Revista Velvet | Vanesa Borghi: En el nombre de Clara
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Entrevistas

Vanesa Borghi: En el nombre de Clara

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Vanesa Borghi: En el nombre de Clara

POR equipo velvet | 22 julio 2023
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Este es un relato honesto, doloroso, donde las palabras fueron fluyendo en medio de lágrimas y desolación. Sin embargo, el objetivo de la animadora, modelo e influencer es transmitir, además de su experiencia, el mensaje de que existe la forma de vivir este proceso de duelo desde la esperanza y el amor.

Por Carola Honorato Comandari Fotos @ozcar 

A las 22.30 de ese domingo 14 de mayo, cuando todo el mundo cerraba la celebración del Día de la Madre, la enfermera le hizo la eco para confirmar que todo siguiera bien. Los latidos de Clara se escucharon como siempre. Vanesa Borghi (40) le dio las buenas noches a su pareja, el empresario Carlos Garcés, y esperó que este se fuera para empezar su meditación nocturna. Ese hábito lo había adquirido unas semanas antes, cuando había sido internada en la clínica, ya que su embarazo había pasado a ser de alto riesgo, luego de que, sin darse cuenta, rompiera membranas a las 22 semanas de gestación.

Una hora después, a las 23.30, en el último ultrasonido, el silencio fue absoluto. La pequeña Clara había muerto.

Desde entonces han sido semanas muy tristes para esta pareja, a pesar de que decidieron buscar ayuda –mucha ayuda–, apoyarse en fundaciones y vivir este duelo paso a paso. Siempre desde la esperanza y la aceptación, saben que Clara vino a sus vidas por alguna razón y que quieren intentar volver a ser padres.

EL SUEÑO Y LA PESADILLA

Vanesa ofrece su casa para esta entrevista, probablemente porque es su refugio, donde puede llorar y reír. El lugar donde no tiene que dar explicaciones y se siente absolutamente protegida en este momento tan vulnerable.

En la entrada tiene un pequeño altar –que ha mostrado varias veces en sus redes sociales– donde están las cenizas con la foto de Clara y una cajita con la manta con la que la cubrieron el día que nació.

“Siempre quise ser mamá, y sentir cómo crece mi bebé durante el embarazo. Si bien no se dio de la manera que esperábamos, era –¡y es!– un sueño formar una familia con varios niños”.

La modelo e influencer se separó hace un buen tiempo de su primer marido, Danilo Sturiza, con quien estuvo 11 años. “Tuvimos una linda historia, pero no resultó y tampoco pudimos ser padres cuando lo intentamos”.

En esa etapa se reencontró con Carlos, a quien conocía de antes. Salieron y, entre idas y venidas, quedó embarazada.

–¿Idas y venidas?

–Al principio yo me negaba a entregar mi corazón nuevamente porque después de un proceso de separación una pone trabas. Hay un duelo que hacer, un dolor que sanar y culpa si se vuelve a amar. Hasta que un día dijimos “¡basta, vamos con todo!”. Y así, en este proceso quedé embarazada. Nos enteramos el 25 de diciembre, una fecha muy especial para todos, y ahora doblemente para nosotros. Sentía mi cuerpo raro, tenía mucha retención de líquido. Hicimos el test y dio positivo. Estaban todos muy contentos. Tuve un muy buen embarazo, solamente tenía placenta previa. Fueron los seis meses más lindos de mi vida, rodeada de mucho amor, de mucha alegría.

–¿Cuándo se dan cuenta que el embarazo no va bien?

–En la semana 22, luego de unos días sintiéndome extraña, decidí ir a chequear que todo siguiera bien. Y ahí es cuando los problemas comienzan. Automáticamente el doctor dice que no ve líquido amniótico. Había roto membranas, se convertía inmediatamente en un embarazo de alto riesgo. Ahí quedo internada en la clínica. Al no tener espacio para moverse debido a la falta de líquido, Clara podía nacer con algunas complicaciones, seguramente, necesitaría kinesiología y estar un tiempo en Neonatología.

Las ganas por conocer a su hija la llevaron a prepararse en este nuevo escenario lo mejor posible. “Inmediatamente adopté ciertas cosas que me ayudaron muchísimo a estar tranquila, como la meditación, la lectura, pensar cosas lindas y hablar con personas que me hacen bien. Estuve muy consciente de que ese era un momento para ella y que yo tenía que estar tranquila porque, además, le debía traspasar fuerzas. Lógicamente, había momentos en los que me largaba a llorar cuando llegaba Carlitos del trabajo. Obvio que existían nervios, angustia, pena, pero yo no quería pensar así”.

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