A finales de la semana pasada una portada se repitió en muchas redes sociales. En tiempos donde las revistas han pasado a ser un objeto suntuario, que una portada produzca tanto comentario y expectación, es señal digna de la mejor sorpresa. Y los responsables fueron Anna Wintour y su simil en Inglaterra, Edward Enninful, que revelaban la portada del september issue para sus versiones norteamericanas e inglesas de Vogue. Y las protagonistas no eran otras que las supermodelos de los 90, las icónicas Christy Turlington, Cindy Crawford, Naomi Campbell y Linda Evangelista.
Esta última, aunque ha reconocido en un sinfín de ocasiones que no le tiene miedo a envejecer, la realidad es que ha hecho todo lo posible para parar los efectos del paso del tiempo en su piel y en su cuerpo. Sin ir más lejos, hace unos años, Linda Evangelista fue víctima de un terrible tratamiento que le dejó la cara irreconocible y desfigurada.
En 2015, la modelo canadiense visitó las clínicas de Zeltiq, en Nueva York, para someterse a una intervención llamada criolipsis. Dicha operación se define como un tratamiento de contorno corporal menos invasivo que una liposucción, por lo que Evangelista no lo dudó y se entregó en manos de profesionales para esta intervención.
La operación consistía en la congelación del tejido adiposo aplicando temperaturas extremadamente bajas por un tiempo concreto. Cuando esto se ejecutó en su rostro, todo se torció, ya que desarrolló una condición llamada Hiperplasia Adiposa Paradójica (HAP). Por culpa de esto, las células adiposas del rostro de Linda Evangelista no solo no disminuyeron, sino que aumentaron de tamaño formando grandes y dolorosos bultos.
Desde que le ocurrió esto, la supermodelo ha hablado sin tapujos respecto a los cuidados y garantías necesarias para someterse a diferentes tratamientos e intervenciones, y es que las consecuencias físicas y psicológicas pueden llegar a ser fatales. Así y todo, ella no ha dejado de hacerse mejoras.
En el documental The Super Models, la serie documental de Apple TV Plus que verá la luz el próximo 20 de septiembre, Evangelista habla de la dura vida en el modelaje junto a otras figuras grandes de la industria. En dicha pieza, las modelos hablan sin tapujos y reflexionan acerca de la lucha eterna de las maniquís por verse bellas, algo que les lleva a someterse a todo tipo de tratamientos.
Sin embargo, y contrario a las señales que ella misma da, la supermodelo nunca le ha preocupado ir sumando años y los efectos de esto: ‘‘No me importa y nunca me importó envejecer. El envejecimiento nos lleva a donde queremos estar, y eso es para mí tener una vida larga”. Si bien esta es su filosofía de vida, en la entrevista para Vogue reconoció que todavía recurre al bótox para verse joven: ‘‘Quiero arrugas, pero me pongo bótox en la frente, así que soy una hipócrita, pero quiero envejecer”.