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Si bien siempre han sido aliados del mundo wellness y el ejercicios, desde hace algún tiempo los pre y probióticos han cobrado protagonismo. Quizás el nombre sea complicado, pero es algo que también consumes de forma natural. Aquí te explicamos sus diferencias, cuáles son sus beneficios y cómo se deberían consumir.
¿Cuál es la diferencia entre los probióticos y los prebióticos?
Probióticos: Son las bacterias vivas existentes en algunos alimentos y suplementos. Hay ciertos alimentos que los contienen de forma natural como es el caso del yogurt y alimentos fermentados como el kimchi, la kombucha, el chucrut y el kéfir (no pasteurizados porque el proceso mata a las bacterias).
Prebióticos: Son fibras vegetales especializadas que actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino. Las bacterias consumen esta fibra para funcionar correctamente. Algunos alimentos naturales altos en prebióticos son las legumbres, la avena, las arvejas, el plátano, las arándanos, los espárragos, el ajo y la cebolla.
¿Cuáles son los beneficios?
Los pro y prebióticos ayudan a que la flora intestinal se mantenga saludable. Lo que a su vez facilita la digestión y el funcionamiento del sistema digestivo. Además, mejoran el sistema inmune. Todo esto tienen un impacto positivo en las hormonas y neurotransmisores como la serotonina y dopamina, los que juegan un papel esencial en el estado de ánimo. Es decir, ayudan a sentirse mejor.
¿Deberías tomar probióticos?
Lo ideal es conseguirlos de manera natural a través de la alimentación. Pero puedes complementar con unos suplementos, pero debes tomar en cuenta lo siguiente:
¿Hay efectos adversos?
Según Clínica de Mayo los efectos secundarios negativos de los probióticos son raros. Cuando tomes un probiótico, investiga lo que deseas tratar y elige el probiótico en función de esa afección. Sin embargo, siempre es mejor consultar a un experto, sobre todo, si tienes problemas o molestias gastrointestinales.
