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Ahora que se ha filtrado la noticia de que Isabel II se quedará permanentemente en el castillo de Windsor, cabe preguntarse ¿Qué será del palacio de Buckingham? ¿Seguirá siendo un destino para los turistas fascinados por el edificio que representa a la monarquía británica precisamente por tratarse del lugar de residencia de la reina? Son muchos los que se plantean esta cuestión después de que se haya hecho pública la decisión de una aparentemente cansada Isabel II.
Y aunque nadie pretende juzgarla por preferir pasar sus últimos años disfrutando de la tranquilidad del campo en la que fuera la casa para pasar los fines de semana y donde se refugiaba con su marido, el fallecido Príncipe Felipe de Edimburgo, en lugar de pasar sus días en un palacio enorme, en medio de la capital y rodeada de trabajadores que están haciendo arreglos que se extenderán, dicen, hasta 2027. No obstante, y pese a que no ha sido un comunicado oficial desde Buckingham, una fuente perteneciente a la realeza ha comunicado a CNN que el palacio seguirá siendo el epicentro de la vida pública de la monarquía británica: la reina seguirá celebrando ahí sus reuniones y compromisos oficiales y las oficinas y sedes de la familia real seguirán fijadas ahí.
Un uso que podría prolongarse incluso una vez el príncipe Carlos ascienda al trono. Por deferencia hacia la reina, el entorno del príncipe no ha declarado oficialmente donde tiene la intención de fijar su residencia el futuro rey. No obstante, aunque haya quien dice que “el Palacio de Buckingham será el hogar de Carlos”, de puertas para adentro nadie descarta que Carlos también prefiera “acudir al Palacio de Buckingham solo para trabajar”, optando por mantener su lugar de residencia fuera de la ciudad. Por todos es sabido que al príncipe de Gales no le agrada la vida en la gran metrópoli y que es incapaz de prescindir de sus largos paseos por el campo, donde últimamente pasa cada vez más tiempo.
Por eso cabe la posibilidad de que se decida convertir al palacio de Buckingham en un lugar de celebración de eventos y exposiciones: de ese modo no se rechazaría a los turistas y se aprovecharían mejor sus 775 salones, reservando para uso privado únicamente una parte de sus 240 dormitorios y 92 oficinas. Eso sí, esperamos que se incluya la sala que se abre al balcón desde el que la familia real participa en los acontecimientos más importantes: ¿Acaso podríamos imaginarnos una boda real de la familia real británica sin un beso desde ese balcón?
