Los directores argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat han conformado una dupla creativa desde el 2000, pero ganaron reconocimiento en 2016 con El ciudadano Ilustre, que se puede ver en Netflix. Pero una nueva sátira que junta a una dupla que hasta ahora solo Almodóvar había logrado reunir se estrena en salas chilenas el próximo 14 de abril. Se trata de Competencia Oficial. Una comedia negra donde Penélope Cruz y Antonio Banderas están como nunca antes, desarrollando una faceta interpretativa totalmente nueva. Son personajes fuera de control que viven situaciones hilarantes. La dupla es acompañada por el actor argentino Oscar Martínez.
Pero ¿De qué va Competencia Oficial? Esto es acerca de un multimillonario empresario de la industria farmacéutica que cumple 80 años y siente que no ha dejado huella en la sociedad española. Quiere que lo recuerden por un aporte especial, como la construcción de un puente o…una película. Finalmente decanta por lo segundo, pero no quiere que sea un filme más, tiene que ser el mejor, realizado por los mejores. Como directora, a partir de sus premios y su fama, elige a Lola Cuevas (Penélope Cruz), quien a su vez se inclina porque sus dos protagonistas sean los actores Félix Rivero (Antonio Banderas) e Iván Torres (Oscar Martínez).
Los dos personajes no podrían ser más opuestos y de sus diferencias surge un fuerte antagonismo que Lola planea aprovechar para su película, ya que trata sobre dos hermanos que tienen un vínculo muy conflictivo. Félix es un intérprete que ha triunfado en Hollywood e Iván es un actor de carácter, orgulloso de ser maestro de actores y con una disciplina de trabajo que contrasta con el desorden de Félix.
A partir de ahí, Competencia Oficial se convierte en una película que muestra cómo se hace la otra película, la de los hermanos enfrentados y posibilita a la dupla de directores conformada por Mariano Cohn y Gastón Duprat, de mostrar desde la ironía y un humor no exento de cinismo, los egos de los actores y el esnobismo de ciertos realizadores cinematográficos.
Como en sus obras anteriores, las preocupaciones en torno al arte y sus creadores vuelven a estar presentes, aquí con el arte más cercano y conocido por sus realizadores: el cine y sus protagonistas. Los personajes de Banderas y Martínez pasarán por los innovadores y extravagantes métodos de esta directora personificada por Penélope Cruz totalmente salida del tono que le hemos visto hasta entonces y lo que genera aun más admiración hacia su trabajo actoral. Detrás de los personajes de esta película está el deseo de reconocimiento, de los egos desmedidos, de las ambiciones que no son capaces de confesar (como el momento en que Iván “rechaza” un Oscar) y las miserias más profundas.
Además, resulta ser una aproximación interesante a la “cocina” del cine, desde la lectura del guion a los ensayos y pruebas de vestuario. Es hipnótico cómo Banderas y Martínez se insultan y en un segundo pasan a estar atravesados por las más profundas emociones, entregados a lo que sus personajes les exigen. Esto es cine dentro del cine. Con todo el cinismo, la histeria, las ironías y el sarcasmo posible. Los directores se entregan con diferentes planos y juegos de cámara para reírse de las imposturas de ciertos directores a la hora de realizar una película. Competencia Oficial es una película original que vale la pena ver, sobre todo, para ver a Penélope Cruz y a Antonio Banderas en un registro muy distinto al que les hemos visto.