Hasta hace poco tiempo, sobre todo aumentado con el cierre de cines por la pandemia, pero sobre todo por la masificación de las películas de sagas de superhéroes, es que pensábamos que el género de la comedia romántica estaba francamente en retirada en el cine que se estaba realizando. Los recientes estrenos de Reese Whiterspoon en Netflix con Tu Casa o la Mía, o las Bodas de Acero de J.Lo para la plataforma Prime Video, o el regreso de Julia Roberts con George Clooney el año pasado en cines con Ticket to Paradise, nos han hecho respirar aliviados. Aun queda cine con historias de amor, desencuentros y risas. Lo cierto es que el género que se reinauguró en 1989 con Cuando Harry conoció a Sally y que parece haber dicho adiós con Love Actually y Cómo Perder a un Hombre en Diez Días en 2003, vivió más de una década de gloria, donde tuvo a Julia Roberts, Meg Ryan y a Sandra Bullock como sus principales artífices. Pero hubo una cabeza detrás que nos regaló las mejores historias, y su nombre es Nora Ephron.
Cerebro de las mejores comedias románticas de aquellos años, lo cierto es que nadie ha sabido ocupar su lugar. Y es que quizás, después de su muerte en 2012, el género tuvo que vivir su necesario duelo y orfandad, un proceso de una década del que recién está saliendo. Escritora, guionista y directora, Ephron se convirtió en una marca registrada de cómo hacer cintas románticas que no eran tontas, encantadoras sin ser endulcoradas y divertidas sin caer nunca en lo vulgar. Todo comenzó con el guion de Heartburn, con Meryl Streep y Jack Nicholson, una historia basada en su propia vida y en el quiebre de su matrimonio con Carl Bernstein, periodista célebre por el emblemático Caso Watergate que destronó a Richard Nixon de la Casa Blanca.
Sin embargo, sus tres películas esenciales que la llevaron a convertirse en la reina del género romántico fueron Cuando Harry conoció a Sally (famosa por su escena de Meg Ryan teniendo un orgasmo en el restaurant frente a Billy Crystal), y con Sintonía de Amor y Tienes un E-Mail, ambas con la inefable dupla de Meg Ryan y Tom Hanks. Y aunque esta última haya sido la menos aplaudida en su minuto, con el tiempo sólo crece. Y quizás vista con distancia y a 25 años de su estreno, sea la mejor comedia romántica de las últimas décadas. Veamos por qué.
Hanks y Ryan eran de las estrellas más taquilleras del momento, en parte por su encanto natural con la cámara. La química entre ambos era incombustible. Ephron los había unido en Sintonía de Amor, una película sobre si existe realmente la única persona perfecta para estar contigo, aunque sea al otro lado del país. Los protagonistas se enamoraban a distancia y escuchando la radio y sólo al final, en la última escena, podíamos verlos juntos. Pero en la encantadora Tienes un E-Mail, vemos como se gustan, cómo se odian y cómo se enamoran.
La película es un remake de una película de 1940 llamada The Shop Around the Corner. Y acá, Meg Ryan es Kathleen Kelly, la dueña de una pequeña librería de libros infantiles que lleva ese nombre, y Hanks es Joe Fox, dueño de una mega cadena de librerías, Fox Books. En ese momento la inspiración provenía de Barnes & Noble, la cadena de librerías que se estaba comiendo a los libreros independientes. Y ya lo ven, pasaron los años y Amazon se tragó a Barnes & Noble.
Centrada en el Upper West Side de Nueva York, donde la misma Ephron vivía, la película es sobre la guerra entre lo artesanal y lo masivo, encarnado en estos dos protagonistas que se conocen en un chat de internet, usando seudónimos. Son enemigos en la vida real, pero una pareja perfecta en lo digital. Estamos hablando de un tiempo antes de WhatsApp, Tinder y de las demás aplicaciones románticas. Quizás la tecnología haya cambiado: es insólito darse cuenta cómo nos conectábamos en esos años, el sonido del router y la dinámica de la mensajería instantánea sólo si estabas frente a un computador conectado a la red. Pero sigue siendo bastante actual en cómo a veces la web permite conocer a alguien más profundamente que cuando se hablan en un café. Es así como pronto Joe se da cuenta de que Kathleen es la mujer con que ha estado chateando y buscará conquistarla en el mundo real.
Es magnífica la alquimia que logra Ephron en la película; un amor por Nueva York, sus calles y fachadas, sin la neurosis de Woody Allen. La directora no tenía complejos en los finales felices, todo mientras los protagonistas realmente tuvieran que luchar contra un motivo importante antes que los separe: en este caso, uno está tratando de aplastar al otro. Es un motivo inteligente, que no cae en los clichés que se ven por doquier en otras películas del mismo tipo. Para Kathleen, la librería es su vida, es un recuerdo vivo de su madre y es un pedazo de la ciudad que le da identidad, un bien mucho más atesorado y emocional que la cadena Fox Books, sin personalidad y sin libreros que leen libros.
Según Nora Ephron, a veces en la vida es mejor encontrar a alguien que te haga reír a que te encuentro la razón en todo. Así y todo, esta mujer brillante jamás se alejó de la fantasía de la comedia romántica. Tienes un E-Mail encarna con nobleza todo eso. Una película para enamorarnos, para disfrutar de la nostalgia de esa época, de personajes muy bien escritos y personificados, razones que la convierten en un gran panorama para este 14 de febrero. ¿Lo mejor de todo? Está disponible para ver en HBO Max.