Por Marcela Mayorga
Cuando como mujeres nos empoderamos y unimos, sobre todo cuando creemos en nosotras, todo es posible. Aquí es cuando la magia ocurre y la creatividad vuela. Se respira en el aire algo como una complicidad enternecedora entre quienes nos ayudamos y no competimos entre nosotras. Nos apoyamos para finalmente sobresalir, por ejemplo, en el mundo de la moda.
Uno de mis referentes en torno al emprendimiento femenino es la internacional diseñadora Paulita Errázuriz, quien resalta por la pasión en sus diseños y la constancia en su trabajo.
Paulita inició su marca en 2016, luego de su estadía de estudios en la Central Saint Martins, en Londres, y su vida en Barcelona. Ha realizado desfiles en playas, bosques de palmeras, montañas de nueve e hipódromos, entre otros ligares, pero me gustaría particularmente recordar que, en sus inicios, en una de las calles medievales de Rumania, ella montó un enigmático y sensacional desfile con un casting de modelos de rasgos exóticos y maquillajes dramáticos. En esa pasarela (se puede ver en Youtube) siguió su propio estilo, sin hacer caso a las sugerencias más clásicas.
Hoy cuenta con tres talleres ubicados en Barcelona, uno de ellos dedicado exclusivamente al reciclaje y la práctica sustentable, desde donde distribuye hacia el mundo.
El hecho de botar restos de telas es algo que siempre la ha agobiado; para ella es muy importante la reutilización, una práctica que también permite innovar con nuevos diseños y aplicaciones. Hoy, además, usa los retazos para fabricar estilosas mascarillas con filtro certificado.
Actualmente está trabajando en sus plataformas digitales para hacer más fácil sus ventas on line. Una pieza de P.E son horas de trabajo, dedicación y amor que vale la pena tener. Dentro del mundo de las mujeres, es importante destacar su trabajo y su calidad como profesional. Es un ejemplo para otras que aún no se atreven.
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