Tras 20 años en la primera línea de la ficción televisiva, su vida dio un giro de 180 grados. Se convirtió en padre, comenzó a brillar como cantante y debutó como profesor. “Puedo decir que hay vida después de la tv”, bromea, tras el estreno de la obra “los monstruos” y con su último tema “sigo soñando”, sonando en las plataformas digitales.
Por Claudia Paz González Fotografías Bárbara San Martín
Un padre que debe lidiar con las dificultades de un hijo que no logra encajar en el sistema y sufre bullying es el personaje que trajo de regreso a las tablas a Matías Oviedo Salinas (45) por cuarta vez este año. Un logro del que pocos pueden presumir, pero que el actor y músico toma con una mezcla de humildad y templanza. “Los monstruos”, del dramaturgo argentino Emiliano Dionisi, es un drama musical que arrasó con los premios más importantes de la industria trasandina y que tuvo su versión local en el Teatro Municipal de Las Condes. Ahí, Oviedo interpretó a Claudio.
“Evidentemente, uno que es papá se reconoce en la obra, pero el argumento va mucho más allá del tema de la paternidad en los tiempos actuales, que son muy crueles. Ese es el pretexto para hablar de cómo fuimos educados y cómo estamos formando a nuestros niños frente a las exigencias de un mundo que muchas veces va más allá de nuestras posibilidades y del que no nos podemos bajar”, reflexiona a días del estreno.
–¿En tu etapa escolar te tocó enfrentar el bullying?
–No, porque era deportista en un colegio de hombres y nunca tuve problemas para encajar, pero uno veía situaciones de esa naturaleza.
En 2021, Matías terminó de grabar “Verdades Ocultas”, la telenovela de larga duración que estuvo cinco años en pantalla. “Llevo casi tres años sin teleseries y he descubierto un mundo que me gusta mucho. Puedo decir que hay vida después de la TV (risas), aunque al principio fue difícil. Venía de un ritmo de trabajo constante y, cuando paró, me costó asumirlo. Pero después me llamaron para participar en obras, empecé a tocar más y a dar clases. Cosas para las que antes no tenía tiempo y que han sido muy fructíferas a todo nivel. Piensa que este año he hecho cuatro obras”, cuenta.
–¿Qué personaje soñaste siempre con interpretar?
–Me gustaría hacer algo de Shakespeare, ¿qué actor no sueña con interpretar a uno de los autores más emblemáticos?
La música siempre ha sido parte de su vida. De hecho, su primera opción en la Universidad Católica fue la carrera de Música, aunque luego se cambió a Teatro. “Me encanté con la actuación porque descubrí una parte de mí que no conocía, pero nunca dejé de tocar y hacer canciones”, confiesa. Entre 2008 y 2012, con su primera banda Julio Pino, grabó tres discos, y cuatro años después debutó como solista. “Ahora, desde 2023, he estado sacando canciones. La última se llama Sigo soñando, y la hice con Alejandro Venegas, de la banda Julius Popper. Además, tengo el Tributo a Cerati, que siempre está activo y me gusta mucho hacer porque soy un fan”.
Por estos días además comienza los ensayos de su quinta obra musical, “Porfiado amor”, de Juan Radrigán con dirección de Mariana Muñoz, que estrenará en enero de 2025 en el Festival de Quilicura y hará temporada en el Teatro UC.
–¿Qué es lo que Matías Oviedo sigue soñando?
–Con la paz, la tranquilidad, la felicidad más calmada. La canción dice ‘sigo soñando, pero me enredo con la realidad’, lo que refleja mi idea de no claudicar pese a los problemas que se presentan.
–¿Cómo te cambió la paternidad?
–Completamente. Fue algo que yo busqué y que ocurrió en el momento perfecto. Quería tener hijos, cambiar el foco de mi vida y poner todo el amor en ellos.
Matías comenzó en 2020 su relación con la abogada Macarena Sarrás, madre de sus hijas Malú y Gala. En esta nueva etapa de su vida, el actor se ha convertido en embajador de marcas de coches, cunas y pañales.
Lejos de aquellos actores que se han manifestado decepcionados con la gestión cultural de la administración Boric, Matías es de los que creen que este es un partido que se juega hasta el último minuto, y hay que esperar hasta el pitazo final. Sin embargo, está convencido de que una de las urgencias de hoy es descentralizar la cultura y el arte: “Esto significa darle vida a teatros regionales que hoy están vacíos o sólo llevan producciones desde Santiago. Además, necesitamos una televisión pública que tenga un contenido que nos refleje, un rol que hoy no cumple TVN. Es algo de lo que se ha hablado durante mucho tiempo, y sabemos que no son cosas que se puedan hacer de la noche a la mañana, pero creo que esa es la dirección en la que hay que avanzar”.
A su juicio, la proyección de la industria es positiva: “El futuro de la ficción en Chile sólo debería crecer, pues actualmente hay poco contenido. Si bien la televisión abierta ha bajado debido a la irrupción de las plataformas, siempre hay que estar abierto a nuevas posibilidades. Ahora estoy en algunos proyectos que espero vean pronto la luz y constantemente voy a audiciones. Independientemente del resultado, para ser actor hay que escuchar mil veces ‘no’ antes de escuchar un ‘sí’”.
–El remake de “El señor de la Querencia” tiene dividido al gremio actoral, ¿cuál es tu opinión?
–Encuentro bueno que se hagan remakes, en lugar de que los guiones se llenen de polillas. Es una manera de aprovechar un tremendo trabajo que se hizo. Pero cada uno tiene su opinión. Yo no he visto más que algunas escenas, y son tremendos actores. Lo positivo es que acerca la historia a las nuevas generaciones que no vieron la primera versión. Además, en mayor o menor medida, la trama está aún vigente pues seguimos siendo ese país clasista e injusto, donde la hipocresía manda.