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A la reina Isabel II, el vestido de novia que usó Meghan Markle en su boda, le pareció “demasiado blanco” para una mujer divorciada. Es lo primero que cuenta un nuevo libro sobre la familia real británica, y escrito por la periodista experta en realeza, lady Elizabeth Anson, quien además es prima de la fallecida monarca y una de sus confidentes.
Al parecer, las palabras de Isabel II fueron respecto al vestido de la casa de modas Givenchy, que eligió la Duquesa de Sussex para su enlace con Harry. “En su opinión no era apropiado que una divorciada que volvía a casarse por la iglesia luciera un aspecto tan ostentosamente virginal”, cuenta la periodista en un extracto del libro, según lo informado por The Daily Mail.
Según la autora del libro, a la reina Isabel II tampoco le gustó que Carlos III reemplazara al padre de Meghan Markle acompañándola camino al altar. Además, tanto ella como el duque de Edimburgo, “quienes odian los discursos largos”, estaban deseando que el sermón que dio el arzobispo estadounidense Michael Curry (el cual duró 14 minutos, incluyendo temas como la esclavitud), terminara luego.
Otro detalle que trasciende en el texto, es que la ex monarca también estaba molesta por la actitud “prepotente” que tuvo el príncipe Harry durante los preparativos de la boda, un comportamiento que provocó que su relación con su nieto quedara “bastante dañada” a partir de ese momento, asegura la especialista en realeza.
El libro también revela que el difunto duque de Edimburgo se refería a Meghan Markle como “DoW”, la abreviatura de Duchess of Windsor, ya que desde que la conoció le recordaba a Wallis Simpson, la mujer estadounidense (que también era divorciada) por la que Eduardo VIII (tío de Isabel II) abdicó el trono.
