Connie Achurra, cocinera y autora de Cocina sana y feliz
Como buena cocinera, por supuesto que el secreto de belleza de Connie tenía que salir de su despensa: se trata de un ingrediente tan versátil que es capaz de dar sabor único a sus preparaciones, pero también renovar la vida de su cabello y piel. ¿Cuál es su truco mejor guardado?
“Debo confesar que no soy muy matea con mi rutina de belleza; soy bien básica, pero sí hay algo que hago hace muchos años y que me encanta: aplicarme aceite de coco en el pelo y piel. Quizás la idea la heredé de mi mamá, porque de chica tengo recuerdos de ella poniéndose aceite de oliva en el pelo o ese aceite de bebé en los ojos para desmaquillarse, ¡un clásico! Yo, en cambio, como soy amante del aceite de coco en la cocina, decidí utilizarlo también como ingrediente de belleza. Es un hidratante increíble para el pelo, para los pies y para la piel en general”.
¿Cuál es el paso a paso de Connie? “Me pongo aceite de coco en las puntas (sobre el pelo seco) y me lo dejo alrededor de 10 minutos antes de lavármelo. En el verano, a veces lo dejo puesto durante la noche, con una toalla sobre la almohada para no mancharla. Al día siguiente lo enjuago bastante, con unas dos aplicaciones de shampoo, ya que finalmente es aceite. Trato de hacerlo al menos una vez a la semana, porque el pelo se me reseca mucho”.
Connie asegura que este aceite “es un desmaquillante natural increíble; saca hasta la máscara de pestañas más imposible. Además, como soy muy jaquecosa, lo utilizo mucho para hacerme automasajes en el cuello y en la frente. Si bien no es un aceite barato, al ser muy concentrado dura muchísimo, porque se ocupa de a poco, ¡y sirve para todo! Definitivamente para mí es un comodín en la cocina y en la belleza”.
Kika Silva, modelo e influencer
Ad portas de empezar a estudiar en el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York, para convertirse en Health Coach, Kika se declara amante de todo lo que sea natural, filosofía que intenta replicar prácticamente en toda su rutina de belleza.
“Desde hace muchos años que todas las mañanas me tomo sagradamente una infusión de limón, a primera hora en ayunas, y a veces después de comer. Exprimo medio limón y, si estoy apurada, incluso meto la mitad entera de un limón. Hace unos meses lo reinventé, y ahora también le agrego una pizca de pimienta de cayena, ¡y estoy adicta! Si no les gustan los sabores muy fuertes, también pueden endulzar con unas gotitas de miel, aunque a mí me gusta sin. Esta infusión es increíble para la digestión y para depurar el organismo”, cuenta desde Los Angeles, donde está radicada, y agrega que otro de sus secretos de belleza caseros –y al que le es fiel desde hace muchísimos años– es un exfoliante natural hecho con azúcar rubia y unas gotitas de leche. “Lo hago desde que era adolescente”, explica. “Al principio usaba leche de vaca, pero ahora que cambié mi alimentación, la reemplazo por alguna leche vegetal. La clave está en formar una pasta grumosa y luego aplicar directamente con las manos, haciendo círculos suaves en el rostro y escote. Se enjuaga y listo. La piel queda libre de impurezas y la siento mucho más limpia y fresca”.