Un avión se estrelló en medio de la selva colombiana, los únicos sobrevivientes: 4 niños hallados 40 días después. Los cadáveres del piloto, la madre y un amigo de la familia fueron fueron encontrados dentro del avión, sin embargo, los pequeños estaban a unas 3 horas del accidente. ¿Cómo sobrevivieron? La heroína de esta historia real se llama Lesly y tiene tan solo 13 años.
Ya fuera de la selva, autoridades y cuerpo médico ha conversado con los niños sobre la hazaña y milagro de supervivencia. Lesly la mayor, tiene tan solo 13 años y tomó el liderazgo de sus tres hermanos menores: Soleiny (9 años), Tien Noriel (5 años ) y Cristin (1 año). Ante el escenario que enfrentaban, y luego de que la madre muriera tras permanecer tres días con vida, sin ayuda de nadie asegura que su único propósito fue mantener a sus hermanos en vida. ¿Qué fue lo que hicieron?
Los cuatro hermanos provienen de un lugar llamado Araracuara, un pueblo en el corazón de la selva amazónica en algún minuto hubo una cárcel donde se encerraba a peligrosos criminares. Debido al inhóspito lugar, quien quisiera escapar tendría que enfrentarse a la profundidad del Amazonas. Por lo mismo, las siguientes generaciones que se criaron en aquel lugar aprendieron de superviviencia, así como también de animales y plantas. Un factor esencial y de gran ayuda para Lesly.
Criada en aquel entorno, Lesly conoce los secretos de la selva. Desde saber guiarse por los rayos del sol, a qué hongos y plantas se pueden comer y cuáles son venenosas. esto, según lo ha confirmado un tío de la menor. En otras palabras, a diferencia de lo que hubiese ocurrido con niños de ciudad, las comunidades indígenas se orientan con facilidad. Sin embargo, es probable que ella nunca haya imaginado que aquella educación natural de su comunidad le iba a salvar la vida a ella y sus hermanos.
La avioneta cayó por una falla del motor, los niños sobrevivieron a la caída perfectamente más allá de algunas pequeñas heridas. 16 días después del accidente, encontraron los restos del avión y de los cadáveres. Así como también una mamadera, una manzana mordida, un colet del pelo y unos pañales. A raíz de estas pruebas, dedujeron que estaban vivos.
De acuerdo a lo relatado por el abuelo de los niños, Fidencio Valencia, la madre falleció al tercer día, y fue ahí cuando la niña decidió moverse. En la selva, dicen los expertos, el instinto es moverse y no quedarse quieto. Lesly los lideró en todo momento y los mantuvo sanos y salvos. En un comienzo se alimentaron de fariña que había en el equipaje de los adultos. Una preparación tradicional de los indígenas de la Amazonía preparada en base a harina y yuca. “Cuando se accidentó el avión ellos sacaron fariña y con eso sobrevivieron y después de que se les acabó la fariña, comenzaron a comer pepas”, reveló el abuelo. Y en el caso del más pequeño, la niña dijo que hizo durar la mamadera lo que más pudo. “Le daba poquitico hasta que se acabó”, agregó Valencia.
“Al niño pequeño se le encontró con una pepa que nosotros llamamos milpesos, que ahorita estamos en cosecha. Esa pepa se machuca y da un buen jugo, muy bueno. Ellos se mantenían comiendo eso porque la ración de comida que encontraron (en el avión y de las raciones que les lanzaron los militares) se les acabó, entonces se mantenían comiendo frutas silvestres”, explicó el abuelo sobre los siguientes días.
Además de armar un bolso con fariña, Lesly tomó una toalla, una linterna desgastada, dos teléfonos celulares con los que se cree se distraían de noche, una caja musical, ropa y bebidas. Y allí por donde pasaron, fueron dejando rastros. Además, Lesly fue la que cargaba al bebé la mayor parte del día.
Este “milagro colombiano” también tuvo su protagonista canino. Wilson, un pastor belga, que desapareció durante las operaciones de búsqueda y fue visto por última vez el 18 de mayo. Los niños “pasaron tres o cuatro días con un perro (se asume que es Wilson) y dijeron que (lo) encontraron bastante flaco”, dijo un portavoz de la Fuerzas Militares de Colombia. Y así como llegó, un día desapareció en la selva.
Mientras los niños deambulaban por la selva, los rastreadores caminaban cientos de kilómetros, sin poder dar con los niños. Cuando ya llevaban unos 20 días perdidos, las esperanzas de encontrarlos vivos eran escasas. La búsqueda fue tan larga que en algún momento los niños dejaron de ser titulares. Pero el ejército tenía una sola misión y no pararían hasta encontrarlos. Es más, su teoría era que si estuviesen muertos a esas alturas ya habrían encontrado sus cadáveres. Y mientras se movían uno de ellos cumplió 1 año y el otro 5, no se sabe si fueron conscientes de ellos.
Fue el origen de Lesly y la selva lo que salvó a los cuatro niños. Y los militares, por lo mismo, pidieron apoyo a las comunidades indígenas. Sin ellas, hubiera sido imposible. Ahora bien, ellos tienen sus costumbres y ritos, y así como rezaron para pedir permiso y ayudar en esta búsqueda al hombre blanco, la abuela de los niños decía que era la naturaleza la que no les dejaba salir de ella. Así como también creen que sus fuerzas ancestrales hicieron que las autoridades no los encontraran para que se quedaran a vivir con ellos.
Para los indígenas la pista final fue un zapato deportivo que se le cayó a Lesly, “fue la pista que nos dio para encontrarlos” a “dos kilómetros del último punto de partida para la búsqueda del viernes”, dijo uno de los rastreadores. Lo que en el mapa era a unos 5 kilómetros del accidente. Estaban cerca de una fuente de agua y la pequeña dijo que escucharon un mensaje de su abuela en lengua huitoto en el que les pedían dejar de caminar, los que eran emitidos por altoparlantes desde helicópteros militares. El problema era que no sabía hacia dónde era.
Lesly lo logró contra todo pronóstico. A los 40 días los encontró un comando de militares. Llevaban cuatros días sin moverse, estaban con caras de susto y evidentes señales de desnutrición y cansancio. Por su parte, ellos solo querían comer, leer y jugar, según comentaron a las autoridades.