Pese al Covid-19, a la emblemática productora nunca se le pasó por la mente la idea de suspender el encuentro teatral que cada verano fascina con montajes nacionales e internacionales. Además, dice que está convencida de que la cultura debe ser parte importante de la reactivación económica del país: “Eso muchos no lo entienden. No sabemos cómo serán las olas que vienen y, si no tienes libros, si no hay series, si no hay cine o no hay un teatro que se reinventa por Zoom, ¿entonces cómo vives?”.
Ni en marzo, el mes en el que partió la cuarentena, ni cuando se cancelaban festivales internacionales como el de Avignon. “Nunca, nunca se me pasó por la mente la idea suspender”, recalca Carmen Romero, directora del Festival Internacional Santiago a Mil, que se realizará entre el 3 y 24 de enero de 2021.
“Había que quedarse en la casa y yo dije ‘okey’, pero me volví loca poh, jaja. Entonces empezamos a digitalizarnos y tomamos un curso para eso. Y mientras le poníamos más programación a nuestro sitio teatroamil.tv, llamábamos a todos los artistas del mundo que conocíamos para saber cómo estaban y para preguntarles qué podíamos hacer en coproducción. Hace como un mes, eso sí, caché que había proyectos que no podríamos concretar, porque involucraban mucho traslado de carga y sería mucha gente viajando. Ahí supe que teníamos que transformarnos y hacer un festival distinto”.
Con recortes presupuestarios estatales, menor ingreso por venta de entradas y menos fondos municipales, lo monetario no es un tema menor para la organización de este festival. “Pero uno de los gestos potentes que tuvimos fue de BHP (de Minera Escondida). Recibí la llamada de BHP para decirnos que ellos evidentemente seguirían dándonos su aporte”, recuerda. “No tendremos el mismo financiamiento que tuvimos en años anteriores, pero igual vamos a hacer un gran festival. Sólo que de otra manera”, dice.
Y continúa: “Siempre trato de buscar el vaso lleno de agua, aunque esté súper vacío. No entiendo por qué suspenden el Festival de Viña, de verdad que no lo entiendo. Porque el Festival de Viña siempre fue un programa de televisión, la entrada no es lo más importante. Es un programa de TV que marca 50 puntos de rating. Entiendo que no pueden traer a los tremendos artistas, pero uno puede repensarlo. Yo no sé si vivo en otro mundo, pero te juro que no entiendo por qué hay que suspender todo; de hecho, nosotros ya hicimos nuestras primeras presenciales. Repensamos todo y nos armamos y aquí estamos, con espectáculos nacionales e internacionales. No es todo lo que íbamos a traer (originalmente), pero tenemos más coproducciones. Hicimos un trabajo muy lindo en todo el territorio nacional. Y si antes estábamos en algunas regiones, ahora vamos a estar en todo Chile. Ese es el resultado”.
–¿Lo dices porque habrá muchas cosas en línea?
–No. Lo digo porque hicimos un programa que se llama Territorios Creativos. Buscamos curadores regionales y ellos hicieron mentorías con artistas nacionales e internacionales y nosotros apoyamos con un pequeño aporte económico. Espero que sea un proyecto que llegue para quedarse. Vamos a estar en todo Chile. De esos 15 nuevos proyectos hay sólo dos que son digitales, todos lo demás son presenciales.
–¿Y en este tiempo de pandemia sientes que hubo un apoyo desde el ministerio hacia la cultura?
–La ministra es bien amable, está súper consciente y sabe el valor de la cultura, pero no tiene quién la escuche, no ha logrado que la escuche el Ministro de Hacienda. Básicamente, ese es el problema que tenemos. Lo que se necesita hoy día es subsidiar a las compañías de teatro para que puedan seguir creando; no que sean fondos concursables, sino subsidios. Y habrá algunos que dirán “por qué hay que subsidiar a estos artistas”. Bueno, la razón es que sin arte no podemos vivir, sin el arte esta pandemia habría sido insoportable. Por salud mental, por Chile, por nuestra educación, por los niños… hay 800 mil razones por las que ahora es más evidente que antes la importancia del arte. Y así como financiamos a las Fuerzas Armadas y Carabineros, ¿por qué no vamos a financiar a los artistas?
–Pero pareciera que para muchos el arte se considera un lujo.
–Los países del G20 han declarado que la cultura tiene que ser parte esencial de la reactivación de todos lados. Sin arte es imposible reactivarnos, es imposible vivir. Además, no sabemos cómo serán las olas que vienen y, si no tienes libros, si no hay series, si no hay cine o no hay un teatro que se reinventa por Zoom, ¿entonces cómo vives? En todos los programas que hemos hecho en pandemia hemos escuchado a muchas personas, sobre todo a adultos mayores, que nos dicen “qué bueno que existe esto, me han acompañado” o “yo vivo sola y el hecho de que ustedes estén haciendo estas funciones me permite conectarme desde otro lugar”. Es demasiado importante el arte, por eso el G20 lo declara prioritario. Lo raro es que en Chile no se declare así, por miopía o porque a lo mejor se vincula a que los artistas están siempre reclamando, poniéndonos preguntas con respecto a todo. Porque los artistas nunca van a estar al servicio del poder. El arte cuestiona y eso es bueno, porque nos permite hacer las preguntas necesarias para un planeta que está estallando. Es puro beneficio, se beneficia la humanidad.
–Respecto a la nueva Constitución, ¿qué crees que debería estar establecido en relación con el arte y las culturas?
–Estamos debatiendo mucho, hay muchas opiniones, pero, para mí, debieran estar el acceso y el derecho a las artes y las culturas desde temprana edad. Creo que educación y arte debieran estar de la mano. Nosotros tenemos documentos de los cabildos que se han hecho desde el 2000 y también de los nuestros que se hicieron ahora. Hay una coincidencia: una petición ciudadana para que el derecho a las artes y las culturas sea garantizado en la Constitución.
–¿Quienes deberían estar como constituyentes?
–Debiera haber artistas, filósofos… y un dramaturgo, porque hay que escribir un relato que nos contenga.
–¿Y pensaste ser candidata a constituyente?
–Creo que no sirvo para eso: soy más bien una activista y voy a estar ahí peleándola desde afuera. Hay que ser súper honesta, y hay mucha gente que lo puede hacer mejor que yo.
–¿Nunca ha sido tu idea seguir una carrera política?
–No. Eso nunca ha estado (en mí). Mi tema, desde siempre, es que las artes sean importantes en la vida del país. He estado en eso toda mi vida y nunca quise ningún puesto de gobierno. No es mi lugar. A mí hacer el festival me hace feliz; el llegar a la gente y a la ciudadanía es algo concreto, algo que veo, que conozco y que incluso puedo reinventar. Yo crezco con las conversaciones con los artistas, a mí me gusta mucho lo que hago como para cambiarlo.
–Mucha gente opina que el teatro online no es teatro. ¿Qué piensas tú?
–A mí me parece que se creó otro lenguaje y que es una manera de estar cerca de la gente. Nosotros no hicimos teatro por Zoom sino lecturas dramatizadas, pero me parece que se creó un nuevo lenguaje y hay obras increíbles que se presentaron en ese tiempo. Para mí el teatro es presencial, pero se creó una nueva forma, que no es el teatro tal como lo conocíamos pero que tampoco es cine ni video; es una mezcla. Es un nuevo lenguaje y encuentro que es súper bueno. Mientras más, mejor. Igual es arte y te permite estar en las casas de las personas, además de tener la participación de regiones, algo que era súper difícil en un país tan centralizado como este. Hoy el tener acceso desde Ovalle a obras que se dan en Londres es algo alucinante.