Aún cuando se trate de ensaladas o cosas saludables, los expertos coinciden en que comer parecido o lo mismo a diario no es beneficioso para el organismo.
Muchas veces el día a día nos hace elegir lo mismo a la hora de comer, ya sea por prisa o simplemente porque así no guste. Sin embargo, el tener fijación con las comidas y la alimentación repetitiva puede llegar a ser dañino. Esto, porque si comes las mismas tostadas con huevos revueltos y palta para desayunar, y además almuerzas y comes los mismos alimentos para la noche, se convierte en una dieta monótona y eterna que terminará afectando tu salud.
Lo primero que puede ocurrir es un déficit de nutrientes o el exceso de alguno. Esto, porque “aunque repetimos los grupos de macronutrientes como los hidratos de carbono, proteínas o grasas, dentro de esos grupos la diversidad de los alimentos debería ser clave”, señala Itziar Digón, nutricionista y experta en Mindful Eating. Además, la experta dice que a nuestro intestino le gusta la variedad y así se beneficia de la absorción de todos los nutrientes.
“Un tomate no es lo mismo que un pimiento por el tipo de nutrientes que nos aporta y sería bueno alternarlos porque es positivo a nivel intestinal, igual con otros grupos de alimentos”, explica.
Los expertos advierten que comer todos los días igual puede traernos consecuencias psicológicas. Los seres humanos necesitamos un plan de alimentación saludable a largo plazo y así no caer en el aburrimiento, ya que esto puede hacer que busquemos ese estímulo en productos procesados que no nos hacen bien. Por lo mismo, estimular el paladar con alimentos variados, es un éxito seguro.
De acuerdo a diferentes estudios, aún cuando sigamos una dieta equilibrada, todo se reduce a nuestra salud intestinal. Y las personas con mejores bacterias intestinales son aquellas que comen muchos tipos de verduras a la semana. Por lo mismo, la sugerencia de los expertos es hacer un plan semanal, ya que la improvisación hace que terminemos comiendo siempre lo mismo.
Una dieta variada es esencial para proteger a nuestro organismo de enfermedades y tener bacterias intestinales bien equilibradas y fuertes. Y es que ellas son responsables del 80% de nuestra inmunidad. Además, distintos estudios coinciden en que las bacterias intestinales producen serotonina en una cantidad tan grande, igual a la que produce nuestro cerebro al comer alimentos sanos y variados.
Según los expertos, entre los alimentos que más debemos variar están los vegetales ricos en fibras como las frambuesas, el brócoli, las arvejas, las alcachofas, las lentejas, los cereales integrales o las manzanas. Pero también alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, la kombucha y el chukrut. Además es fundamental variar la ingesta de alimentos ricos en polifenoles como el cacao, el té verde, las almendras o los arándanos que son probióticos. También puedes complementar tu dieta con un probiótico diario.
Lo más fácil es partir con un menú semanal utilizando todos los nutrientes siguiendo el orden de las porciones: mitad del plato verdura o ensalada, un cuarto de proteína y un cuarto de hidrato, cada día uno diferente de ambos. Lo mismo puedes hacer con las comidas por la noche. Una proteína por día: blanca, roja, huevo, etc., y hacer lo mismo con los carbohidratos y verduras. Si no tienes tiempo, recurrir a las conservas o congelados, siempre leyendo muy bien las etiquetas, asegurándonos de la calidad de los alimentos. Sobre el desayuno, también deberíamos variarlo.