Ya son casi quince años que fundara Jóvenes Líderes, una década del Grupo Liderazgo y ahora cumple su ciclo de cinco años de Publisher de El Mostrador. Su futuro más cercano es seguir empujando con todo, junto a sus hermanos, proyectos como el Teatro C y otros de gran prestigio gastronómico, como el Bar Jardín Secreto, Europeo y Casa las Cujas, entre otros.
Emprendimiento, liderazgo y medios de comunicación. Así se ha desarrollado una gran parte de la vida de Max Raide, quien desde que estudiaba derecho en la Universidad Los Andes comenzó a vincularse con el mundo de las ideas y el de la toma de decisiones. Este 2020 es un año, no solo complejo y crítico –como lo es para todos–, sino que en su caso además cumple dos aniversarios muy relevantes. Uno es el de una década del Grupo Liderazgo, en el que con distintos profesionales se ha dedicado a la industria gastronómica, deportiva y de entretención; el segundo, es el de cinco años como Publisher de El Mostrador.
El ciclo de El Mostrador, por lo demás, debiera cerrarse ahora como explica. Algo que es difícil de ver en él para quienes lo conocen, sobre todo porque siempre ha estado tan relacionado a la coyuntura. Por ejemplo, a los 25 años, ya organizaba “juntas” con diversos personajes influyentes para conversar sobre Chile y el mundo, lo que de cierta manera derivó que en 2006 creara la plataforma Jóvenes Líderes, destacada por convocar a miles de universitarios y que en distintas oportunidades recibió el apoyo de David Rockefeller y Agustín Edwards Eastman.
–En el escenario actual, ¿cómo ves cumplir cinco años como Publisher de El Mostrador, justo en la mayor crisis de la industria de la prensa en su historia?
–Bueno, creo que es un tremendo desafío para toda la prensa seguir vigente en estos tiempos, sobre todo el papel, por eso que es muy destacable lo que han logrado con la Revista Velvet, mezclando papel y digital con buenos contenidos, y se ve que les ha funcionado. En nuestro caso, nacimos 100% digital y eso es algo que hoy nos favorece porque la lectoría de El Mostrador está cada día más cerca a los 10 millones de lectores mensuales, lo que es una locura por el nivel de influencia que eso se puede traducir en la opinión pública, Sin embargo, donde está la clave de un diario hoy, es en la sustentabilidad económica y para eso hoy las agencias de medios ya no sirven, porque la publicidad está en el suelo y hay que ser creativos, buscando nuevos canales, como creo que nosotros lo hicimos bien con Agenda País y Generación M, mezclando contenidos atractivos para el lector, en alianza con el sector público-privado. Eso nos ha permitido en estos años ser sustentables económicamente y poder, además, hacer periodismo independiente, lo que en esta época de crisis, la gente lo valora aún más. Yo cumplí un ciclo en El Mostrador, y me siento orgulloso de haber transformado en estos cinco años, junto a un gran equipo un diario digital, en el más influyente de Chile. Siento que ya cumplí mi objetivo ahí y ahora me toca volver a trabajar al 100% con mis hermanos para capear esta crisis.
–Y con tus hermanos, Juan Pablo y Domingo, eres parte de proyectos exitosos de la industria gastronómica, tan golpeada hoy por el coronavirus y con una previa dada por el estallido social, ¿cómo la ves en el futuro?
–La situación de la industria gastronómica y del turismo, es muy triste hoy, ya que ha sido duramente golpeada y creo que no va a sobrevivir en los próximos meses más del 50% de esta; lo que es un drama por las miles de familias chilenas y extranjeras que van a quedar sin trabajo y en una situación muy compleja. Con mis hermanos, Juan Pablo y Domingo, nos tuvimos que reinventar rápidamente en marzo, y junto a nuestros socios y trabajadores armamos primero el delivery del Jardín Secreto sin tener nada de experiencia, y con el tiempo logramos que este funcionara y miles de familias nos apoyaran pidiendo al restaurante, y creo que el sushi ha estado muy bueno porque así lo han hecho sentir los más de cinco mil pedidos que tuvimos en estos meses. Hace unos días lanzamos también el Bar del Teatro C, en cajas biodegradables y ahora se viene el delivery de ceviches y tiraditos de Casa Las Cujas, el local que tenemos en Cachagua y que ahora lo traeremos a la capital, hasta que esto se normalice y volvamos a abrir todas las terrazas. Pero ha sido duro para todos trabajar en estas condiciones tan limitadas. Estoy muy orgulloso del tremendo equipo que tenemos y cómo nos han apoyado en esta pandemia.
–Como emprendedor, ¿qué es lo que más rescatas de este tiempo?
–La fortaleza mental, creo que en las crisis los que se vuelven a levantar son justamente los que logran mantenerse bien en eso y que no pierden nunca la perseverancia, que es la clave para aguantar una tormenta como esta.
–En 2006 fundaste Jóvenes Líderes, convocando a miles de jóvenes a lo largo de nuestro país, ¿cómo aprecias los liderazgos desde el estallido social?
–En esa época, Chile no estaba tan polarizado como hoy. Los jóvenes, que en esos años teníamos voz en los medios a través de columnas, como era mi caso en La Segunda o El Mercurio, nos costaba mucho que temas como el lucro o la mala calidad de las viviendas sociales fueran parte de la agenda pública, por eso creo que los movimientos de jóvenes que vinieron después, como la marcha de los Pingüinos o de Jackson y Boric, sí lograron sacar la voz y que esto se concretara, con potentes liderazgos que después han ido desapareciendo. Sin embargo, hoy veo pocos liderazgos en la política, me gusta lo que está haciendo Pablo Terrazas en la Corfo y Jorge Alessandri en el Congreso. En el mundo empresarial me identifico con Juan Sutil y su liderazgo más cercano a la gente. Muy bien lo hizo trayendo cientos de ventiladores mecánicos cuando otros estaban sentados en sus oficinas, sin reaccionar a lo que se venía.
–¿Qué es lo que más necesita Chile para salir adelante después de lo que se ha vivido este año?
–Unidad, y ahí creo que nuestra generación tiene el gran desafío de lograrlo para evitar caer en mayores divisiones que no nos llevarán a nada. En eso nuestro país tiene mala memoria, no podemos perder lo que hemos construido en estas décadas en democracia.
Foto superior* Los hermanos Juan Pablo, Max y Domingo Raide Prunes.