La exsenadora ahora es directora ejecutiva del área de Equidad de la Fundación Miradas Compartidas. En esta entrevista comparte lo que ha sido su tiempo fuera de la primera línea de la política y profundiza sobre la potente exposición fotográfica “También es Violencia”, de la que fue parte para generar conciencia de tantas situaciones cotidianas que no son conocidas como violencia y que sí constituyen una forma de serlo.
Fotos Gabriel Zúñiga (retrato Marcela Sabat) – Manuela Castillo y Jofi Lastra (exposición).
El 25 de noviembre pasado se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que este año hizo que el Museo Interactivo de Las Condes inaugurara la exposición fotográfica colaborativa “También es violencia”. Una muestra en la que estuvo involucrada la exsenadora Marcela Sabat Fernández, quien ahora es directora ejecutiva del Área de Equidad de la Fundación Miradas Compartidas, la cual hace más de diez años trabaja en materia de inclusión. “Ayudamos a las organizaciones a cumplir con la contratación del 1% (obligación legal) de personas con discapacidad. Hoy además tenemos el área de Equidad de Género”, detalla Marcela, a quien se le ve tranquila y contenta.
“Lo que buscamos”, continúa, “es insertar la perspectiva de género en empresas y organismos públicos. Ayudamos a cumplir con este propósito y ejecutar medidas para lograr el cambio organizacional deseado. Creemos en la equidad de género como un beneficio para la sociedad en su conjunto, donde hombres y mujeres somos igualmente necesarios para lograrlo”.
Para “También es Violencia”, las fotógrafas Manuela Castillo y Jofi Lastra estuvieron a cargo de capturar las imágenes de un listado notable de mujeres con opinión y líderes en sus áreas como: Evelyn Matthei, Emilia Ríos, Daniela Peñaloza, Camila Merino, Ximena Rincón, Pamela Díaz, Alejandra Mustakis, Carmen Gloria Arroyo, Catalina Droguett, Javiera Fuller, Alexandra Maringuer, Paola Merchak, Priscila Astudillo y Belén Ferreira.
Para el día de la apertura de la exhibición, Marcela –quien también fue fotografiada– vistió de naranjo, respetando el dress code, ya que ese color busca promover y fomentar la cultura de la no violencia. Violencia que, tal como se aprecia en las imágenes de Castillo y Lastra, va más allá de la física y plasma lo que las mujeres deben enfrentar a diario.
–¿Cómo y por qué nace la idea de esta potente exposición fotográfica?
–Nuestro objetivo también está en visibilizar problemáticas y presentar las soluciones. Quisimos conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, dando muestra de que muchas situaciones cotidianas no conocidas como violencia, sí constituyen una forma de serlo y generan en la práctica importantes brechas de género. Qué mejor que mujeres tan influyentes en Chile que son tomadas como ejemplo por otras mujeres, quisieran expresarlo desde su propia experiencia.
–¿Cómo llegaste a las fotógrafas?
–La chilena Manuela Castillo y la argentina Jofi Lastra aceptaron este tremendo desafío y superaron todas las expectativas del equipo. Hubo un fiato inmediato con cada una de las fotografiadas, logramos conectar con sus experiencias y eso proyectarlo en la muestra fotográfica.
–¿Alguna anécdota o algo que haya pasado en la sesión de fotos?
–¡Uf! Varias… Hasta las fotógrafas intercambiaron su ropa con las protagonistas en plena sesión de fotos para lograr los mejores resultados. Bueno, y nos emocionamos con las historias que estábamos contando y hasta tuvimos que improvisar un estudio fotográfico.
–¿Te consideras feminista?
–Por supuesto. Quien podría estar en contra de la lucha por la igualdad de derechos, oportunidades y dignidades entre hombres y mujeres. El feminismo como todo, tiene corrientes y yo no estoy en las más radicales. Sostengo el feminismo desde el sentido común y la lucha constante por terminar con las brechas de género que tiene que sortear cualquier mujer en su día a día, reivindicando a millones de jefas de hogar que tienen que sacar adelante a sus familias. Por eso sostengo, con tanta convicción, que cuando una mujer supera una discriminación, es una sociedad entera la que avanza.
SACAR A CHILE ADELANTE
Marcela ya lleva un año alejada de la política y reconoce que ha sido “una linda sorpresa” ya que sigue conectada con los temas que más la apasionan. “Mantener vínculos con organizaciones sociales y causas por las mujeres, sin teñirlo necesariamente de un color o ideología política, que fue lo que siempre intenté como diputada y senadora. Tener tiempo para mí y además tener más libertad para elegir cuando quiero estar con mis hijos, es el mejor oxígeno cotidiano hoy”, dice.
–¿Qué fue lo más reconfortante de la labor pública?
–Fue un gran honor haber sido elegida tantas veces con tremendas votaciones para representar a chilenos y chilenas, encontrar respuestas claras y concretas a necesidades de la ciudadanía y haber formado parte de un ciclo político importante para el país también.
–¿Y lo más duro?
–Lo más negativo fue ver afectada a mi familia, por causa de la exposición y la crítica infundada o sin argumentos de otros personajes que veían el ataque una manera de hacer política.
Respecto a la actual situación del país, Marcela Sabat dice que tiene un análisis dicotómico. “Por un lado veo un Chile esperanzado con más derechos y menos abusos; un país que busca cambios pero dentro de ciertos límites de seguridad y reconocimiento al camino recorrido, sin borrón y cuenta nueva. Y, por otro, veo cómo estamos transitando hoy una tormenta con la peor crisis de seguridad pública de la historia de nuestro país, una crisis social somnolienta y una crisis sanitaria y económica que deja varias pandemias al descubierto, que sin duda deben resolverse con urgencia. Debiese existir urgencia, por lograr los acuerdos políticos que generen esas respuestas, para sacar a Chile adelante”.
–¿Cuál es tu evaluación del gobierno?
–A pesar de haber unidad de diagnósticos a los actuales problemas, aún no se ponen de cabeza a generar soluciones urgentes. Por ejemplo, en materia de seguridad pública, hay consensos desde todos los partidos políticos para ejecutar una agenda legislativa, pero siguen creando nuevas comisiones de análisis. Hoy más que nunca Chile necesita un gobierno que separe lo urgente de lo importante y actúe más allá de sus propias porfías. En el marco del proceso para llegar a un acuerdo constituyente, pareciera ser que el gobierno y el oficialismo, no reorganizaron sus prioridades de acuerdo a lo que manifestó Chile en el último plebiscito y esa desconexión les está pasando la cuenta.
–¿Volverías a la política?
–Después de estar doce años en la primera línea, estoy muy contenta con lo que estoy desarrollando fuera del área política. No lo descarto más adelante, pero el actual escenario que ofrece la política chilena, no es el lugar donde quiero estar hoy.
–¿Cómo imaginas al Chile del futuro?
–Un Chile más colaborativo, con más protagonistas responsables de generar impacto social, donde exista mayor vinculación con las comunidades como motor para lograr soluciones y donde, .por supuesto, exista mayor inclusión y equidad de género. Sé que es mucho pedir, pero me encantaría ser un país donde los objetivos del desarrollo sostenible sean solo una lista de deseos cumplido.