Las sobrinas de Lady Di no pudieron disfrutar de su tía como hubiesen querido, pero son parte de su gran legado e intentan ser la mejor versión de sí mismas a la hora de honrar su apellido.
Lady Di será recordada será eternamente por su lado humanitario, pero también por su impecable sentido de la moda y su estilo elegante y predictivo. Un espacio donde encuentra un denominador común con sus sobrinas Kitty y las gemelas Amelia y Eliza, hijas de su hermano menor, el conde Charles Spencer.
Por ejemplo, cuando el príncipe Harry y Meghan Markle se casaron, el 19 de mayo de 2018, algo más que el vestido de la exactriz estadounidense y actual duquesa de Sussex llamó la atención: la familia de Diana de Gales y su ilustre apellido Spencer hacían su entrada triunfal. La tímida dinastía decía presente y el vestido Dolce & Gabbana verde con flores y redecilla de Lady Kitty dio la vuelta al mundo.
Y es que, si hay algo más en lo que la familia de la princesa Diana supera a la Corona, es precisamente en su cercanía con el mundo de la moda. Los Spencer simplemente la respiran.
Como dato, mucho antes de que Lady Di se convirtiera en un ícono de estilo, el segundo conde de Spencer –George John Spencer (1758-1834)– sentó las bases en la moda para una nueva prenda de finales de siglo XVIII y principios de siglo XIX, el “spencer”. Un básico de las mujeres de la época de Jane Austen, se trataba de una “chaquetilla” con mangas largas y talle corto, perfecto para acompañar los vestidos de talle imperio, justo por debajo del pecho.
ABOLENGO SPENCER
Una esposa, dos divorcios y siete hijos son parte del legado que Charles Spencer, el hermano de la “princesa del pueblo”, ha dejado en las revistas del corazón. En 1989 se casó con la modelo Victoria Lockwood, con quien llevaba saliendo tan solo seis semanas. Fruto de aquel matrimonio nacieron Kitty, Amelia, Eliza y Louis, el heredero del título de conde de Spencer por ser el único hijo varón. De él no se habla mucho, pero tiene el sueño de ser actor.
Los expertos aseguran que su paso por Sudáfrica –donde se refugiaron del asedio de los medios por la atención que suscitaba el apellido Spencer– les otorgó el encantador acento sudafricano que los caracteriza y un increíble bronceado.
El abolengo de los Spencer es mayor que el de los Windsor, un hecho confirmado. Más aún si se pone sobre la mesa su parentesco con las grandes familias de Europa, entre las que se encuentran los Sforza, los Habsburgo, los Borbones y los Médici.
LA FAVORITA Y LAS FASHONISTAS
La herencia fashionista de Lady Kitty y sus hermanas es incuestionable. La mayor de las Spencer ha sido siempre una de las favoritas y a menudo es fotografiada en fiestas y primeras filas de desfiles. Además, ha trabajado con marcas de lujo como Dolce & Gabbana y Bvlgari. “Es un verdadero honor para mí ser nombrada embajadora global de Dolce & Gabbana. Domenico y Stefano celebran las maravillas de la vida; familia, alegría, belleza, color y amor. Trabajar con ellos es siempre una experiencia nueva, una oportunidad única para redescubrir la cultura, el arte, el savoir faire y el estilo de vida italianos”, comentaba.
Digna representante de una familia “a la moda”, la joven modelo y aristócrata de 30 años se casó en julio de 2021 con el millonario sudafricano Michael Lewis, de 62, en Roma. Si bien ni sus primos, William y Harry, ni su tío político –el príncipe Carlos– asistieron a la boda, la sobrina de Diana llevó cinco vestidos de novia de la casa italiana.
Kitty, además, tiene más de 750 mil seguidores en Instagram, donde comparte fotos de su trabajo en la moda, viajes, fiestas y también, de la familia. En las instantáneas aparecen Amelia y Eliza, un dúo que hasta marzo de 2021 era bastante desconocido para la prensa. Sin embargo, Tatler, biblia de la sociedad británica, opinaba lo contrario: una edición de la reconocida revista llevó como portada a las gemelas, las que en su debut se refirieron a su tía con encantadores titulares. “Siempre la conocimos simplemente como nuestra tía”, comentaron. Recuerdan que era “increíblemente cálida, maternal y cariñosa. Siempre hizo un esfuerzo por conectar con nosotras y tenía un gran talento leyendo los corazones de los niños”.
Amelia y Eliza nacieron en julio de 1992 y Diana murió en septiembre de 1997, cuando ellas tenían 5 años, por lo que aseguran recordar más el sufrimiento de su padre que otra cosa. Posteriormente, el conde reveló que cuando les contó a las gemelas que su tía había muerto, Eliza comentó: “Pero eso no ha sido en la vida real, papá”.
Con el paso de los años fueron comprendiendo el significado de la pérdida de su tía. Pese a la corta edad que entonces tenían, atesoran recuerdos como un paseo a la playa en el que se les acercó un fotógrafo y la princesa tuvo una original forma de evitar el acoso. “Para nosotras podía haber sido bastante aterrador, porque éramos muy pequeñas y no sabíamos qué pasaba, pero ella lo convirtió en un juego para ver quién conseguía volver más rápido al auto”, recordaron. “Era increíble cómo nos protegía; nos hacía sentir seguras y no tener miedo”, mencionaron.
Hasta antes de la portada de Tatler, solo se les había visto en los matrimonios de sus primos William y Harry, donde la prensa especializada prefirió enfocarse en Lady Kitty. Poco y nada se sabía de las gemelas Spencer, un dúo que pasó de hacer noticia al estar paradas en una cola de McDonald’s cuando eran adolescentes –o cuando lady Amelia fue detenida por la policía de Ciudad del Cabo– al front row de los desfiles más apetecidos de las Semanas de la Moda.
Ambas se mudaron a Londres decididas a entrar en la vida pública. Debutaron y triunfaron en la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia del año pasado, cuando posaron vestidas de Alberta Ferreti para el estreno de la película de Pedro Almodóvar protagonizada por Penélope Cruz, “Madres Paralelas”.
Este año, mientras Charlotte Casiraghi galopaba al ritmo de Chanel, las gemelas aterrizaban en la Semana de la Moda de Nueva York como invitadas personales de Michael Kors. Desde el front row disfrutaron del desfile y lucieron looks de la firma, además de pasear por la ciudad, que no visitaban desde los 17 años.
Su siguiente destino fue Milán, donde su monogamia fashionista se vio tentada por Alberta Ferreti y Versace. Cuando se trata de joyería, han apostado por Chopard, al igual que la española Georgina Rodríguez, influencer y pareja de Cristiano Ronaldo.
A PUERTAS CERRADAS
En cuanto a su vida privada, ambas tienen pareja y figuran como modelos de la agencia Storm, por la que han pasado rostros como Emma Watson, Cara Delevingne o Kate Moss.
Desde hace años, Eliza sale con Channing Millerd, un ejecutivo del sector tecnológico. Amelia se encuentra comprometida con su novio de toda la vida, el empresario y deportista Greg Mallett, a quien conoció en la universidad en Ciudad del Cabo ya que, si bien es de origen británico, se crió en Sudáfrica al igual que su novia.
Sobre sus carreras personales poco se sabe. Mientras los medios británicos aseguran que Eliza pretende dedicarse al diseño de interiores, Amelia busca su lugar como wedding planner. Pero lo que sí está firmado, es que siguen los pasos de su difunta tía como embajadoras de varias causas importantes, sobre todo, relacionadas con la salud mental, el bienestar animal y la infancia. Algo en lo que Kitty coincide: “Todos tenemos la responsabilidad de ayudar a los demás. Dedicar energía y tiempo a proyectos sociales es lo que me permite después divertirme y viajar”.