Felipe Alessandri, Sebastián Sichel y Jaime Bellolio apuestan por Lo Barnechea, Ñuñoa y Providencia, respectivamente. Tres hombres sub 50 que trabajaron directamente con el expresidente, cuentan cómo los sorprendió su partida y cómo los influyó en su decisión de ir a los comicios de octubre. También, en sendas entrevistas, adelantan sus planes de ganar.
Jaime Bellolio cuenta que fue un llamado del Director del diario La Tercera, el que lo alertó. Estaba en medios de sus vacaciones en Marbella, de pantalones cortos en la cocina y con los platos del almuerzo listos para ser lavados, cuando escuchó con incredulidad lo que al otro lado de la línea le contaban: que el presidente Sebastián Piñera había muerto en un accidente en helicóptero. “Fue como un golpe en la guata brutal. Lo primero que hice fue llamarlo a él. Yo sé que suena raro, pero mi primera reacción fue llamarlo”, recuerda.
–Su primera reacción fue la negación.
–Dije “capaz que haya un error”. Entonces lo llamé y, obviamente, no contestó. Llamé a Cecilia (Morel), tampoco me contestó. Después hablé con gente del equipo de él, que sigue trabajando en la oficina. Entremedio me tocó hablar con el Presidente Boric. Empezó a pasar más rato… Hasta que hablé con el escolta que estaba allá. Él me dice que estaba lloviendo mucho, que era muy difícil llegar al lugar, que efectivamente había ocurrido el accidente, que habían salido tres personas y que al Presidente no lo encontraban… Sentí que un frío me recorría la espalda. Ahí ya me cambié de ropa y me vine a Santiago. Raimundo (su hijo de 13 años) se ofreció a acompañarme. Y yo le pregunté si estaba seguro, porque iba a ser un viaje intenso.
Han pasado justo cuatro meses desde esa tarde del 6 de febrero y Jaime Bellolio está sentado en un cowork del Barrio Italia donde ha montado su comando municipal. Junto a él está nuevamente Raimundo, quien asiente cada una de las afirmaciones de su papá. Corrobora desde la incredulidad inicial, hasta la intensidad del viaje de hora y media en que el teléfono de su padre no dejaba de sonar. “No contesté ninguna llamada más. Estaba en mi proceso de masticarlo”, dice el ex vocero de Gobierno, quien que se sumó al pequeño grupo de ex colabora- dores de Piñera que llegaron a las oficinas de la Fundación Piñera Morel para empezar a trazar las líneas de lo que sería el funeral de Estado con que se lo despidió.
Las llamadas iban y venían entre los miembros de Chile Vamos. Más lejos, vacacionando en Llico, estaba Sebastián Sichel, ex director de Corfo, BancoEstado y ministro de Planificación Social. “Venía llegando de Chiloé, donde había hablado por teléfono con él, largo. Él también había estado en Chiloé y no nos pudimos juntar. Él estaba en periodo de vacaciones también. Yo tenía muy mala señal, casi no tengo señal en Llico. Pero me llegó un rumor de un vecino. No creí. Pensé que eran estas cosas de Instagram o de Twitter que salen. Y subí a un cerro a llamar, le escribí a Andrés Chadwick y me dijo que sí, que era verdad”.
–¿Qué sintió?
–Dolor, mucho dolor. Tengo un cariño enorme por Sebastián Piñera por dos razones bien profundas. Una, él me invitó a ser parte de su gobierno sin conocerme y sin ser parte de su coalición política. Y eso me parece que sólo lo hace gente corajuda y con valentía, que quiere cruzar mundos y que entiende que gobernar es más que tener fanáticos. Y después, en lo personal, porque trabajé con él y aprendí mucho, y porque mantuve una relación cercana con él después de perder la elección (primera vuelta presidencial en 2021). Tengo la sensación de que él tenía una cara pública más fría por lo exigente que era. Pero tiene una cara privada menos conocida, que es que le preocupaba formar nuevos liderazgos, preocuparse del país. Y yo la sentía hasta el último día. De hecho, la última vez que conversé con él me dijo: “¿Cómo que se le acabó la vocación política? ¿Cómo es esto de que no va a volver a la política? Yo creo que usted tiene que volver”.
En la mente del candidato independiente a alcalde de Ñuñoa, empiezan aparecer las últimas conversaciones que tuvo con el expresidente. Lo mismo le pasa a Felipe Alessandri, militante RN que se impuso en las pasadas primarias de junio como representante del pacto Chile Vamos para la contienda municipal por Lo Barnechea.
–¿Cómo se enteró el 6 de febrero?
–Estaba almorzando en Santiago con un amigo. Me empieza sonar el teléfono y era una hija mía que estaba en el sur, con una hija del senador Chahuán que es compañera de universidad. Me dice: “¿Supiste lo del helicóptero del Presidente? “. “No, no debe ser nada… Sabes que estoy almorzando”, le dije y corté. Y ahí empezó a sonar el teléfono como loco… Fue un golpe durísimo. Un mazazo… Había hablado dos días antes con él. No podía dejar de mirar el celular y buscar ‘Sebastián Piñera’ en las llamadas registradas. No lo podía creer.
Cuenta el ex encargado ciudadano del gabinete presidencial durante el primer mandato de Piñera: “Un par de semanas atrás habíamos estado compartiendo en casa de mi hermano diputado. Se veía bien, de jeans y zapatillas. Estaba animado, pero preocupado por el país. Y a mí, personalmente, me había llamado apenas dos días atrás, el 4 de febrero para mi cumpleaños. Él tenía la costumbre de saludarnos siempre. Entonces, me dice : ‘Hola. ¿Cómo estás? Muy feliz cumpleaños. Espero que el próximo lo celebramos en la alcaldía’. ‘Claro, ahí vamos a ver’, le dije yo, y nos reímos. Fue muy grato”, recuerda con nostalgia el también exalcalde de Santiago que sonó como un nombre que fácilmente podía recuperar el municipio de Plaza de Armas para el sector.
–¿Le preocupaban al expresidente las municipales?
–Sí, estaba muy preocupado por las municipales. En las últimas del año 2021 nos fue muy mal. Y resulta que la autoridad más cercana al vecino es el alcalde o el concejal. Yo fui su encargado ciudadano en la Presidencia, pero obviamente no podía recibir a todos los que iban a buscarlo. Teníamos que seleccionar, aunque respondíamos todos los mails, todas las cartas que le llegaban. Pero ese contacto directo sólo lo tienen los alcaldes y alcaldesas. Entonces, estaba muy preocupado porque a nuestro sector le fue muy mal. Y por los casos de corrupción de derecha e izquierda que todos conocemos en los municipios, también. Porque él tenía la convicción de que las comunas tienen que progresar, pero con malos alcaldes eso no se logra; y los que más lo resienten son los vecinos, los más vulnerables. Siempre repetía eso.
ECOS DEL LIDERAZGO
Una vez pasado el funeral del expresidente y ya de regreso en la rutina de marzo, tanto Sebastián Sichel como Felipe Alessandri y Jaime Bellolio empezaron a enfrentarse a decisiones clave para su futuro político y personal. Estos tres hombres sub 50 de Chile Vamos cuentan que, en cada una de ellas, los ecos del liderazgo de Sebastián Piñera los ayudaron a tomar su determinación de ir a la elección municipal.
“Hay dos conversaciones que tuve con él que recuerdo muy humanas”, dice Sichel. Y agrega: “Una fue recién perdida la primera vuelta, donde él me dice que sabe bien lo que es perder, porque él perdió muchas elecciones y lo pasó mal. Que un líder como él lo dijera no fue menor. Pero yo me fui a estudiar un doctorado a Barcelona, diciendo que hasta ahí llegaba mi vida política. No quería saber más. Al volver, tuvimos otra mucho más reposada. Una gran conversación. Me dijo: ‘Yo sé que a usted le dolió que mucho lo abandonaran el camino’, y me contó de todas las veces que a él se le había dado vuelta la gente, que le habían pegado de la misma derecha muchas veces. Me transmitió lo mucho que valía la pena seguir. Probablemente en esta decisión de ser candidato de lo que más me acordé fue de su ‘Igual vale la pena’. Me los dijo diez veces: ‘Sé que está picado. Sé que esto es doloroso. Pero igual vale la pena’”.
Felipe Alessandri, dice que esa capacidad de empatizar de Piñera también la sintió cuando empezaba a rondarle la idea de postularse a alcalde por una comuna diferente a la que ya había liderado. Nunca alcanzó a notificarle al expresidente sobre su decisión de competir por Lo Barnechea, pero íntimamente cree que él entendería bien las razones detrás de no repostularse a Santiago pese a que las encuestas -”él se las conocía todas”, apunta- lo posicionaban como un buen nombre del sector:
“Él había estado en mi casa en Lo Barnechea, conoce a mi familia y sabía lo mal que lo pasamos posestallido delictual en Santiago. Sabía lo duro que fue familiarmente, tanto para él y, en menor medida también para mí vivir bajo amenazas permanentes y tener que andar con custodia 24/7. Eso es algo que impacta a la familia. Hace cuatro años mis niños más chicos tenían tres, seis, ocho años. Él conversó también con mi señora y ella le dijo lo difícil que había sido para nosotros. Entonces, entendiendo que a mi gusta el servicio público, como familia luego vimos que ya eran 12 años en Santiago: ocho como concejal y cuatro de alcalde. Conversamos y dijimos: “En Santiago, no más”. Y como el Parlamento es algo que valoro, pero que no va con mi estilo de personalidad, porque soy gestor, soy ejecutivo y me gusta soñar la ciudad; sé que él habría entendido mi opción”, declara.
Del futuro edilicio del ex diputado y ex vocero Jaime Bellolio, el expresidente Piñera pudo tener algo más de noción. Cuenta el candidato que ya en enero de este año, la actual alcaldesa Evelyn Matthei lo había sondeado para saber si estaría disponible a correr por el sillón municipal de Providencia en caso de que ella decidiera no repostularse para aventurarse en la carrera presidencial. Pero ese anuncio no había llegado en febrero aún.
“En principio, él sabía que yo había decidido saltarme este ciclo electoral”, dice Bellolio. “Tengo 43 años, de los cuales cerca de 23 he estado de alguna manera ligado a la política. Proyectaba mantenerme en una segunda línea, trabajando con el Presidente en su fundación, con mis clases en la universidad, haciendo otras cosas. Pero una vez que el Presidente muere, queda uno como a la intemperie. Y ahí, o das un paso para adelante o das un paso para atrás, pero en la misma posición de segunda línea no podía estar. Entonces, esto fue también una necesidad de poder contribuir a llenar ese vacío, que es imposible de llenarlo solo por una persona, sino que tiene que ser un conjunto de personas”, agrega.
Luego el candidato, en tono de confidencia, dirá:
“Por último, hay una cuestión más personal, que tiene que ver con la fragilidad de la vida. Sé que esto puede sonar irracional, pero para mí Piñera era como inmortal. Hay algunas personas que uno piensa que nunca se van a morir. Completamente irracional, porque todos nos vamos a morir. Pero esto no podía pasar, y pasó. Por lo mismo, la reflexión para mí fue: ‘Bueno, yo que estaba tratando de planificar a cinco años plazo, a ocho años plazo… ¿qué pasa si no hay ocho años de plazo y esta es una oportunidad preciosa?’. A mí siempre me ha gustado la prudencia, he estado obligado por distintas cosas de la vida a la prudencia… Y esto era ahora. Entonces, dije: ‘Vamos, ya’”.
Fotos Bárbara San Martín S. Agradecimientos a Hyatt Centric Las Condes