del escenario y me fui a un rincón detrás del escenario y lloré”.
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Jane, ahora con 86 años, creció en el mundo del cine, su padre, Henry Fonda, quien falleció en 1982, también fue un popular actor. Pero en 1972, su padre no había ganado ningún Oscar. En la noche de su triunfo, no sabía cómo sentirse.
“Lloraba de alivio, porque había dicho lo que tenía que decir, y me bajé del escenario, y nadie me abucheó”, dice. “Pero también lloré porque mi papá nunca había ganado un Oscar, y simplemente parecía mal”.
Una década después, su padre Henry recibió un Oscar honorario en 1981 y el premio al Mejor Actor por On Golden Pond en 1982. Mientras que Jane, ganó su segundo Oscar en 1979 por Coming Home.
La estrella de Grace and Frankie, que se sometió a quimioterapia por linfoma no Hodgkin en 2022 y ahora está en remisión, aseguró que a pesar de sus altibajos en la vida, “siempre ha encontrado una manera de seguir adelante”.
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“La vida mejora con la edad”, le dijo a People en su historia de portada de 2023. “Ha habido tragedias y cosas difíciles en mi vida. Pero nunca he sucumbido a ellas. He sido resistente toda mi vida”.
