Derek Dixon, actor de las series Ruthless y The Oval, ambas producidas por Tyler Perry, ha presentado una demanda por 260 millones de dólares contra el reconocido cineasta y amigo cercano del príncipe Harry y Meghan Markle. En ella, lo acusa de acoso sexual, agresión, represalias profesionales y daño emocional.
En entrevista con The Hollywood Reporter, Dixon aseguró que alzar la voz en contra de una figura tan poderosa ha sido “aterrador”, pero necesario. “No podía dejar que se saliera con la suya”, expresó. En el relato judicial, afirma que Perry habría creado un entorno laboral “coercitivo y sexualmente explotador”. Y que, tras no corresponder los supuestos avances del productor, fue víctima de represalias que afectaron su carrera.
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“Todos merecen ir a trabajar y hacer su trabajo sin que su jefe intente tener relaciones sexuales con ellos”, declaró Dixon, quien interpreta a Dale en las mencionadas series. Y añadió: “Mi objetivo es ayudar a garantizar que la próxima generación de actores y creativos no tenga que elegir entre sus sueños y su dignidad”.
La denuncia, presentada el 13 de junio ante la Corte Superior de Los Ángeles, detalla episodios de supuestos abusos tanto en espacios de rodaje como en la residencia de Perry. Según el documento legal, el actor fue víctima de agresiones sexuales físicas. Incluyendo un incidente en el que Perry lo habría acorralado contra una pared y tocado de manera inapropiada.
Desde el equipo legal del productor, el abogado Matthew Boyd ha negado categóricamente las acusaciones. “Se trata de una persona que se acercó a Tyler Perry con lo que ahora parece ser nada más que una estafa montada”, afirmó en un comunicado entregado a People. Y agregó: “Tyler no se dejará extorsionar, y confiamos en que estas acusaciones fabricadas de acoso fracasarán”.
Dixon, por su parte, afirma haber recibido reacciones encontradas tras hacer pública la denuncia, incluyendo amenazas de muerte. “Por esto es que las personas, especialmente los hombres, no se atreven a hablar”, dijo sobre el costo emocional de la exposición mediática. “Tuve demasiado miedo como para hablar. Sabía que sería horrible. Y tenía razón“.
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