Revista Velvet | Mario Morales: “El mundo le exige a los circuitos del arte modos más efectivos de comunicación”
Cultura Pop

Mario Morales: “El mundo le exige a los circuitos del arte modos más efectivos de comunicación”

Cultura Pop

Mario Morales: “El mundo le exige a los circuitos del arte modos más efectivos de comunicación”

POR Francisca Olivares | 22 octubre 2020

–Tu obra tiene construcciones ópticas y cinéticas, ¿por qué te expresas a través de ellas?

Es inconsciente, no es que me proponga hacer arte cinético u op-art. Siempre me interesó el constructivismo y la abstracción geométrica en el arte y, por otro lado, la física, el espacio-tiempo, el movimiento y la psicología como estudio. Todo eso me llevó a desarrollar mi obra en géneros artísticos similares. Es el trabajo de muchos años de investigación. Quizás me expreso de esta manera por la expectativa que tengo como espectador. Me gusta sentir la obra y formular preguntas al enfrentarme a ella, o que esta me proponga preguntas. Me gusta ser partícipe y creo que, tanto el lenguaje del arte cinético como el del op-art, constituye no solo al artista como creador, sino que hace del espectador la pieza más importante de la obra en cuanto se trata de una experiencia.

–¿Cuál es el mejor material y soporte para trabajar el movimiento en el arte plástico?

Mis preferencias son la pintura sobre el bastidor de madera preparado con gesso. La decisión del soporte responde a los resultados visuales que se obtienen de la bidimensionalidad para un espectador que puede moverse y ver la obra estática como dinámica. Es un efecto que me interesa provocar. También trabajo con este tipo de soporte por razones técnicas que tienen que ver con la calidad material de la obra como objeto. Me permite el uso de relieves y pintar con la máxima precisión posible para cuidar el efecto óptico que busco. Me preocupa esto porque concibo la obra no sólo como una imagen, sino como un todo material. De todas maneras, creo que la materia más relevante en cualquier forma de arte es la que aporta la imaginación, la creatividad y, en buena parte, la constancia.

–En el taller, ¿prefieres trabajar con o sin música?

Me siento muy afortunado de poder disfrutar escuchando música día y noche en mi casa, que es también mi taller. Normalmente no la considero como una fuente u origen de mis obras, pero en cierto sentido la necesito, es una parte imprescindible del proceso.

–¿Qué géneros musicales te atraen?

Tengo un gusto ecléctico quizás. Escucho indie, jazz, folk, lo-fi, psychedelic, clásica, bedroom… Me gusta buscar cosas nuevas.

–Tu mejor definición de artista es:

Todo aquel creador.

–Algunos artistas que te inspiren:

Admiro las propuestas visuales de artistas contemporáneos como Carmen Herrera, Gina Giménez y Getulio Alviani. Por otra parte, tengo como referentes a Michelangelo Buonarroti, Peter Paul Rubens y Jan Brueghel el Viejo, que hicieron obras perfectas por su sensibilidad y forma de trabajar rigurosa.

–¿Qué museo sueñas con volver visitar?

Sueño con la oportunidad de conocer museos que creo que querré volver a visitar. Tengo varios en la lista, pero me encantaría sobre todo ir al Museo Casa Buonarroti, al Museo Nacional del Prado y a la Galería de la Academia de Florencia.

–Tras la pandemia de Covid-19, ¿qué debería moverse en el mundo del arte?

Me parece que ha tenido un impacto negativo y positivo. Por un lado, se han paralizado muchos eventos importantes, y los museos y galerías cerradas no permiten que lo propuesto por los artistas llegue al público. Sin embargo, se han levantado iniciativas increíbles para promover la circulación a través de contenidos y actividades de difusión digitales que, de manera remota, han logrado que la gente pueda acercarse a cosas a las que de otro modo, incluso en circunstancias normales, no habría tenido acceso. En mi opinión, esta apertura tendría que continuar cuando pase la situación. Además, tendríamos que plantearnos cómo podemos llevar el arte cada vez con mayor facilidad de un lado a otro del mundo, produciendo estas experiencias con la misma intensidad que presencialmente, aunque no pueda ser lo mismo. O tal vez haya que crear nuevas formas de exhibición. Pienso que cuando pasen las dificultades de la pandemia, no deberíamos intentar simplemente seguir como antes, sino recoger el aprendizaje y seguir avanzando en este desafío que nos hizo darnos cuenta de que el mundo le exige a los circuitos del arte modos más efectivos de comunicación, conectividad, acceso que no sean tan frágiles como para que la actividad se paralice cuando nos sobreviene un desastre como este.

Te puede interesar