Suscríbete
Por Rommy Buchholz S.
Abiertamente vegana desde siempre, no es ninguna sorpresa que Stella McCartney opte por alternativas más amigables con el medio ambiente ya que nunca ha utilizado pieles de animales o cuero en ninguna de sus colecciones. Antes estas decisiones se atribuían más que nada a su amor por los animales, pero durante los últimos años la diseñadora británica ha dejado claro que también le preocupa mucho el impacto que genera la producción de este tipo de materiales en el calentamiento global.
Este proceso inició el año 2016, cuando Stella realizó su primera visita al Bolt Threads de San Francisco. Ahí se le presentó la seda de araña y también un gran abanico de posibilidades en cuanto a la bio fabricación. A partir de ese momento, Stella junto al equipo de Bolt se dedicaron a diseñar y desarrollar este proyecto con el ‘Mylo’, un ‘descuero’ cultivado a partir de micelio, la parte vegetativa de un hongo.
Durante los últimos años se hicieron algunas pruebas, pero no fue hasta ahora que finalmente pudieron realizar prendas concretas de este innovador material, que si bien es bastante similar al cuero sintético a base de poliéster en apariencia y tacto, se diferencia en que es totalmente natural y biodegradable.
«Es el futuro de la moda» aseguró McCartney y también añadió que «Si podemos hacer esto bien, entonces realmente podemos tener un gran impacto en el planeta». Por ahora las prendas expuestas no estarán a la venta, si no que son parte de un pequeño vistazo de lo que está por venir, siendo Paris Jackson la primera en usar este cuero de hongos.
Ver esta publicación en Instagram
Este nuevo paso para la marca de Stella McCartney va de la mano con la declaración de misión que presentan en su página web. «Cada decisión que tomamos es un símbolo de nuestro compromiso de definir cómo es el futuro de la moda. Desde nunca usar cuero o piel y ser pionero en nuevos materiales alternativos hasta utilizar tecnologías de vanguardia, avanzar hacia la circularidad, proteger bosques antiguos y en peligro de extinción y medir nuestro impacto con herramientas innovadoras».
