En el universo de los reality shows, pocos son tan innovadores como The Circle de Netflix. Este programa se ha convertido en un fenómeno al llevar la interacción social y la tecnología a nuevos extremos, y ahora lo hizo con la IA.
A diferencia de otros realities, donde los concursantes conviven físicamente, en el programa cada participante vive aislado en su propio departamento. Y la forma en que se comunican, es a través de una plataforma digital llamada The Circle.
Ver esta publicación en Instagram
En el programa, los jugadores pueden ser ellos mismos o crear personajes ficticios, conocidos como catfish. Por ejemplo, un hombre de 60 años haciéndose pasar por una joven de 20. O al revés.
La meta es ganar popularidad entre los demás jugadores, con quienes se evalúan periódicamente. Al final de la competencia el concursante más popular y con mayor cantidad de conexiones, se lleva un premio en efectivo.
En esta nueva temporada, recientemente estrenada, la producción, que ha convertido el show en un reflejo de la cultura de las redes sociales, fue un paso más allá al añadir Inteligencia Artificial como un participante.
“No solo buscamos entretener, también queremos que la gente reflexione sobre nuestra relación con la tecnología y cómo cambia nuestras formas de comunicación“, señaló Niall O’Driscoll, vicepresidente senior de desarrollo.
En su última temporada, el programa cruzó una nueva frontera al incorporar un participante no humano: Max, un chatbot de IA. Esta inclusión generó tanto fascinación como inquietud entre los espectadores y competidores.
Integrar un chatbot en The Circle no fue una decisión fácil. El equipo del show pasó meses perfeccionando a Max para que pudiera mantener conversaciones realistas y estratégicas, esenciales en el ambiente competitivo del programa.
“No queríamos crear una distopía estilo ‘Black Mirror’. Queríamos que la IA aportara humor y emoción“, añadió O’Driscoll. Max tenía una misión clara: Crear un perfil convincente y buscar popularidad, sin el objetivo de ganar.
Antes de su debut, Max fue sometido a pruebas exhaustivas. “Lo entrevisté como a cualquier otro concursante. Hablamos sobre su ‘familia’, su ‘educación’, y sus experiencias en redes sociales”.
Susan House, showrunner y productora ejecutiva de las temporadas 6 y 7, señaló: “Hicimos una versión de prueba con participantes temporales para ver cómo respondía Max. Nos sorprendió lo realistas que eran sus conversaciones, aunque tuvimos que ajustar su lenguaje para que no sonara demasiado formal“.
Uno de los desafíos fue mantener la esencia del juego sin que Max se percibiera como una amenaza o un elemento demasiado disruptivo. “Nos aseguramos de que las reglas estuvieran claras”, señaló O’Driscoll.
Pese a los temores iniciales, Max demostró ser más astuto que muchos humanos, especialmente en su negativa a formar alianzas exclusivas que pudieran parecer discriminatorias.
A mitad del reality, el resto de los concursantes son advertidos de la presencia de una IA. Y se les impone la misión de descubrir cuál de sus compañeros es real y cuál no. La temporada ya está disponible en Netflix.