Revista Velvet | Oscar Barrera Marengo: “No es caro vivir de manera saludable, menos si se hace acorde a nuestra cultura”
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Oscar Barrera Marengo: “No es caro vivir de manera saludable, menos si se hace acorde a nuestra cultura”

Oscar Barrera Marengo: “No es caro vivir de manera saludable, menos si se hace acorde a nuestra cultura”
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Oscar Barrera Marengo: “No es caro vivir de manera saludable, menos si se hace acorde a nuestra cultura”

POR Francisca Olivares | 10 abril 2022

Fotos Simon Pais

En su primer libro, La dieta chilena, este médico nutriólogo y cocinero profesional habla sobre cómo llevar una alimentación saludable no implica tener que comprar productos ultra caros. La clave, dice, está en darse cuenta de que en Chile tenemos una despensa eterna de productos a la cual podemos echar mano.

“Somos una particularidad. Un país eterno con múltiples climas, dentro de los cuales domina el mediterráneo. Esto genera que tengamos la despensa más grande imaginable. Lo que hay que hacer es volver a ver el territorio y nuestras recetas, junto a una vida un poco más activa, para que logremos estar en camino a ser más felices”, dice el médico nutriólogo y chef profesional Óscar Barrera Marengo, quien recientemente lanzó su celebrado libro “La dieta chilena”. En sus páginas, mezcla medicina, cocina y nutrición junto a la historia, geografía y sociología de nuestro país.

Comenzó a escribir el libro a principios de la pandemia. Esa fase duró unos tres meses. Después vino el trabajo de edición con Pamela Villagra y de diseño con Zara Beatriz. En total, el proceso tomó como un año y medio.

“A lo largo de mi carrera, siempre ha estado dentro de mis principales intereses el mostrar lo maravilloso que es Chile y su cocina.

En este libro conjugo todo, dando una panorámica de cómo se gestó lo que comemos en el país y cómo podemos ocupar nuestro territorio para beneficio personal. El país tiene el mismo potencial que la cocina italiana y la dieta mediterránea”, asegura.

Incluso va más allá y dice que esto debiese ser una política de Estado, con proyección a unos 40 a 50 años más, tiempo en el cual deberíamos empezar a tener generaciones sanas. Esto se traduciría en un gasto menor en salud y mayor en otras áreas. “La clave está en la educación y en la alimentación”, enfatiza.

–Has dicho que “es un libro para vivir bien, a la chilena”. ¿Cuáles son los pilares para lograrlo?

–Los pilares de una alimentación saludable son que sea suficiente, equilibrada, variada y apetecible. Es decir, comer lo que necesito (ni más ni menos), probando de todo un poco y que sea rico. Creo que eso se puede lograr perfectamente sobre la base de la cocina chilena, tanto la popular campesina típica del 18 como la de costa, de fiesta y la urbana. La clave está en darse cuenta de que tenemos una despensa eterna de productos a la cual podemos echar mano.

–¿Cuáles son los peores hábitos alimentarios que tenemos en Chile?

–En lo netamente alimentario, creo que el dejar de cocinar y depender de la comida rápida. Esto es consecuencia del cambio social, político y económico que se vivió en Chile desde fines de los 60 hasta los 90. La adopción abrupta de un modelo estadounidense y el crecimiento de la urbe junto a su vida acelerada llevaron a dejar de lado nuestra alimentación mediterránea por una fácil, al paso.

–En el libro hablas de mitos, ¿hay alguno que te gustó especialmente desbaratar en estas páginas?

–El que más resuena públicamente es el hecho de que el aceite de coco no es una panacea, sino un producto del marketing de la industria de la alimentación “saludable”. Su contenido en grasas saturadas es estratosférico. Pero el que más impacto me gustaría que causara es el de que no es caro vivir de manera saludable, y menos si se hace acorde a nuestra cultura y recetas. Querámonos como país.

–¿Cómo se puede equilibrar una alimentación saludable con el presupuesto?

–Las verduras de estación son los productos más baratos que podemos encontrar en la feria. Los choritos y la merluza tienen un precio súper asequible. Comer de forma saludable no significa tener que comprar productos ultra caros. Esa idea es culpa de las redes sociales y de personas sin conocimientos nutricionales formales ni ética, que se ganan la vida recomendando aceite de coco y sal de la punta del cerro recogida por un canguro como la clave para la salud. Si bien es cierto que hay determinantes económicos y políticos de la alimentación que escapan de nuestras manos, la mayoría de la población puede alimentarse bien con la información necesaria.

–También haces referencia a las modas en las dietas. ¿Cuál ha sido una de las más dañinas?

–Hay que hacer una diferencia. Dieta, en el origen griego de la palabra, significa “estilo de vida”, como lo es el contenido de mi libro. Por eso la utilicé. Pero, claro, todos asociamos automáticamente la palabra dieta con el concepto de pauta alimentaria restrictiva. Estas son sólo efectivas durante un periodo breve de tiempo y con un objetivo específico, como podría ser un deporte profesional. Del resto, y para la mayoría de nosotros, las dietas no sirven. Hay estudios enormes que evidencian esto, como el de Ortega et al., y que incluso muestra los daños que pueden hacer. Un ejemplo: el factor de riesgo más importante para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria, luego de la genética, es alguna vez haber hecho una dieta. Son peligrosas.

–¿Y el ayuno intermitente que está tan en boga?

–No es una pauta restrictiva, sino que una forma de distribución horaria de la alimentación. Nació con otros objetivos, pero se vio que puede servir para una baja de peso, porque las persones tienden a comer menos. Pero esto siempre tiene que hacerse con asesoría para que sea equilibrado.

–¿Qué opinión tienes del body positive? Más allá de lo bueno que es amar nuestros cuerpos, ¿cuán peligroso para la salud puede ser normalizar el sobrepeso?

–El body positive es un excelente movimiento. Creo que hay que aprender a querer lo diferentes que somos todos. Ningún cuerpo es igual al otro. Esa duda es muy natural que surja y es compleja de responder. Estudios muestran cómo el peso de la persona no dice nada de cuán sana metabólicamente es. Por ejemplo, hay gente que califica como “obesa” y tiene excelentes parámetros metabólicos. Lo que sí puede ocurrir, al tener una alta cantidad de grasa en el cuerpo, es un mayor riesgo de sufrir enfermedades. Entonces, creo que lo que hace el body positive es un reclamo de respeto a todos, para que los temas de salud sean personales. Que no que pueda llegar alguien y por solo mirarte decirte “enfermo/a”.

–¿Es posible aprender a comer de manera rica y nutritiva a cualquier edad?

–Creo que tenemos que aprender de los mayores. Ellos vivieron en una época en la cual la cocina estaba más conectada a estacionalidad, al territorio. ¡Se comía sandía solo en verano! Además, eran más activos en el día a día. Estos son elementos clave para tener un estilo de vida saludable. No podemos negar que la abuela cocina rico (se ríe). Creo que es importante entender que comer nutritivo no es sinónimo de restrictivo ni de fome, ni que el cuerpo tonificado es igual a salud.

–¿Qué recomiendas para comer en esta época del año?

–Para mí el otoño es sinónimo de zapallo y hongos. Me imagino un puré de zapallo horneado, acompañado de unos hongos a la parrilla o al sartén, con perejil y ajo. También es época de apio para ensalada o cuyas hojas perfuman mucho los caldos. O los cítricos que comienzan a aparecer también.

–¿Cuáles son los alimentos que tenemos que tratar de tener en nuestra dieta para ser saludables?

–De todo. Es súper importante sacarse ese prejuicio moral impuesto de que existen comidas buenas y malas. Eso es herencia religiosa. Aquí en la comida las cosas son, no tienen peso valórico. Por supuesto que no hay que comer tan seguido cosas muy densas calóricamente, como una pizza triple queso, o altas en grasas saturadas. Pero para la persona común, sana, sin patologías y que sea activa, está todo bien. Que disfrute con moderación.

–¿Cómo te proyectas ahora?

–Por mi lado médico, estoy con mis consultas nutricionales por telemedicina. Además, hago clases de cocina, asesoro unos libros y siempre haciendo contenido en mi Instagram (@oscarbarreramarengo), tanto educativo como de recetas más entretenidas. La idea de un nuevo libro está ahí, pero falta trabajarla. También he tenido siempre interés por hacer cosas en televisión, con un enfoque bien “Bourdain”: sociología y humor negro en torno a la alimentación.

 

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