Revista Velvet | “No me llamo Mo Farah”: El legendario atleta fue traficado de niño a Londres como esclavo
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“No me llamo Mo Farah”: El legendario atleta fue traficado de niño a Londres como esclavo

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“No me llamo Mo Farah”: El legendario atleta fue traficado de niño a Londres como esclavo

POR Sole Hott | 12 julio 2022

A sus 39 años, el británico Mo Farah es una estrella olímpica reconocida en el mundo entero. Es más, Sir Mo Farah es Caballero del Imperio Británico, distinguido como tal por la propia reina Isabel II. Tras guardar el secreto por muchos años, el reconocido atleta ha revelado que fue víctima de tráfico de personas y esclavitud doméstica.

El campeón olímpico fue llevado ilegalmente a Reino Unido cuando era un niño y fue obligado a trabajar como sirviente. Las fuertes revelaciones llegan como parte de un documental de la BBC en el que el atleta cuenta cómo lo sacaron de Yibuti, país de África oriental que limita con Somalia.

Si bien es conocido como Mohamed Farah, su verdadero nombre es Hussein Abdi Kahin. Su padre murió durante la guerra civil en Somalia cuando él tenía 4 años y se quedó con su madre. Sin embargo, se vieron obligados a separarse y él fue enviado a la casa de una tía en Yibuti. Cuando tenía 9 años una mujer británico se lo llevó al Reino Unido y lo obligó a cuidar a los niños de otra familia.

“Durante años bloqueé lo que realmente pasó”, dijo Mo Farah, quien ganó medallas de oro en los 5.000 y 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016.

Anteriormente el corredor había contado que llegó a Reino Unido con sus padres desde Somalia como refugiado. Pero en el documental que se emite este miércoles, reveló que sus padres nunca estuvieron Reino Unido. Es más, su madre y sus dos hermanos viven en la granja de su familia en la separatista Somalilandia.

La mujer que se lo llevó le dijo que iba a viajar a Europa para vivir con unos parientes. El pequeño estaba “emocionado”, y es que, en sus propia palabras, “nunca antes había estado en un avión”. Él recuerda que aquella persona solía ir a la granja donde vivía con su tía y lo observaba. Y cuando se lo llevó le dijo que era mejor decir que se llamaba Mohamed Farah, y sus documentos de viaje falsos decían lo mismo.

Una vez en Reino Unido, la mujer le quitó el papel donde él tenía anotados los datos y contactos de sus familiares. “Lo rompió y lo tiró a la basura justo frente a mí. En ese momento, supe que estaba en problemas“, reveló. Mohamed dice que tenía que hacer las tareas del hogar y cuidar niños “si quería tener comida en la boca”.

“Si alguna vez quieres volver a ver a tu familia, no digas nada”, le decía la mujer. “A menudo me encerraba en el baño y lloraba”, afirmó.

Durante los primeros años no le permitieron ir al colegio, pero cuando tenía alrededor de 12 años se matriculó en el Feltham Community College. Y se le dijo a todos que Farah era un refugiado de Somalia. Sarah Rennie, su tutora en ese tiempo, le dijo a la BBC que Mo llegó al colegio “despeinado y descuidado”, hablaba muy poco inglés y era un niño “emocional y culturalmente alienado”.

Además, ella reveló que aquellas personas que dijeron ser sus padres nunca fueron parte de las actividades familiares. Y su progreso de educación física, Alan Watkinson, dijo que la transformación del niño al entrar a la pista de atletismo fue increíble. “El único idioma que parecía entender era el de la educación física y el deporte”, comentó.

Para Mo Farah el deporte fue un salvavidas, “lo único que podía hacer para escapar era salir y correr”. Una vez que tuvo confianza, le reveló a Watkinson su verdadera identidad, su historia y todo sobre la familia que lo obligó a trabajar.

Fue su profesor de educación física y el atletismo lo que lo salvó. Él se puso en contacto con los servicios sociales y ayudó a Farah a ser acogido por una familia somalí. “Aún extrañaba a mi verdadera familia, pero desde ese momento todo mejoró”, confiesa el atleta en el documental. “Sentí que me quitaron un gran peso de los hombros. Fue entonces cuando apareció Mo, el verdadero Mo”.

A los 14 años, comenzó a competir a nivel escolar en Letonia, pero no tenía documentos de viaje. Entonces, Watkinson lo ayudó a solicitar la ciudadanía británica con el nombre de Mohamed Farah, y esta le fue otorgada en julio de 2000, a sus 17 años. Sin embargo, el abogado Alan Briddock explica en el documental que su nacionalidad fue técnicamente “obtenida por fraude o tergiversaciones”, por lo tanto, es una nacionalidad que pudo ser revertida. Pero desde el ministerio de Interior británico aseguraron que “Ninguna causa judicial será iniciada contra Sir Mo Farah y sugerir lo contrario es falso”, confirmó un portavoz.

Durante el documental, Sir Mo visita la choza en la que vivió en Djibouti, hasta que fue traficado, y también visita a su madre Aisha y su familia en Somalilandia. Mo habla con el verdadero Mohamed Farah y le agradece por permitirle usar su nombre.

Su esposa, Tania Farah, dijo que solo supo la verdad antes de casarse con él en 2010, cuando se dio cuenta de que “había muchas piezas faltantes en su historia”. Ella lo interrogó tanto, que finalmente le contó la verdad. “Esa es la razón principal por la que cuento mi historia porque quiero sentirme normal y… no sentir que te estás aferrando a algo”, dijo.

Sir Farah dice que quiere contar su historia para exponer el tema del tráfico de personas y la esclavitud, es algo que continúa ocurriendo. “No tenía idea de que había tanta gente que estaba pasando exactamente por lo mismo que yo. Simplemente muestra lo afortunado que fui”, sentenció. “Lo que realmente me salvó, lo que me hizo diferente, fue que podía correr”.

Desde la BBC, afirman que trataron de contactar a la mujer que se llevó a Farah a Londres, para darle la oportunidad de dar su versión, pero no hubo respuesta.

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