El 2 de mayo, la princesa Charlotte celebró su décimo cumpleaños. Pero más allá de las tiernas fotografías oficiales y los saludos reales, la hija de los príncipes de Gales avanza en un sendero tan simbólico como desafiante: el de ser “el repuesto” del heredero al trono.
Kate Middleton y el príncipe William están plenamente conscientes de la complejidad de ese rol. Ser la segunda en una línea de sucesión encabezada por su hermano mayor, el príncipe George, no solo la ubica en un lugar de apoyo, sino también en una posición históricamente frágil dentro de la monarquía.
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“La difunta reina Isabel siempre fue muy consciente del rol extraordinario y desafiante que implica ser el número dos”, explicó el biógrafo real Robert Hardman, autor de The Making of a King, a la revista People.
“Por eso tenía un cariño especial por (su hermana) Margaret, por (su hijo) Andrés y por Harry. Ella entendía que estar en segundo lugar dentro de una familia y una institución tan jerárquica no es fácil“, agregó. “Y todos lo saben”.
Esa conciencia también la tiene el príncipe William, quien, según Hardman, considera que una de sus misiones más relevantes no es solo prepararse para asumir la corona. Sino también “hacer que toda la experiencia real sea cercana y no intimidante para sus hijos”.
Charlotte ha crecido, junto a sus hermanos George (11) y Louis (7), en el corazón de una realeza en transición, moldeada por la modernización, las crisis internas y la decisión consciente de sus padres de hacer las cosas de forma distinta.
De hecho, desde su nacimiento ya hizo historia. Fue la primera mujer de la realeza británica que no perdió su lugar en la línea sucesoria tras el nacimiento de un hermano menor. Esto, gracias a la reforma legal impulsada por el Succession to the Crown Act 2013.
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Pero el peso simbólico del título de “repuesto” aún resuena. En sus memorias Spare, el príncipe Harry, quien ocupó ese lugar en su propia generación, relató con franqueza las consecuencias personales de ese rol.
“Yo era la sombra, el apoyo, el plan B. Vine al mundo por si algo le pasaba a Willy”, escribió. También recordó haber sido percibido como prescindible: “Mi familia me había declarado una nulidad. El repuesto. No me quejaba, pero tampoco necesitaba pensar mucho en ello… A nadie le importaba con quién viajaba, el repuesto siempre podía ser prescindible”.
Mientras Kate y William celebraban su aniversario número 14 el pasado 29 de abril, también continúan afinando el equilibrio entre la vida pública y la intimidad familiar. Según una fuente cercana, están criando a Charlotte para que logre justamente eso: “un equilibrio entre su vida privada y el deber”.