Revista Velvet | Wim Hof, el hombre del hielo: “El frío es una fuerza poderosa y esa fuerza puede entrar en ti”
Entrevistas

Wim Hof, el hombre del hielo: “El frío es una fuerza poderosa y esa fuerza puede entrar en ti”

Wim Hof, el hombre del hielo: “El frío es una fuerza poderosa y esa fuerza puede entrar en ti”
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Wim Hof, el hombre del hielo: “El frío es una fuerza poderosa y esa fuerza puede entrar en ti”

POR equipo velvet | 20 julio 2024

El atleta extremo holandés conversó con Velvet sobre cómo usar las bajas temperaturas a nuestro favor para combatir el estrés y las enfermedades. Conocido como Iceman tras romper varios récords, aconseja enfrentar este invierno con la menor ropa posible.

Por Sonia Lira

Wim Hof es una leyenda viva y sus seguidores dicen –medio en broma, medio en serio– que está a un tris de superar en popularidad al mismísimo Yeti. Claro que, a diferencia del abominable hombre de las nieves, el atleta extremo holandés tiene un buen humor a prueba de granizos.

Nacido hace 65 años en Sittard, Limburg (Países Bajos), desde joven sintió atracción por desafiar sus propios límites biológicos, exponiendo su cuerpo a aguas glaciales y a otros retos, ya sea escalar el Kilimanjaro sin polera o correr un maratón en el desierto.

Esta trayectoria le valió varios récords Guinness, por ejemplo, el de mayor tiempo en contacto total con hielo y el de mayor distancia de nado bajo aguas gélidas. No es raro que haya enfrentado la muerte, como esa vez en que sus córneas se congelaron y debió ser rescatado por un buzo cuando empezaba a perder la conciencia.

Merecido tiene entonces el título de Iceman.

Partió por desafiar la naturaleza, pero en eso estaba cuando entendió que yendo a ella –ya sea en la forma de aguas heladas o de cimas irremontables–, esta se convertía en su mejor aliada para enfrentar el estrés o la enfermedad. Finalmente, su búsqueda se consolidó en un estilo de vida que hoy tiene miles de adeptos en el mundo entero. Algunos realizan junto a él caminatas por paisajes invernales vestidos sólo con shorts. Otros entrenan con el Método Wim Hof (WHM), que no es otra cosa que la combinación de exposición al frío junto a técnicas de respiración y meditación.

Desde ya, aclaramos que se trata de una práctica que exige el apego a protocolos rigurosos y que estos son progresivos, como explicita Hof en su página web.

¿Una moda? Eso podríamos pensar si vemos cómo ahora es posible adquirir por internet tinas de hielo portátiles para sumergirse y recibir un shock de adrenalina (bajo supervisión, insistimos). Sin embargo, los magallánicos saben desde hace mucho que un buen chapuzón en las aguas del Estrecho es la mejor forma de celebrar la llegada del invierno y asegurar una temporada libre de resfríos. Además, se trata de una costumbre que ya practicaban los vikingos para la cura de los males más diversos (lepra y cáncer) e incluso para atraer la felicidad a sus vidas.

El caso es que el atleta puso de nuevo estas viejas prácticas en el ojo de los científicos que hoy intentan descifrar los pros y los contras del WHM: la última investigación corresponde a una realizada por la Universidad de Warwick (Reino Unido) que, en lo medular, concluye que el sistema patentado por el holandés resulta eficiente para reducir los niveles de inflamación en el cuerpo.

Wim Hof es padre de seis hijos (un séptimo viene en camino) y sin falsa modestia anuncia que sus hijas están escribiendo la versión del WHM dirigido a mujeres, ya que ellas tienen un acercamiento distinto a las bajas temperaturas.

“Su fisiología es diferente a la de los hombres. Es lógico. Para las mujeres es mejor permanecer un tiempo más corto, ya que así se equilibrará su sistema hormonal, proporcionándoles mucha paz y poder. Paz y Poder”, repite.

–Cuándo niño, ¿recuerda algún momento especial relacionado con el frío?

–En dos ocasiones: a los siete y a los 11 años. La primera vez era un crío y me quedé dormido en la nieve. La segunda, a los 11, fue más grave porque me llevó una ambulancia y desperté en el hospital. Esos fueron mis primeros encuentros. Mis padres, por supuesto, estaban preocupados, pero nadie supo explicar bien qué ocurrió; sólo que tenía una condición que hacía que me quedase dormido.

–¿Qué pasó después?

–A los 17 años empecé a buscar el frío; a confrontarme con él. Estaba en un parque y, por instinto, me sumergí en el agua helada (Beatrixpark canal). Por lo general, la gente piensa que el frío es malo; que es una fuerza negativa; incluso que es peligroso. Entonces, lo evita. En mi caso, a partir del momento en que entré a esas aguas heladas, comprendí el poder de su naturaleza, el poder del frío. Experimenté un viaje a mi centro, a mi interior. Fue como enamorarme y, desde los 17 años, comencé a ir cada día al agua helada. No permanecía allí por mucho rato, pero sí lo hacía constantemente. Fue así como, paso a paso, fui aumentando el tiempo de exposición y mi cuerpo se acostumbraba más y más.

–¿Y cómo nace su método?

–En paralelo, me hacía cada vez más consciente de mi respiración y comprendí que, si la usaba correctamente, mi mente aumentaba el poder para permanecer en esas condiciones. Meses después podía fácilmente estar 20 minutos a gusto, bien. ¡Esto cambió mi vida! ¡Mi cuerpo y también mi psiquis cambiaron profundamente!

–¿De qué forma ocurrió esa transformación?

–El frío es una fuerza poderosa y esa fuerza poderosa es capaz de entrar en ti. Es entonces cuando ocurre el cambio. ¡Ese estrés que te agobia día a día desaparece! Y la razón es muy simple: de la misma forma en que si tú vas al frío, el frío no puede ir a ti; si tú vas al estrés, el estrés ya no puede ir a ti. Y ¡Eureka! Eso es lo que yo estaba buscando durante mucho tiempo en libros de prácticas esotéricas, en el yoga, hinduismo, budismo…Es algo muy fuerte y profundo que ocurre en tu interior y ahora sabemos por qué es tan fuerte y profundo.

–¿Por qué?

–Porque, una vez que entramos al frío, los sitios más recónditos de tu cerebro se activan, ya que la sangre llega a ellos. Se trata de regiones con redes neuronales que, por lo general, permanecen inactivos debido a los estilos de vida modernos. Es en ese porcentaje del cerebro es donde está ubicada nuestra farmacia natural.

–¿Y qué “fármacos” se producirían allí?

–Toda la dopamina, la adrenalina, la serotonina, las endorfinas, los opiáceos, en fin… Todas estas sustancias las encontramos en esas zonas profundas del cerebro que, una vez activadas, las hace circular por todo nuestro cuerpo. Esa es también la razón por la cual podemos adaptarnos al agua helada y no sentir malestar: la adaptación implica la producción natural de opiáceos contra el dolor y de adrenalina, que es el neurotransmisor que nos hace más fuertes, entre otras sustancias. En paralelo, fortalecemos nuestro sistema inmune y por eso digo que, si tú vas al frío, el frío no va por ti como tampoco la gripe o la inflamación.

–¿Cuál de todos los estudios que se han realizado sobre su método es para usted el más significativo?

–Uno en el cual nos inocularon con la bacteria escherichia coli. Muchas personas enfermaron, pero en nosotros no provocó síntomas importantes. Contrariamente a lo que indica la ciencia médica, en el sentido de que no podemos controlar ni nuestro sistema autónomo ni nuestro sistema inmunológico, esta investigación demostró que sí podemos hacerlo y esto se logra con la respiración, con el WHM que es fácil y efectivo. Antes decían que se trataba de una especulación, pero gracias a este tipo de estudios ya no pueden hacerlo.

–También tiene detractores: gente que cuestiona su método e incluso lo responsabilizaron de accidentes.

–Esos son casos de personas que no siguieron los protocolos del método y que son muy, muy claros. El fútbol, por ejemplo, es una actividad sana ¡pero no vas a jugar un partido junto a un acantilado! Insistimos en que no se pueden realizar los ejercicios de respiración junto a una piscina (ni menos dentro). Estas prácticas respiratorias deben hacerse en lugares adecuados como un sofá, un mat de yoga; es decir, donde estés completamente en control para los raros casos en que pueda ocurrir un desmayo. Las advertencias, recomendaciones y protocolos son muy claros.

LAS PIRUETAS DE WIM

En un momento de la entrevista, cuando cuenta que viene llegando de un chapuzón, practicar pesas y hacer elongaciones, Wim Hof se para al otro lado de la cámara y repite riendo: “Mira, soy flexible con un bailarín”. Acto seguido, realiza un split (apertura de piernas en 180 grados) que en nada tiene que envidiar a la prima ballerina del Opera de Paris:

“Tengo 65 años y soy más fuerte que muchos jóvenes. Estoy casado con una mujer 30 años menor y viene en camino un nuevo hijo. ¡Mi hijo mayor tiene 42 años y el menor menos que cero! ¡Estoy feliz y quiero estar fuerte siempre!”, dice con entusiasmo cuando termina de hacer sus piruetas y vuelve a sentarse frente al escritorio de su casa en Amsterdam.

Como muestra del poder antiinflamatorio (y por lo tanto, antienvejecimiento) cuenta su positiva experiencia con personas de 70 y 80 años que comienzan a practicar y sumergirse en agua helada. “Es una forma natural de renovarse y rejuvenecer cada día; de limpiarse. Es como sacar los desechos que tenemos acumulados en nuestra mente y cuerpo. Si no nos parece bien dejar la basura en nuestras casas, con mayor razón no debemos dejarla dentro de nosotros mismos. ¡Es lógico!”.

–¿Complementa su método con algún tipo de alimentación especial?

–Como sólo una vez al día: después de las 2 pm y hasta las 3 o 4 pm. No me hace falta nada más. Lo que pasa es que me gusta tener apetito de verdad. Sobre qué como, diría que principalmente vegetariano, aunque a veces también de todo un poco. Lo importante es que los alimentos sean lo más naturales y lo menos procesados posibles.

–¿Practica otros deportes?

–Entreno a luchadores, entreno a atletas, a variadas disciplinas.

–¿Qué le dirían a la gente que se deprime en invierno y no le gusta el frío?

–Aquí en Holanda el clima es muy lluvioso, como en la región más austral de Chile; los inviernos son fríos y con días cortos, pero diariamente me voy al lago ¡porque es una aventura! ¡Tienes que salir e ir en busca de ti mismo, porque tú eres más fuerte que el clima! (Con mis grupos) visitamos las montañas nevadas sólo con short y nos encanta porque nos cambia internamente y nos da las herramientas para nuestra vida diaria.

–¿Y si Iceman hubiera nacido en un país muy caluroso? ¿En África, por ejemplo?

–Una vez corrí un maratón en el desierto (Namibia) sin tomar agua. No importa si es frío o calor: ambos nos hacen descubrir que contamos con los mecanismos para adaptarnos y que, al final, es mejor confrontar esos extremos por corto tiempo para que todos nuestros sistemas se activen. Vivimos en la modernidad, pero ni la enfermedad ni la depresión se han ido como quisiéramos. ¿La razón? Los estilos de vida modernos (insiste) no ayudan a estimular las áreas del cerebro a cargo, y el resultado es un sistema cardiovascular e inmunológico debilitado. Si un músculo se debilita, no reacciona adecuadamente cuando debes usarlo, y esto también vale si el peligro viene de una bacteria o virus.

–¿Usa calefacción en invierno?

–¡Me encanta! Y no me gusta tomar una ducha caliente, sino súper caliente, como si estuviera en una taza de té (Ríe). La verdad es que el calor me gusta mucho más que el frío, pero la fuerza terapéutica del frío es superior.

–¿Qué le recomienda a la gente para este invierno en el hemisferio sur?

–Que no salga de su casa todo arropada como si fuera a subir la cima del Everest. Que mejor enfrente el clima y salga con la menor ropa posible, en pantalón corto si puede. Sólo entonces, las fuerzas primordiales que todos tenemos se activarán y se pondrán a tu disposición contra la enfermedad, contra la depresión, contra la falta de energía. ¡Y es gratis!

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