Al director, guionista y escritor Alex Garland le gustan los mundos distópicos. Su nombre en Hollywood se escuchó cuando escribió la novela The Beach, que luego se convirtió en película con Leonardo DiCaprio recién salido de Titanic y llegando a una isla paradisiaca pero donde pasa unos cuantos horrores. Su nombre siguió sonando en otra historia medio pesadillesca, esta vez con el reciente ganador del Oscar, Cillian Murphy, matando zombies en Londres en 28 Days Later. Y así, su carrera se mueve entre la ciencia ficción, el thriller y el drama.

Luego de llevar de expedición a una selva a Natalie Portman en Annihilation y convertir en un cyborg a Alicia Vikander en Ex-Machina, quizás una de sus realizaciones más recordadas, ahora llega con una esperada producción, que durante muchos momentos parece un documental. Y es que Civil War, o Guerra Civil, como llegará fiel a su nombre original mañana a todos los cines chilenos, se siente muy real a partir de los locos tiempos que corren y donde el dilema que plantea, en un futuro incierto aunque quizás no tan lejano, no es raro que suceda.

Estados Unidos está en una guerra interna. Hay estados en sublevación al gobierno de turno, y la administración central no ha encontrado nada mejor que declararles la guerra. Una fotógrafa (encarnada por Kirsten Dunst), un periodista (Wagner Moura) y una joven aspirante a fotógrafa (Cailee Spaeny, a quien vimos interpretando a Priscilla Presley en Priscilla de Sofia Coppola), recorren Estados Unidos desde Nueva York hasta Washington DC en una camioneta, con el objetivo de llegar a la Casa Blanca para intentar entrevistar al Presidente, antes de que los opositores lo derriben.

Desde su estreno el viernes pasado en Estados Unidos, que Civil War es un éxito de taquilla y es la película de la que todos hablan. En un año electoral, estamos frente a una película que muestra a un país en crisis profunda y donde se matan entre ellos mismos. Las imágenes no se guardan nada, acá hay anarquía, cuerpos torturados, cadáveres en los caminos, guerrillas disparándose entre sí. Una película que ha dejado tanto a críticos como a los espectadores con sensaciones encontradas pero que nadie se quiere perder.

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Con un eficaz uso del drama y de las atmósferas, su director quiere provocar, mover la aguja, llamar a la reflexión, en un país que está ad portas de volver a elegir a Donald Trump de vuelta a la Casa Blanca. También reflexiona sobre el periodismo, su real labor y la crisis que vive actualmente y cómo es vista la prensa en las personas. En su fachada de cine de catástrofe, Guerra Civil es incómoda, arriesga porque molesta a ambos lados de la moneda. Es de esas películas que difícilmente pasarán inadvertidas. Se estrena mañana jueves 18 de abril en todos los cines del país.