Revista Velvet | María Paz Blanco: “En el espejo todas nos vemos con los anteojos de la crítica”
Fitness

María Paz Blanco: “En el espejo todas nos vemos con los anteojos de la crítica”

María Paz Blanco: “En el espejo todas nos vemos con los anteojos de la crítica”
Fitness

María Paz Blanco: “En el espejo todas nos vemos con los anteojos de la crítica”

POR Vero Marinao | 19 septiembre 2021

Fotos @Ozcar Styling Matías Amengual Maquillaje y Pelo Tamara Castro Zapatillas Skechers Agradecimientos: H&M, Calvin Klein y Rapsodia

Aunque María Paz Blanco estudió psicología, su vocación no estaba en el enfoque clínico y concebir al otro como “paciente”, sino más bien como “cliente”. De hecho, cuando egresó de la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar, trabajó durante ocho años en el área de recursos humanos de la empresa British American Tobacco, antes conocida como Chiletabacos.

“Dentro de la misma empresa, en una asignación al extranjero, me fui a vivir a Londres y llegué a interesarme en esto (el coaching de imagen), porque me llamaba mucho la atención cómo en la misma empresa, en una ciudad como Londres, con diversidad de etnias, de cuerpos, y donde muchas mujeres no calzaban con el estereotipo con el que nosotras crecimos, había mujeres con desempeños maravillosos, muy exitosas y muy seguras de sí mismas, que no seguían las normas y estaban orgullosas de sus cuerpos, de quiénes eran, más allá de los kilos extras o no, y me empezó a encantar el tema de cómo la seguridad personal, a través de la buena gestión de la imagen, permite en el fondo también alcanzar metas y proyectos, tanto personales como laborales. Entonces, en la medida en que allá estaba trabajando, empecé a estudiar Personal Styling, en el London College of Fashion”, dice.

Y agrega: “Siempre con ese concepto, con esas ganas de decir qué entretenido sería el día de mañana dedicarte a empoderar o fortalecer –porque me gusta más la palabra fortalecer– a las mujeres desde su imagen, pero desde una perspectiva distinta. Porque siempre preocuparse de la imagen ha sido o era considerado como algo más trivial, como algo más banal. Algunos dicen ‘cómo vas a gastar plata en eso, por qué alguien tiene que decirte cómo tienes que ves- tirte’, como si preocuparse de la imagen fuera algo frívolo. Y cuando tú le das un contexto, y comprendes que tu imagen representa tu identidad, tus talentos, tu autenticidad y así, al sentirte mejor con tu autopercepción, tu desempeño es mejor, tu seguridad se incrementa, se refuerza tu autoestima. Entonces, está súper ligado a temas que son súper internos y súper relevantes para sentirse a gusto dentro del bienestar personal”.

Entonces está súper ligado a temas de crecimiento personal que son absolutamente súper internos y relevantes para sentirse a gusto dentro del bienestar personal y aumentar tu éxito personal. Así nació su plataforma Effortless Chic: “Primero fue un blog donde creaba contenido que iba desde el desarrollo personal hasta la moda. Los primeros cuatro años de mi carrera me dediqué a hacer coaching de imagen, a fortalecer la autoestima, la seguridad y el estilo personal de las mujeres, siempre manteniendo de base la autenticidad, porque a veces se puede saber mucho de moda, y no me declaro experta en moda en lo absoluto”.

“Un productor de moda”, continúa, “muchas veces busca que la portada sea sorprendente, que el vestido sea precioso, que sea despampanante y tiene que saber sobre las caídas, las siluetas. Pero cuando trabajas no con modelos, sino con mujeres comunes y corrientes, no te interesa que el vestido se vea bien; te interesa que ella se sienta bien”.

Según María Paz ese enfoque, que es sutil, marca la diferencia porque se ve desde la perspectiva de la psicología. “Y yo me meto en cada caso en particular, en entender desde qué le gusta (a su clienta), qué no le gusta, con qué se siente cómoda, qué quiere trasmitir o qué quiere proyectar y desde ahí abordo el tema de la imagen”.

En 2017, cuenta, nació su tercer hijo, Santiago, y él le replanteó la vida de pies a cabeza porque tiene una condición genética inespecífica que le provoca un retraso global en su desarrollo. Si bien a largo plazo, el pronóstico podría ser positivo, todo es muy incierto y hay que vivir el día a día, sostiene. “A partir de esto empecé a trabajar en mí como mujer, en fortalecerme a mí, para entender esto que me llegó a mi vida. Hoy día me siento más una afortunada que una víctima, pero al principio no tuve esa lectura, en ese momento uno se pregunta ‘pero por qué me pasa esto, cómo lo voy a hacer’”.

Así que decidió certificarse como coach, con un “trabajo personal potente”, ya que está segura que si ella está bien, va a estar bien su familia y el resto. “Hoy dedico la mitad de mi tiempo al coaching de imagen, que me encanta y creo que es súper práctico para las mujeres; y también trabajo mucho como life coach, donde ayudo a las mujeres a fortalecer sus relaciones con ellas mismas”.

–Tú no pretendes cambiar la imagen de alguien.

–No. Uno puede potenciar la imagen de otro y puede potenciar las cualidades con las que esa persona puede gestionar mejor su imagen. Pero esos makeover que uno está acostumbrado a ver en la tele, ser una persona que entró como A y salió como B, esas cosas tan extremas la verdad es que no las hago. Pero sí tengo clientas donde les cortamos un poco el pelo, o cambiamos un poco el color, o empezamos a meter nuevas prendas, y se sienten motivadas y se meten en un ciclo de bienestar que es muy bonito. Te das cuenta de que partes desde el verte bien, que es aparentemente frívolo, pero terminas en el ‘me siento bien y estoy bien’. O sea, el verte bien sí se asocia al bienestar personal. En cuanto a la imagen, dice que no se trata, por ejemplo, de verse obligada a bajar de peso, sino a hacer pequeños cambios y aceptarse tal como uno es. También le ha tocado, por ejemplo, mujeres que no les gusta mostrar las piernas y ahí ha habido un mayor trabajo. “Yo siempre digo ‘hay distintas capas de la cebolla, pero hay clientas que con la primera capa (psicológica) estás ok, pero hay otras clientas con las que tengo que sacar harta capa para entender la cuestión de fondo y que ellas digan ‘tiene razón’, que haya una amplitud de conciencia”.

–Sin ánimo de juzgar, ¿por qué crees que algunas mujeres se visten, por ejemplo, como punk, pero en el fondo son muy tímidas?

–Uno siempre debiera tratar de que se proyecte la autenticidad, pero también no podemos olvidar que a veces uno proyecta lo que uno quie- re ser y no necesariamente lo que es; eso es una distinción clave. Por ejemplo esa niña más punk puede ser vulnerable e insegura, y busca en ese atuendo toda la seguridad que necesita. Y eso es lo que ella quiere proyectar y así es como ella quiere verse y mostrarse ante los demás.

“Este estilo pasa a ser su mecanismo de defensa ante esta sensación de vulnerabilidad y es súper válido. Por eso los adolescentes pasan
por muchos estilos, porque están en búsqueda de su identidad (…) En la etapa más adulta creo que es importante tener una imagen que sea consecuente con cómo tú te sientes y especialmente cuando esa imagen de cierta forma no refleja lo que eres tú, cuando tú eres mucho más que eso. Por ejemplo, yo hago coaching laboral y veo a mujeres con cargos ejecutivos súper potentes de posiciones de liderazgo relevantes con un seniority importante y, por supuesto que para estar en esa posición son muy talentosas, pero tú a veces las ves vestidas y su imagen no refleja esa posición y ese cargo. En lo laboral eso es súper importante, porque el día de mañana, cuando tengan que elegir quién va a agarrar una gerencia o un puesto de director, van a buscar una persona completa, no solamente que sea buena por dentro, sino que también por fuera, que lo represente, que genere respeto, que genere engagement, que la gente la vea como un líder a seguir”.

Y ahí lo importante, dice, es no disfrazarse, sino sentirse segura con uno mismo, sentir que son ellas mismas.

–Qué es mejor, ¿tener un clóset con ropa clásica de buena cali- dad con pocas prendas o varias e ir vendiendo o renovando?

–Me quedo con la uno. Siempre opto más por los básicos; en sentirte cómoda. Y entendamos por básicos esas prendas que sirven para toda ocasión, desde ir a la plaza con los niños, una reunión de trabajo; o ir a comer a un restaurante. Que tu clóset te permita esas tres cosas. Dentro de esos rangos no está un matrimonio, obviamente. Todas las mujeres debiésemos tener nuestros básicos resueltos porque nos permite armar más combinaciones entre las mismas prendas y con eso optimizamos también el presupuesto y la compra impulsiva, porque vas organizando los looks de acuerdo a lo que tienes, porque todo conversa entre sí. De ahí que yo no sea tan amante de la moda. Por ejemplo, si está se usa el estampado de libélula, listo, te compraste la blusa libélula, pero al otro año está de moda el estampado de mariposa, entonces la libélula se ve antigua. En cambio, si ese estampado era una blusa a rayas, esa blusa te la pusiste el 2010 y el 2022 y se ve atemporal. Y la atemporalidad es un tema clave, ¿y dónde podemos dar ese sello más entretenido? En los accesorios. Ahí uno puede jugar mucho más, en los bolsos, en los zapatos, en las zapatillas, en las carteras. Tampoco hay que apostar a tanta cosa de calidad y pagar una locura por una polera blanca, porque al final te compraste algo tan caro que no lo quieres usar (…)”.

Te puede interesar