Revista Velvet | Ser segundo en la realeza… ¿Castigo o privilegio?
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Ser segundo en la realeza… ¿Castigo o privilegio?

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Ser segundo en la realeza… ¿Castigo o privilegio?

POR Sole Hott | 22 enero 2020

Ser el segundo quizás no goce de la fama de ser el número uno, sin embargo, en los tiempos de hoy, quizás sea mejor no llegar primero y disfrutar del bajo perfil, o de echarlo a perder sin un castigo.

Los ‘Cebollitas’ decían “bancarse ser segundo, también es ser campeón”, y razón tenían, porque no es fácil. Si lo llevamos a la familia, lejos de la cancha de fútbol, el primogénito es el rey o reina de la casa, y en la realeza la corona es el destino de aquel que llegó primero, mientras que el segundo lo único que heredará será ropa y zapatos, o quizás, algún juguete. Por lo mismo, todos aquellos ‘segundones’, en el buen sentido de la palabra, han optado por ver el lado bueno de su posición…la libertad.

Un claro ejemplo de esto es la corona británica. Mientras el Príncipe William tiene poco perímetro de movimiento libre como duque de Cambridge, y segundo en la línea de sucesión al trono, Harry puede decidir, como bien lo hizo, dar un paso al lado a la realeza e irse a vivir a otro país con su esposa. Y todo esto, con el apoyo de la reina Isabel II.

Pero la libertad tiene su precio, y si bien la balanza se inclina hacia los beneficios, las fotos oficiales de Navidad no los incluyen. Pero el hijo de Diana de Gales no es el único caso de segundo en modo libertad. En Suecia pasó algo similar con Magdalena al casarse con Chris O´Neill. No solo se separó de la familia, sino que además él renunció al título de príncipe para poder seguir con su trabajo, y actualmente viven en Estados Unidos.

Es más, en la casa real sueca, el actual rey Carlos Gustavo, decidió quitarle los títulos royals a todos sus nietos, menos a aquellos hijos de la princesa Victoria, quien es la futura heredera. De esta manera, tanto los hijos de Magdalena como los de su hermano Carlos Felipe, tendrán total libertad para estudiar y elegir dónde vivir. No así los hijos de Victoria, los cuales deben cumplir con obligaciones de la realeza.

En el Palacio de La Zarzuela, lo mismo. Felipe tenía un futuro programado desde que nació y hoy es el rey Felipe VI. Por su lado, las infantas Elena y Cristina no son siempre consideradas en la agenda oficial. Y tras el caso de Iñaki Urdangarín, juzgado por malversación de fondos públicos, evasión de impuestos y comercio de influencias, Cristina desapareció aún más del mapa real español. Pero si el escándalo hubiese sido por parte de Felipe o la reina Letizia, la historia sería diferente.

Lo que confirma que equivocarse siendo segundo no trae mayores consecuencias que el alejamiento y la ley del hielo por parte de algunos de los familiares. Por otro lado, el primogénito ni si quiera puede pensar en falso.

Sin ir más lejos, las hijas de los reyes de España protagonizan el mismo escenario. La princesa Leonor y la infanta Sofía. Mientras una ya cuenta con una agenda oficial y prepara discursos en catalán, Sofía puede planificar su semana de forma diferente y continuar siendo una adolescente casi normal.

Marta Luisa de Noruega también se encuentra en el grupo de los que no fueron primeros y, al unirse al Shaman Durek, fue muy criticada por vincular la corona a las actividades del chamán. Después de meses de polémica, la princesa cuarta en línea de sucesión al trono, hizo un anuncio público al respecto. “Las críticas son algo que me he tomado en serio y, en colaboración con mi familia, hemos decidido que es mejor que hagamos algunos cambios”, señaló la hija del Rey Harald.

Agregado que han llegado a la conclusión de utilizar el título de princesa cuando represente a la casa real, pero no lo usará en un contexto comercial. “Es decir, en todos los contextos comerciales solo seré Marta Luisa. Considero que esta es una buena solución, donde hay una clara distinción entre mis actividades comerciales y mi papel como representante de la casa real. Así creo un espacio para una mayor libertad en mis actividades comerciales”, sentenció.

El “título” parece ser el gran problema para algunos integrantes de la realeza. Y si bien en Buckingham solo sumaban integrantes a la familia, y todos gozan de beneficios y privilegios, como así también de obligaciones. Pero luego de la polémica del príncipe Andrés abandonó la vida pública y poco más de un mes después, Harry decide “renunciar” a la realeza.

No sabemos si William optaría por tomar el mismo camino de su hermano, pero, por ahora, el tiene un rol de primogénito que cumplir y lo hace dentro de los márgenes de lo correcto y protocolar, al igual que su esposa Kate Middleton.

¿Ser segundo es un castigo o un privilegio? Quizás es la pregunta que le deberíamos hacer al que llegó primero.

 

 

 

 

 

 

 

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