La primogénita de los reyes Felipe VI y Letizia de España cumple la mayoría de edad en octubre, momento en que la heredera de la corona tomará las riendas de su vida. Esto no convencería a su madre, quien –hasta ahora– ha sido su mayor influencia.
“Leonor ya no pertenece a su familia, pertenece al Estado, ya no es su madre la que guía sus pasos, sino el gobierno”. Estas palabras de la periodista y escritora española Pilar Eyre reflejan el futuro de la princesa de Asturias. Así también evidencian un pesar para doña Letizia.
Cada aspecto de la agenda de su hija, de 17 años, ha sido guiado por la reina y periodista: desde dónde estudiar y qué disciplina deportiva hacer, hasta la elección de eventos culturales, salidas al cine y qué comer (llegó, incluso, a cambiar el menú escolar). Desde el 31 octubre de 2023, cuando la joven cumpla 18 años, las cosas cambian; madre e hija enfrentan un nuevo escenario: la adultez de Leonor, el que ya ha generado su primer torbellino en el Palacio de La Zarzuela.
QUERER SER O DEBER SER, ESA ES LA CUESTIÓN
Hace tres años, la Familia Real disfrutaba del verano en Mallorca, como suele hacer. Durante una visita oficial, una niña le preguntó a la princesa de Asturias qué quería ser de mayor. Leonor no alcanzó a responder, cuando Letizia afirmó: “Lo que quiere no, lo que debe ser”. Una respuesta en evidente referencia a un destino ya escrito. Pero un destino que hoy no parece convencer a la reina consorte.
Luego de sus dos años de Bachillerato Internacional en el Atlantic College de Gales, Letizia esperaba que su hija siguiera el camino universitario, o bien, que viajara y conociera al mundo para luego decidir su futuro profesional. En cambio, la joven eligió el uniforme militar.
A fines de agosto, Leonor se incorporará a la Academia General Militar del Ejército de Tierra de Zaragoza, para luego continuar con su formación en las academias de Aire y Mar. Al cabo de tres años será nombrada capitana generala, convirtiéndose en la primera Borbón con el mando supremo de las Fuerzas Armadas en España. Una vez terminada su carrera en el Ejército, irá a la universidad y después hará un posgrado en el extranjero.
Leonor se incorporará a la academia como una dama cadete más con alumnos de su misma edad, pero tendrá un programa especial adaptado, tal como ocurrió con su padre, el rey Felipe VI, y así lo ha confirmado la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Eso sí, la famosa adolescente deberá acatar las normas de conductas e instrucciones que incluyen, según lo que revela la cadete de segundo año Julia Ustáriz, levantarse a las 6.30, dormir en habitaciones de ocho personas, seguir un patrón de vestimenta y pasar noches con una mochila de 20 kilos en la espalda y fusil al hombro.
“Aquí no sólo sirve tener notas muy altas o ser muy fuerte. Es imprescindible contar con una clara vocación de servicio y cualidades como la fortaleza, cierta madurez o dotes de liderazgo”, comentó Ustáriz a revista Telva.
Además de cumplir con el deber y servir a los demás, el reglamento se basa en el compañerismo, el amor a la patria y el sacrificio. Todos valores que harán de Leonor una monarca digna sucesora de su padre y a la altura del cargo que representa. Pero todo parece ir demasiado rápido para Letizia, quien más allá de ser una reina, es también madre. Por eso la decisión de su primogénita ha traído tensión en La Zarzuela.
ALGUIEN TIENE QUE CEDER
Entre “gritos y portazos”, ha sido don Felipe el encargado de convencer a su señora sobre esta dirección en la vida de la heredera, según lo ha revelado personal de los reyes. “Nunca se le oye, en la intimidad es la reina la que ordena y manda”, escribió Pilar Eyre en la revista española Lecturas.
De brazos cruzados ante la decisión de la princesa de Asturias, su madre se vio obligada a entregarse a este futuro cercano. “Letizia ha tenido que apretar los puños y ceder porque veía, no sólo en peligro la monarquía, sino su propio matrimonio”, afirma la periodista en la publicación.
Una batalla perdida para la reina de España, pero no así la guerra, porque tanto Leonor como Sofía han sido su mayor proyecto y su influencia se puede ver en las hermanas.
Ambas jóvenes ingresaron al mismo colegio al que fue su padre, el Santa María de los Rosales, en Aravaca (Madrid), un centro privado, mixto, bilingüe y laico. Su madre, en cambio, asistió a uno público. Por lo mismo, se preocupa de que sus hijas tengan una visión lo más amplia posible, así como el mayor conocimiento y experiencia para poder contar con una mirada más completa, más allá de España. Eso sí, siempre alejadas de redes sociales.
Letizia sabe mejor que nadie lo que una imagen incómoda puede provocar en una redacción y lo que se puede pagar por ellas. Por eso, las ha educado y advertido sobre los peligros de internet. En reemplazo de las redes, les ha inculcado otros hábitos, entre los que destacan el cine, la cultura y lectura. Esta última, una constante en la historia de los reyes. En la pedida de mano de Letizia, el entonces príncipe le regaló “El doncel de don Enrique el Doliente”, de Mariano José de Larra, y cuando fue proclamado Rey, en 2014, Felipe VI citó al Quijote: “No es un hombre más que otro si no hace más que otro”, reflejado en quién quería convertirse como monarca.
REINA DE LA COMUNICACIÓN
Cuando Letizia asumió su agenda propia en 2007, según expertos en la cobertura de Corona española, hubo un cambio en los discursos. Y como si de un reportaje se tratara, en su esencia de periodista, pasaron a tener alma y contenido.
Carmen Duerto, autora del libro “Letizia, una mujer real”, afirma: “Se redacta sus propias intervenciones a partir de la información que le proporcionan las entidades, las que elaboran en su propia Secretaría y del trabajo de investigación de la propia reina”. “Mira a los ojos porque, si en algo es excelente, es comunicando”, agrega.
Pasión, contención y seguridad, tres cualidades de su madre que Leonor ha heredado, o ha sabido heredar. La nieta de doña Sofía dio su primer discurso en 2019 durante la entrega de los Premios Princesa de Asturias y tan sólo cinco minutos bastaron para notar ese contenido y toque humano, además de la clara influencia de su madre. Ambas ensayaron durante horas y no podía haber pedido una mejor profesora. Ya sea en inglés, castellano o catalán, Leonor puede dirigirse a cualquier audiencia. Y, aún sin haber cumplido los 18 años, domina las artes de la comunicación y la diplomacia que requieren este tipo de apariciones.
Aunque las opiniones son variadas sobre las elecciones que ha hecho Letizia sobre sus hijas, el resultado habla por sí solo. Tanto la princesa Leonor como la infanta Sofía, de 16 años, son dos adolescentes amables, de las que no se conoce escándalo alguno.
En el libro “Letizia real” de Mábel Galaz, se comenta “Letizia ha seguido este protocolo no escrito. Ha realizado su trabajo midiendo sus pasos sin prisa, y a veces recibiendo duras críticas, como las relativas a la sobreprotección ejercida hacia sus hijas. Pero ahora, hasta los más críticos con esa manera de actuar admiten que Leonor y Sofía son dos adolescentes muy preparadas”.
Quizás este sea el momento de Leonor y que Letizia deba ceder ante la futura reina de España.