Sus autores dicen que se transformará en el libro del verano. Mucha Tele: una historia coral de la TV en dictadura es el libro escrito por los periodistas Marcelo Contreras y Rafael Valle, que pretende ser un viaje nostálgico pero también histórico por la televisión de los ochenta, condicionada al régimen político que vivía Chile durante esa época. Un relato coral donde diversas voces, entre rostros de televisión, ejecutivos, directores, periodistas, y gente vinculada al medio audiovisual, desmenuzan todo eso que hasta ahora para muchos, era parte de la mitología urbana.
“Yo no me daba tanto cuenta en ese entonces -tenía solamente 30 años- de que a lo mejor la idea del gobierno de Pinochet era dedicarse más al entretenimiento y menos a las noticias”. El autor de la cita es Mario Kreutzberger, Don Francisco, y aparece destacada en la faja que cubre la portada del libro. Y pone en evidencia la manera cómo la televisión en esa época viró hacia el entrenamiento. Así, programas como Sábados Gigantes, El Festival de la Una y el Jappening con Ja marcaron la época. La razón la explica Rafael Valle, coautor del libro y periodista especializado en cultura: “No había opción de hacer un espacio de análisis de la contingencia con postura crítica. Entonces se dijo: ‘Hagamos un programa que no nos genere problemas con la autoridad’”.
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En 1978 no solo Argentina ganó su mundial de fútbol de la mano de Kempes, Passarella y Fillol, en Chile ocurrió un salto tecnológico de dimensiones colosales: el paso de la TV en blanco y negro al color. Pero durante esos años, no solo la TV pasó del blanco y negro al color, también los chilenos pudieron ver programas inolvidables como el Jappening con Ja, Los Valverde, Dingolondango, El Festival de la 1, Pipiripao, El Mundo del Profesor Rossa, Informe Especial, Extra Jóvenes o ¿Cuánto vale el show?, además de telenovelas icónicas como La Madrastra, La Torre 10 o Ángel Malo y por supuesto, la consolidación del Festival de Viña pensado como un show televisivo antes que una competencia de canciones.
“Lo otro es el desarrollo que alcanzó la industria televisiva en Chile, el nivel de producción, la dinámica que generaba en puestos de trabajo en distintas áreas, desde artistas de toda índole, a técnicos y profesionales montando grandes programas, teleseries, la adaptación a nuevas tecnologías; esa industria que movía millones y daba una gran cantidad de trabajo, se atomizó hasta la uniformidad actual”, dice Marcelo Contreras, uno de sus autores.
Las teleseries, por supuesto, fueron un elemento que marcó mucho a los televidentes de esos años. Acá se observa el nacimiento de una industria de la ficción dramática. Rafael Valle lo explica: “La Madrastra –en 1981- se convierte en un fenómeno de audiencia que consagra no solo a la recién creada Área Dramática de Canal 13, sino que hace que TVN también empiece a explotar ese género. El hecho que crezcan las producciones de este tipo, con dos teleseries al año en TVN y Canal 13, indudablemente hace que la profesionalización sea mayor. Un hito también en este tema es la llegada del brasileño Herval Rossano al Área Dramática de TVN, que trae métodos de trabajo de la gigantesca industria de entretención de su país: grabar más en exteriores, grabar de un tirón todas las escenas que transcurren con determinada escenografía, etc”.
Mucha Tele hace un recorrido por los hitos más importantes que vivió la televisión chilena con casi 100 entrevistas a conductores de noticiarios, animadores de estelares, realizadores de programas de humor e infantiles, productores, periodistas, artistas y directores de teleseries. Uno de los momentos más importantes de la pantalla chica fue cuando comenzó a emitir a color. El libro relata cómo lo recuerda el experiodista de Canal 13, Antonio Neme: “Tengo una imagen: Hernán Olguín en el estudio de Teletrece en blanco y negro y dice: “Ahora miren lo que va a pasar”. Pum. Chasquea los dedos y se mete el color.
Buen tema para analizar una parte de la dictadura y mantener al pueblo idiotizado con tanta basura que se hacía en chile o se compraba en el exterior mientras en otros países y culturas ya estaban explorando el tema de internet en los medios de comunicación y este atraso todavía nos pesa porque todo aquí en chile llega más tarde y eso nos convierte en rezagados y unos brutos a la hora de hacer negocios con países más adelantados para que hablar de la educación si está es una completa vergüenza salvo para la gente de los barrios de privilegio donde pueden escapar al otro mundo a completar sus estudios y llegar a chile a tomar los mejores puestos y salarios sin haber trabajado para ellos. Recomendable el libro debe ser super entretenido y una mirada sociológicas del chile dictadura