Revista Velvet | Patricio Fernández: “Hay sectores políticos a los que les caigo mal”
Entrevistas

Patricio Fernández: “Hay sectores políticos a los que les caigo mal”

Patricio Fernández: “Hay sectores políticos a los que les caigo mal”
Entrevistas

Patricio Fernández: “Hay sectores políticos a los que les caigo mal”

POR equipo velvet | 27 septiembre 2023

“Y no es raro”, agrega el escritor que, tras sus pasos como asesor presidencial por los 50 años del golpe de estado y miembro de la anterior convención constituyente, habla en exclusiva con Velvet. Cuenta que prepara un libro de ficción sobre esas experiencias: “Yo que ando dando vueltas por distintos mundos, o procuro hacerlo, me encuentro con que las caricaturas que unos hacen de otros son impresionantes”, explica.

Por Carolina Urrejola Scantlebury Fotos Diego Bernales

El arte contemporáneo es protagonista en la del escritor, cronista y comentarista político Patricio Fernández Chadwick. Una casa que más parece el taller de un artista, que el refugio de un hombre que reportea y escribe. Hay pinturas en los muros y obras en proceso, apoyadas en los muebles, esperando ser reseñadas en los catálogos que Fernández escribe para amigos artistas. Una buena forma de apreciar ese oficio y armar una respetable colección de arte local. Impresiona el último trabajo de Andrés Vio: una serie de collages realizada con prensa publicada en Chile antes, durante y después del 11 de septiembre de 1973. “Los diarios de la época, más que un registro de los hechos, son protagonistas de esa historia”, dice.

–El tiempo ha pasado desde tu salida como asesor presidencial y la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado ha quedado atrás. ¿Qué balance haces de todo el episodio?, ¿qué reflexiones te deja?

–Que hay un esfuerzo como país por construir un acuerdo lo más amplio posible en la sociedad, la política y la cultura, en torno al cuidado y la defensa de la democracia. No cejaría en ese intento de tener una construcción hija del aprendizaje, producto de una reflexión conjunta que se hace cargo de la tragedia y los dolores de este país, con miras a construir un futuro en el que ojalá estos no se repitan. Que dejemos la huella de que esa es nuestra voluntad. Estamos en un mundo tan cambiante que los riesgos con los que se va a encontrar esa democracia mañana –sino hoy mismo– son otros, y que, por lo tanto, el compromiso con ella requiere de muchas miradas. Ayer afectó a unos y mañana afectará a otros.

–Más allá del final ingrato, ¿cómo fue la experiencia de asesorar al gobierno, conversar con distintas personas e instituciones en torno a un hecho tan definitivo de la historia?

–Yo soy reportero, esa es una de las actividades que más me mueve y me motiva. Y con este trabajo creo haber hecho la reportería más profunda que se puede hacer en Chile. Me junté con pobladores y organizaciones sociales, con millonarios, dirigentes de los partidos políticos, rectores de todas las universidades, académicos, centros de estudio… fue una buena oportunidad para tomarle el pulso al país.

–¿Con qué te encontraste?

–Me encontré en general con una voluntad constructiva, con ganas de hacer de esto una ocasión para revisar nuestra situación para que construyamos algo. Pero por algún motivo, fuerzas bien dispuestas están viéndose interrumpidas por otras que no permiten fluir. Eso lo veo mucho en Chile. Las ganas y al mismo tiempo la incapacidad. Hay grupos en distintos sectores que tienen más presentes sus intereses particulares que la construcción colectiva. Que por su encierro o por su falta de diálogo con otros mundos confunden lo mejor para todos con lo que creen mejor para ellos mismos. Es un problema que vive la sociedad chilena, la dificultad para generar puentes y conversaciones y conocerse antes de juzgarse.

–¿Y por qué crees que pasa?

–Creo que uno de los grandes retos del país es tejer un espacio común más vivo, más real. Si algo ha primado en las últimas décadas de nuestra historia son las energías particulares –a las que doy mucho valor, ahí habita buena parte de la energía constructora–, pero ha quedado demasiado desplazado el que no vivimos solos. Que esa energía individual, fundamental para mover el mundo, requiere del encuentro con otros, del afecto y la confianza. Esto se ha visto azuzado en el mundo entero por las nuevas tecnologías, que permiten no necesitar al otro. Puedes hacer tu vida entera sin salir de tu casa.

–Una de las interpretaciones de tu salida fue que cierto sector no te perdonó provenir de la élite y no tener un vínculo con el mundo de los DDHH.

–La gran razón de mi salida fue un debate por la manera de enfrentar los 50 años. Había mundos que no compartían esa forma de enfrentar esta conmemoración. Yo creo que hay sectores políticos a los que les caigo mal… y no es raro que les caiga mal.

–¿Por qué?

–Porque tenemos diferencias. Hoy, la gente está conversando poco y nadie sabe si el que es simpático puede ser un monstruo, o el que es un monstruo puede ser un amor. Por la desconfianza se crean estereotipos con los que es más fácil relacionarse que con seres reales. Me parece preocupante la falta de diálogo, de encuentro. Yo que ando dando vueltas por distintos mundos, o procuro hacerlo, me encuentro con que las caricaturas que unos hacen de otros son impresionantes.

Te puede interesar