Ya sea que camines despacio o rápido, lo cierto es que ambas formas son beneficiosas para tu salud. Sin embargo, aquellas que lo hace de prisa, y con regularidad, suman puntos a su favor.
Personalmente soy de esas personas que caminan a todas partes, siempre y cuando se pueda, claramente. Porque pedir un Uber si puedo hacer algo de ejercicio, además de disfrutar de estar al aire libre. Para quienes están acostumbrados al auto o moverse a través de algo, imaginarse caminando a algo que queda a media hora puede parecer una pérdida de tiempo, pero de acuerdo a los expertos, es todo lo contrario, lo estamos ganando.
Está comprobado que caminar mejora el estado de ánimo, ayuda a fortalecer los huesos, potencia la pérdida de peso, mejora la memoria, combate la depresión, impulsa la creatividad, reduce el estrés y suma años a nuestras vidas. Y así lo confirma la coach Joyce Shulman, directora de 99 Walks & Jetti Fitness y autora de Walk Your Way to Better.
Ahora bien, como todo en la vida, la regularidad es clave. Y aquellas mujeres que caminan regularmente, no solo tienen una vida más larga, además están más sanas y felices.
Sin embargo, las mujeres que caminan deprisa tienen un beneficio extra, lo que algunos llaman el sexto signo vital. Al igual que los 5 signos vitales, temperatura corporal, pulso, frecuencia respiratoria, saturación de oxígeno y presión arterial, “la velocidad de marcha (WS por walking speed) es una medida válida, fiable y sensible, adecuada para evaluar y monitorizar el estado funcional y la salud general de las personas”, asegura los doctores Addie Middleton, Stacy L. Fritz y Michelle Lusardi en Revista de Envejecimiento y Actividad Física.
Además, explican que los signos vitales normales de las mujeres cambian con la edad, el peso o la cantidad de ejercicio, por lo que mantener buenos niveles en todos ellos son un claro indicador y predictor de un envejecimiento saludable.
Por su parte, la neuropsiquiatra y neurobióloga de la Universidad de Harvard, Louann Brizendine explica en su libro La mujer renovada, que aquellas con la mayor fuerza en las piernas también tenían la mejor cognición. Esto, en base a un gran estudio de mujeres de 80 años. Por lo mismo, recomienda a las mujeres que se acercan a los 50 años practicar un ejercicio tan sencillo como apretar los glúteos 100 veces al día. El cual activa el hígado y el nervio ciático. Y si quieres ejercitar también los músculos de las piernas, haz sentadillas en series de 10 repeticiones.
Caminar deprisa no es solo tema muscular, ya que así como activa tus piernas, puede ayudarte a desarrollar nuevas células cerebrales. Esto, porque estimula la liberación del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), proteína clave para la supervivencia de las neuronas existentes y la generación de nuevas.
Las mujeres que caminan deprisa y mantienen el hábito en el tiempo lo verán reflejado en su salud. Y esto lo dice la ciencia. Varios estudios han relacionado la velocidad lenta de la marcha en mujeres con el envejecimiento acelerado, el riesgo de demencia, malos resultados en ciertas cirugías y un mayor riesgo de caídas.
Según los expertos, un buen ritmo sería avanzar alrededor de 1,3 metros por segundo, o unos 5 kilómetros por hora.
