Revista Velvet | (Re)conociendo París con Cora
Cultura Pop

(Re)conociendo París con Cora

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(Re)conociendo París con Cora

POR equipo velvet | 19 septiembre 2021

Por Juan Yarur

Como lo conté hace un rato en mi Instagram, Cora va a tener un hermano, otra vez con vientre subrogado, por lo que con Felipe partimos a Estados Unidos para ver la ecografía. Cuando ya se acercaba el cumpleaños de Felipe y de Cora, comenzaron las nuevas cuarentenas en Chile y por eso decidimos ir a dar una vuelta por París.

Una ciudad a la que voy harto, y que esta vez, con Cora, visité de una manera completamente diferente; por supuesto que fui a los spots de siempre –como la tienda de chocolates que aquí les recomiendo– pero yo estaba acostumbrado a ir a 25 lugares al día y ahora es imposible, porque es a otro nivel la cantidad de cosas que tienes que llevar y lo organizado que tienes que ser. Los tiempos son otros.

De todos modos pude arrancarme a almorzar al restaurante Girafe, frente al Trocadero y recorrer la Bourse de Commerce, el nuevo espacio de exhibición de la colección de François Pinault, fundador del grupo Kering, en el edificio histórico de la Bolsa de París. Pinault le encargó el diseño al arquitecto japonés –y premio Pritzker– Tadao Ando y es un espacio increíble, redondo, algo muy difícil para exhibiciones. La colección es fuera de serie: en 40 años, Pinault coleccionó más de 10 mil obras de más de 400 artistas, de la pintura a lo audiovisual.

Tampoco podía dejar de ir a La Samaritaine, que acaba de reabrir sus puertas después de más de quince años. Es como parte del checklist de cualquiera al que le guste la moda: hay más de 600 marcas, desde el lujo hasta diseñadores emergentes. Otro dato es la sastrería de un amigo: Wicket (wicket.fr). Aunque muchas personas dicen que hay que usar buzo, con todo esto del athleisure, yo jamás voy a pensar que eso está bien y aquí hay un tailor muy cool. Su sello –ellos mismos lo dicen, no yo– es “L’élegance so British!”.

Y para comprar cositas para la casa, un buen lugar es Merci, en el Boulevard Beaumarchais. Veremos que habrá de nuevo la próxima vez que vaya a París, mientras tanto profundizo un poco más en algunos de estos datos y agrego un restaurante en la Costa Azul.

GIRAFE. Dicen que si vas a París tienes que ir a comer al Girafe. Cuando fui, me di cuenta de que había estado ahí antes y no me acordaba. Está justo en la Plaza del Trocadero y la vista a la Torre Eiffel es increíble, pero la comida está un poco overrated. Además, cada día me importa menos el restaurante de moda y ya no me siento mejor persona por ir a un lugar súper hot. Pero igual vale la pena darse una vuelta. ¡Siempre hay que comer!

LA SAMARITAINE. Esta gran tienda por departamentos, fundada en 1870, a pocos metros del Pont Neuf y en su remodelación participó el reconocido estudio japonés de arquitectura SANNA (premio Pritzker). Sin embargo no me sorprendió tanto. Para haber estado cerrado tanto tiempo esperaba algo más espectacular.

DEBAUVE & GALLAIS. La primera vez que fui a París siendo adulto, la Nicole Rosenberg me mostró todo lo que ella creía que no podía dejar de ver en la ciudad. Entre todo eso estaba la tienda de chocolates Debauve & Gallais, que tiene tremenda historia; le hacían chocolates hasta a la María Antonieta. Y los chocolates son increíbles, obvio. Hay hasta con 99% de cacao. Mis favoritos son unos que tienen la forma de una callampa, con un barquillo.

LA VIGIE LOUNGE & RESTAURANTE. Ya que está tan cerca, siempre vale la pena arrancarse unos días a la Costa Azul. Escogimos celebrar el cumpleaños de Felipe en uno de los restaurantes del Hotel Monte-Carlo Beach Club en Mónaco: La Vigie Lounge & Restaurante. La comida es rica, muy fresca, y el lugar, decorado con inspiración en Bali, tiene una vista increíble.

PINAULT COLLECTION. Lo que más me llamó la atención es la obra que está al entrar: la réplica en cera de la obra El rapto de las Sabinas, del artista suizo Urs Fischer. Impresionante. Parece una vela gigante.

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