Isabel II se desplazó en helicóptero este jueves hasta Sandringham con permiso de los médicos. Según The Mirror, el personal de salud a cargo de la reina dieron el visto bueno a que pudiera salir del castillo de Windsor para poder pasar un tiempo en su casa de campo en Norflok y descansar antes de las fiestas de fin de año.

Este pequeño viaje de la monarca, surge después de que haya estado varios días de reposo en su residencia de Berkshire para recuperarse y retomar fuerza luego de difíciles meses en que a la pandemia y distintos eventos, se suma el fallecimiento del duque de Edimburgo, que hace unas semanas incluso le significó pasar una noche en el hospital. 

Hace algunos días se había informado que los doctores reales habían aconsejado a Isabel II que descansara durante las siguientes dos semanas. «Los médicos han informado que Su Majestad puede continuar realizando tareas ligeras de despacho durante este tiempo, incluidas algunas audiencias virtuales, pero no realizar visitas oficiales», señaló el comunicado, lo que también explicaba el por qué de la ausencia de la Reina en el Festival del Recuerdo el próximo sábado 13 de noviembre.

Una navidad muy distinta para la familia real

Desde The Mirror, aseguran que la reina estaba «encantada» de poder tomarse este pequeño descanso. El que al parecer habría sido planeado desde hace algún tiempo. Y que además de permitirle recuperar energías, también será útil para organizar todo lo necesario para recibir a su familia a su casa de campo para Navidad. 

A esto, se sumó la información de que la reina planeaba albergar a los miembros de su familia en Sandringham durante la Navidad. Tras no haber podido hacerlo el año pasado debido a la cuarentena y las restricciones sanitarias propias de la pandemia. Y, aunque aún no hay mayor información al respecto desde Buckingham, se sabe que será una ocasión distinta y muy especial, debido a que estarán marcadas por la ausencia del príncipe Felipe, el eterno compañero de Isabel II.