Cómo no, mi primer blog del año va dedicado a este 2020. Porque no es solo un nuevo año el que comienza sino también una década completa, redonda, que más que nunca marca un nuevo empezar, con renovadas expectativas y optimismo para algunos –como lo reflejaron los festejos pacíficos por el cambio de año en la Plaza de la Dignidad– y de temor e incertidumbre para otros que durante la noche del cambio de año manifestaban sus inquietudes entre las lentejas, el espumante, los abrazos y la conversación de sobremesa.
El 2020 se abre con la discusión constitucional más activa que nunca, con los distintos conglomerados, partidos y figuras públicas tomando posiciones y definiendo estrategias no sólo con miras al plebiscito del 26 de abril, sino también de cara a las elecciones del 25 de octubre, donde los chilenos votaremos por los candidatos que integrarán alguna de las comisiones (mixta o constituyente) desde donde se redactará la nueva Constitución. Un proceso que, por lo demás, irá acompañado de la elección de alcaldes, concejales y (por primera vez) a los gobernadores regionales.
Imagínense el tamaño de la o las papeletas que deberemos desplegar y marcar una vez que llegue la hora señalada.
Este 2020 la clase política, en especial aquellos que ya están en la carrera (ya sea para las municipales, las gobernaciones, como para cualquiera de las convenciones constituyentes, esto sin contar las presidenciales de noviembre de 2021) se enfrentan al que de seguro será el año más trascendental de nuestra historia; proceso donde la ciudadanía hoy sigue con lupa a sus participantes, ante sus ojos como un sector desprestigiado y en franca decadencia.
Nadie se libra. Ni siquiera el PC, partido donde el timonel Guillermo Teillier aseguró ser los únicos que pueden salir tranquilos por la calle sin enfrentar el escarnio público… El titular que sacó ronchas entre la DC, el PS, el PPD, y también entre los integrantes del FA, especialmente Gabriel Boric, Beatriz Sánchez, quienes han protagonizado mediáticas funas a fines del año que se fue.
No pasó ni una semana de aquellas incómodas palabras pronunciadas de boca de Teillier, cuando una de las figuras más relevantes del PC, el diputado Daniel Núñez, fue increpado duramente por un grupo de manifestantes que intentó golpearlo mientras participaba de una marcha junto a un concejal de su mismo partido en la ciudad de Coquimbo.
Por lo visto nadie se salva.
Así, con este complicado escenario se vienen momentos clave donde cada uno de los integrantes de esta élite política deberá medir cada centímetro, cada movimiento, cada palabra, cada paso y sobre todo su coherencia ante una ciudadanía empoderada, que exige transparencia, el fin de los contubernios, las interpretaciones tramposas, los arreglos truchos, las cocinas y, en esta época, también las terrazas de verano donde una parte de la élite probablemente aún persevere en manejar el futuro del país.
Es mucho lo que está en juego este 2020. Tanto en lo político, como ya se dijo, y sobre todo en lo ciudadano, donde será rol fundamental de los chilenos, los mismos que se han venido manifestando masivamente en las calles, así como también los que aún defienden el modelo económico y la actual Constitución, de informarse y participar del proceso democrático, legitimando con ello una elección que hoy más que nunca exige una participación masiva y ejemplar.
En suma, será la prueba de la blancura, tal vez la última oportunidad antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre de 2021 para los políticos. Y la prueba de fuego para los ciudadanos que hoy buscan comenzar una década y una historia mejor.