La recordada animadora infantil reconoció la influencia negativa que tuvo en la autoestima de las niñas que vieron su show televisivo a comienzos de los noventa en toda América Latina. En aquella época, algunos se quejaban de que Xuxa se mostraba demasiado sexualizada para ser un modelo para los niños. No olvidemos que antes de dedicarse a la televisión infantil, la brasileña había posado para Playboy.
Durante los últimos años, en las redes sociales se han vuelto virales sus momentos más polémicos de esa etapa, como cuando dijo que sus televidentes preferían a las Paquitas rubias, o cuando le dijo a una niña que perdió un concurso en su programa porque “comió demasiadas papas fritas”.
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“Yo venía a ser la muñeca, la niñera, la amiga de estos niños”, se confesó en una entrevista con el New York Times. “Una Barbie de aquella época, si ella venía con un autito rosado, yo venía con una nave espacial rosada”. En 1986, cuando tenía 23 años, la apodada reina de los bajitos conquistó la televisión con su propio programa infantil, el que se convirtió en todo un fenómeno.
El espacio reunía a 200 niños en un escenario lleno de colores, presentando actuaciones musicales y concursos. Un éxito que trascendió las fronteras de Brasil. El programa se grabó en ciudades como Buenos Aires y Barcelona. A principios de los años 90, El Show de Xuxa era visto por millones de niños.
Su fama creció tanto que se convirtió en una de las mujeres más influyentes, siendo comparada incluso con Margaret Thatcher, y se le atribuyeron relaciones sentimentales con figuras como Pelé y John F. Kennedy Jr. “En los años 80, no podías encontrar una telenovela en la que la empleada no fuera negra”, reflexiona Xuxa. Entonces llegó ella: blanca, rubia, alta, con piernas largas, y todos la adoraron.
Sin embargo, no todo fue color de rosa para la animadora. También ella fue sometida a los cánones de belleza desde temprana edad, llegando a sentirse como un objeto. “Desde pequeña me veían como un pedazo de carne”. “Una muñeca tiene que tener el pelo largo”, recuerda que le dijeron. Además, confesó que tuvo que perder peso y someterse a cirugía plástica. En ese sentido reconoce que no es responsabilidad del programa que hizo sino que “es culpa de todo lo que nos transmitían como normal”.
A pesar de tener una audiencia diversa, Xuxa era descendiente de inmigrantes italianos, polacos y alemanes, lo que la aproximaba a las princesas y muñecas que dominaron la cultura pop en los años 80: “creo que tal vez por eso tuve mucho éxito en esa época”. Mirando hacia atrás reconoce que en su momento no percibía este encasillamiento estético como un problema. “Hoy sabemos que está mal… Madre santa, qué trauma les puse en la cabeza a algunos niños”, dice la que fuese llamada La Reina de los Bajitos. “No fui yo quien lo decidió. Pero lo avalé. Le puse mi firma”.