Debes tener una estrategia. Esa es la primera recomendación del diario The New York Times, publicación que realizó un artículo sobre cómo engañar al cerebro para que salir a correr sea una actividad esperada en el día. ¿Es posible?
Sin deseas intentarlo, te contamos que la primera técnica que propone el medio es darte una recompensa “para entrenar a tu cerebro como si fueses un perro esperando tu croqueta” después de ser un buen chico.
En este caso, el periodista experto en fitness, admite que sólo escucha su podcast favorito cuando está corriendo. “Uno de mis favoritos es un podcast de reseñas de películas y lo escucho tan a menudo que siento que el equipo son en realidad mis amigos. Pero no me permito escuchar a menos que esté corriendo o preparándome para correr. Siempre”, explicó Erik Vance.
También admite que “a corto plazo, empecé a tener ganas de correr sólo para poder pasar el rato con mis amigos imaginarios”. Los psicólogos aseguran que esta técnica funciona porque la actividad se transforma en una especie de ritual.
Ver esta publicación en Instagram
El segundo truco es tomarse descansos, pero seguir con el plan. ¿Qué significa eso? Si está corriendo, está permitido tomarse un break y caminar. No es un fracaso. “Si quiere correr por 40 minutos planifique sus descansos cronometrados de antemano, tal vez cada 10 minutos. O cada vez que su frecuencia cardiaca llegue a cierto nivel o cuando termine de subir una colina, por ejemplo”, dice el psicólogo deportivo Chris Beedie, de la Universidad de Kent.
El especialista además asegura que tomarse descansos puede hacerte más rápido en términos generales. Detenerse por completo no es ideal, pero sí caminar.
A veces ni los podcast o las promesas de descanso ayudan explicó The New York Times, así que tener una perro puede ser de gran ayuda. “Tengo un perro tonto y muy entusiasta que me espera todos los días a las 5.55 am”, reveló el periodista. La mascota se llama Snitch y le gusta salir más que a su dueño. “Si no lo llevo a correr, hay una posibilidad enorme que se desquite en mis zapatos”, admitió Erik Vance.
“Una investigación sugiere que los dueños de perros (en especial en Escandinavia) pueden vivir más tiempo que el resto que nosotros porque los amigos peludos nos hacen más felices y activos. Y, aunque algunos son escépticos de esto, yo dirías que todo se trata del tipo de perro que tienes”, agregó el escritor.