Pese a lo injusto que puede ser, a los príncipes y reyes se les critica harto menos que a sus símiles femeninos en lo que a vestuario se trata. Es de conocimiento popular además eso de que, al momento de vestirse ante cualquier ocasión, el hombre la tiene harto más fácil que una mujer. Sin embargo, durante el último tiempo al príncipe William se le ha criticado bastante por su decisión de no incorporar a su indumentaria una clásica prenda usada en su rol de príncipe de Gales.

Si lo piensa bien, lo cierto es que nunca hemos visto al mayor del rey Carlos III usando un kilt, es decir, una falda escocesa propia de la tradición de uno de los países que contiene el Reino Unido. Y a los medios de comunicación les ha llamado bastante la atención últimamente. Y en la mayoría de ellos se cita al sastre escocés del actual rey, John Sudgen, que ha provisto de esta prenda tanto al actual monarca, como al difunto duque de Edimburgo, como a otros varones de la casa real británica.

“Nos encantaría hacer un kilt y una chaqueta para el príncipe de Gales. Eso mantendría viva la tradición y, especialmente ahora que es Señor de las Islas, sería una buena manera de popularizar el traje tradicional de los Highland, particularmente entre las generaciones más jóvenes”. Y hay razones para pensar que William no se siente cómodo con esta prenda. Desde el momento de su graduación en la Universidad de St. Andrews que la evitó, eligiendo a su vez un traje negro. A sabiendas incluso, que otros alumnos de esta universidad de Escocia suelen usar kilts para esta especial ocasión.

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Por el contrario, a su padre le encanta usarla y en su tiempo como príncipe de Gales no perdió ninguna oportunidad de ponérsela. Se trata de una costumbre histórica que data de los tiempos de la reina Victoria, en cuyo reinado se confeccionó el diseño del tartán que siguen utilizando sus descendientes. Por tanto, esta negativa de William hace temer a algunos de que esta tradición se pueda perder, lo que no les hace mucha gracia.